Un lápiz como pulmón

Nacho Sáez
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La ilustradora María Albarrán acaba de publicar un calendario y en los próximos días presentará un cuento sobre la leyenda del Acueducto. Dibujar ha sido un modo de paliar su timidez.

La escuela de arte y diseño de la Casa de los Picos constituye un vivero de brillantes creadores muchas veces poco valorado. Menos mal que el trabajo de quienes han salido de allí sirve para reivindicarlo de vez en cuando. En esta recta final de 2018, además, promete convertirse en protagonista en los escaparates de las librerías una de sus exalumnas gracias a dos proyectos editoriales. Uno ya se ha publicado y el otro lo hará en las próximas semanas.

Su autora es María Albarrán, popular en el ámbito de la literatura infantil en Segovia de la mano principalmente de ‘Ratón Pérez, una aventura en Segovia’, un cuento ilustrado «que ha sido y sigue siendo un éxito», según destaca el responsable de la librería Entrelibros, José Domingo Pardillos, al frente también de la editorial –Derviche– que ha apoyado los proyectos puestos en marcha hasta el momento por esta ilustradora segoviana.

Técnico superior de Artes Plásticos y Diseño en Ilustración, no se considera escritora a pesar de que puso texto a ‘Ratón Pérez, una aventura en Segovia’ y de que ahora lo ha adaptado en la obra sobre la leyenda del Acueducto que sale a la luz en noviembre en dos idiomas (castellano e inglés) debido a la presencia cada vez mayor de colegios bilingües. «En literatura infantil prácticamente no había nada sobre la leyenda del Acueducto, así que me puse a ello con el objetivo de dar a conocer esta parte de la tradición oral segoviana», explica Albarrán.

El trabajo arrancó antes de verano y se apoyó en la exposición ‘Segovia en estampas. Estampas de Segovia’ que acogió el Torreón de Lozoya entre enero y mayo de este año. «Me he fijado en los grabados y láminas de esta exposición para recrear, por ejemplo, la iglesia de Santa Columba, en la plaza del Azoguejo, o la indumentaria tradicional segoviana. Son guiños que incluyo en el cuento para llamar también la atención de nuestros padres y abuelos», apunta la ilustradora, que ya probó algo parecido en las ilustraciones con las que colaboró en la obra de Ignacio Sanz ‘Tesoros de Segovia’. En uno de sus dibujos introdujo una botella de la emblemática y extinta fábrica de leche Celese.

Los destinatarios de este nuevo cuento sobre la leyenda del Acueducto son niñas y niñas «a partir de ocho o nueve años», pero cree que también puede gustar a adultos y turistas, «porque me han dicho que muchas de las personas que nos visitan preguntan por la historia de la criada y el diablo». Tampoco va dirigido a un público estrictamente infantil el calendario de 2019 que ha publicado hace apenas unos días. Este incluye ilustraciones inéditas y algunas de las ya recogidas en ‘Ratón Pérez, una aventura en Segovia’, ‘Tesoros de Segovia’ y en ‘Jerónimo Mimo, el libro viajero’, en el que colaboró hace dos años con la escritora madrileña Pilar del Campo. Cada mes también va acompañado de un pequeño texto sacado de esas publicaciones.

PERSEVERANCIA. «Es la primera vez que hago uno», señala Albarrán sobre este calendario, que también se puede considerar un cuento ilustrado. Está a la venta en la mayor parte de las librerías segovianas, donde el nombre de esta ilustradora se ha hecho un hueco junto a los principales autores de nuestra provincia. Justo premio a su perseverancia desde que comenzó a dibujar, cuando era una niña. Tal era su pasión que al acabar el colegio ya sólo pensaba en entrar a estudiar a la Casa de los Picos. 

Se quería saltar la ESO en el instituto, pero no le quedó más remedio que esperar para cumplir su sueño en una escuela que dicen quienes han pasado por ella que es especial. «¿Qué voy a decir yo si mi hermano es el director ahora? No lo era cuando yo estudié, pero al margen de esto hay que decir que no es una escuela normal, el aprendizaje es diferente. A mí nunca me ha gustado la educación ortodoxa y allí el aprendizaje es más natural», argumenta al hablar de su paso por la Casa de los Picos. 

Premio Jóvenes Creadores de Ilustración de Caja Segovia en 2004, protagonista de exposiciones en las librerías Diagonal y Atenea en 2006 y 2007, respectivamente, y responsable de las ilustraciones y la maquetación de la adaptación infantil ‘El árbol y la liana. Cuentos del África Occidental’ de Rafael Marco, esta segoviana compatibiliza su labor creativa con el taller para niños que imparte en el Centro Social Corpus y con el trabajo de asistente que desempeña para la también ilustradora segoviana Mónica Carretero, que ha sido precisamente una de las princiales influencias del estilo propio que poco a poco ha moldeado.

Junto a ella se ha atrevido a poner más color a sus dibujos y a dar más personalidad a los personajes de sus obras. «Soy tímida, así que me costaba. Pero al trabajar con Mónica se me han pegado muchas cosas porque el trabajo creativo es un aprendizaje constante», reconoce. Otro autor que le ha servido de inspiración ha sido el prestigioso ilustrador Ulises Wensell, aunque en este caso sobre todo debido a su admiración por ‘Coleta, la poeta’, la obra de Gloria Fuertes. 

El gusto por este ámbito del arte que ha cultivado desde pequeña hace que dibujar ya sea casi tan importante para ella como respirar. «Es mi modo de expresarme», señala al mismo tiempo que desvela que las mañanas y las madrugadas son su momento preferido para dar rienda suelta a su imaginación y creatividad y trabajar, «porque las tardes las suelo tener siempre muy ocupadas entre unas cosas y otras». 

El ordenador ha sustituido al papel y al lápiz en ese laborioso proceso de composición. Las exigencias con los tiempos de entrega obligan a los ilustradores como ella a aparcar el trabajo artesanal y romántico para abrazar modernos programas informáticos que permiten rectificar errores sin tener que tirar el papel a la basura y volver a empezar desde el principio. Algunos incluso trabajan directamente sobre tablets con programas especializados. «Yo he sido siempre reacia a la tecnología, no me gustaba nada, pero me he dado cuenta al final de que la herramienta que utilices da igual. Es un lenguaje y lo que importa es lo que estás contando. Incluso hay técnicas digitales que imitan muy bien la textura del lápiz y dan esa calidez a los dibujos que aporta el lápidez. Todo evoluciona», subraya Albarrán, que anuncia que está inmersa en dos proyectos que verán la luz en los dos próximos meses. Se añadirán al calendario y el cuento sobre la leyenda del Acueducto, que la convierten