Empresas segovianas seguirán con teletrabajo tras la crisis

David Aso
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Ambientair y Octaviano Palomo lo aplicarán de manera parcial en ciertos puestos, como Taiger o Pigchamp. Patronal y sindicatos lo valoran, pero piden que se regule cuanto antes

Empresas segovianas seguirán con teletrabajo tras la crisis - Foto: Rosa Blanco

El miedo a probar el teletrabajo se ha perdido a la fuerza en apenas tres meses en los que ha tocado hacer de la necesidad virtud. Ya lo valoraban empresas segovianas como las tecnológicas Pigchamp o Taiger antes de la pandemia y ahora se suman otras como Octaviano Palomo y Ambientair, que planean aplicarlo de manera parcial para ciertos puestos más allá de la crisis sanitaria. Obviamente no es viable para dos tercios del mercado laboral: ni en trabajos de cara al público, ni en el campo ni en líneas de producción industrial; pero sí para administrativos o, en general, aquellos que básicamente requieren un ordenador e internet.

Bankia, con sus servicios centrales de Castilla y León en Segovia, también prevé avanzar en este modelo que «está rompiendo muchos prejuicios». Verescence tiene el tema «sobre la mesa», pero no ha tomado una decisión todavía, algo común a muchas otras empresas grandes y pequeñas, contando además con el problema añadido de las que están en centros que por su tamaño son difíciles de adaptar para reubicar a todos sus empleados con las nuevas condiciones de trabajo postcovid.

A nivel institucional, la Junta ha realizado una auditoría de teletrabajo entre marzo y abril como base de futuras propuestas y recomendaciones. En Segovia tiene a casi 6.000 empleados y sólo seis teletrabajaban antes de la pandemia, pero más de un millar han podido hacerlo en estos meses. El Ayuntamiento de Segovia, por su parte, ha reincorporado al trabajo presencial a la mitad de su plantilla, prevé subir a un 75% en la fase 3 y después volverá ya al 100%. «El teletrabajo se ha visto como un recurso válido, pero a corto plazo no lo vemos, salvo excepciones por circunstancias puntuales que pudieran surgir», precisa el concejal de Personal, Andrés Torquemada.

Empresas segovianas seguirán con teletrabajo tras la crisisEmpresas segovianas seguirán con teletrabajo tras la crisis

La Federación Empresarial Segoviana (FES), la Cámara de Comercio y las organizaciones provinciales de CCOO y UGT coinciden en valorar el teletrabajo aunque también le vean inconvenientes. A favor están las facilidades que aporta para una mayor conciliación de la vida laboral y familiar, el ahorro de tiempo y dinero en desplazamientos, la reducción de costes en oficinas o el descenso del absentismo; y en contra el llamado ‘tecnoestrés’, la conectividad digital permanente, más dificultades para el control de jornada y objetivos, el riesgo de un mayor aislamiento laboral o el traslado de costes de la actividad productiva al empleado si a éste no se le compensa por acuerdo puntual, por convenio o por un marco legal que, hoy por hoy, se limita a apenas dos párrafos en el Estatuto de los Trabajadores. Ese es el mayor problema que ven, la falta de una ley que lo regule, aunque el Ministerio de Trabajo ha iniciado ahora los trámites para desarrollarla.

Antes de la pandemia, los segovianos que teletrabajaban al menos tres días por semana apenas representaban un 4,5% del total de ocupados (entre 3.000 y 3.500), según señalan a El Día desde Randstad, por estimaciones a partir de datos del Instituto Nacional de Estadística. Incluyendo teletrabajadores ocasionales podía superarse el 8%, no más; en la línea de Castilla y León y España, pero ni la mitad de la media en la Unión Europea, mientras EEUU supera el 20%. El Banco de España, por su parte, indica en un informe publicado en mayo que alrededor de un 30% de los ocupados del país desempeñan funciones viables con teletrabajo, así que margen para avanzar hay de sobra y la cuestión es hasta dónde se quiere llegar.

En Ambientair cuentan con un centenar largo de puestos donde la presencia física es imprescindible, pero una treintena sí son adaptables al teletrabajo. «Daremos la opción al menos dos días por semana», señala su fundador y director, Andrés Ortega. «Podría ser lunes y viernes, pero como algo voluntario porque no todo el mundo tiene por qué verlo como una ventaja», aclara el también presidente de FES. «Empresas y trabajadores, en general, hemos visto que puede ser una buena solución. Puede resultar más productivo, aunque cada caso es diferente y debemos superar hándicaps como las dificultades para tener buenas conexiones de internet en ciertos puntos de la provincia», recalca.

En Octaviano Palomo «es posible que haya empleados que no vuelvan a hacer trabajo presencial al 100%, igual mitad y mitad», explica su director general, Pedro Palomo. De una treintena de trabajadores directos, serían «doce o quince administrativos» los que tendrían la opción. «Estamos estudiando cómo hacer de la mejor manera, que la empresa funcione y el trabajador esté satisfecho también». 

En su condición de presidente de la Cámara, Palomo percibe que «muchas empresas se lo están pensando». «Este momento nos está sirviendo para valorar el teletrabajo y ver que el presentismo no va unido necesariamente a la productividad», añade. «Aunque hay que tener en cuenta pros y contras: un trabajador no siempre va a tener en el ambiente doméstico las condiciones adecuadas. No es lo mismo una silla telescópica con el ordenador a la distancia debida en la oficina que estar en casa con los niños», resume.

Bankia ha llegado a tener teletrabajando al 95% de su plantilla de servicios centrales y a la mitad de los de oficinas en el tramo más complicado de la pandemia. «Una experiencia tan masiva y global, impuesta por las circunstancias, está rompiendo muchos paradigmas, resistencias y prejuicios acerca de la necesidad de estar presentes en la oficina para un correcto desempeño de nuestras funciones», afirman fuentes de la entidad. «Esta experiencia nos permitirá mejorar a futuro nuestra propuesta de valor al empleado en términos de conciliación y flexibilidad, y continuar implantando dichas medidas en nuestra organización». 

En la fábrica granjeña de Verescence «es un tema que está sobre la mesa, pero no hay nada decidido», matiza su directora de recursos humanos, Dolores Azpiroz. «De momento continuamos con teletrabajo en unos casos al 100% y en otros algunos días. La gente está viendo que trabajar desde casa no significa rendir menos», añade, y coincide que allí trabajan personas con residencia habitual en Valladolid o Madrid que valorarían esta alternativa, «pero está por verse», insiste.

Taiger y Pigchamp. La veintena de empleados de Taiger en Segovia, por su parte, no ha pisado su sede en tres meses. «Seguiremos en casa hasta septiembre y después es probable que tendamos a un teletrabajo parcial o rotatorio», explica el responsable de la oficina, Sergio Martín. «En el espacio actual ni siquiera cabríamos todos a la vez con las nuevas condiciones de distancias y demás», un problema común de muchas empresas, aunque Taiger ya daba opción de teletrabajar varios días a la semana antes de esta crisis.

En Pigchamp el teletrabajo también es habitual y además «desde hace 15 o 16 años», destaca su director, Carlos Piñeiro. «Igual dos días en la oficina y tres en casa o al revés». De 35 personas en plantilla van a ese ritmo 29, todas las que ocupan puestos adaptables a esa fórmula que, en su opinión, «da más calidad de vida al empleado y mejores resultados a la empresa». «Yo creo que lo mejor es buscar un punto medio, si te excedes puede ser más difícil separar los tiempos de trabajo y descanso o puedes perder socialización», advierte. «Pero la oficina debe ser sobre todo un lugar de encuentro, para sentarte a trabajar con un ordenador puedes hacerlo en casa o en la estación del AVE». Por eso prevé mantener la estrategia actual «o incluso reforzarla en algún aspecto».

Para el secretario provincial de UGT, Manuel Sanz, «el teletrabajo tiene sus ventajas y ciertas empresas lo van a adaptar». «Lo que no lo veo es como algo cotidiano que a corto plazo sustituya por completo el trabajo presencial, se perderían espacios en común con los compañeros, las relaciones serían más frías, y aún debe regularse dentro del Estatuto de los Trabajadores, sin dejar de tener en cuenta que no todo el mundo puede trabajar desde casa en condiciones», subraya.

«De los dos modelos de teletrabajo, nosotros siempre hemos sido más partidarios del parcial porque el total genera un aislamiento que puede enfriar las relaciones o hacer que el trabajador se sienta perjudicado a la hora de promocionar, por ejemplo», añade el secretario provincial de CCOO, Álex Blázquez. «Supongo que poco a poco se irá implantando, pero muchas empresas siguen valorando más tener al empleado en la oficina o piensan que el teletrabajo es hacerle un favor, aparte de los problemas de brecha digital que tenemos en esta provincia. Hay mucho que regular y ahora será buen momento, dentro de los cambios que se deben abordar en el Diálogo Social junto a la derogación de la reforma laboral». Toca regular y no precisamente para anticiparse a los problemas, sino para lidiar con los que puedan surgir desde ya.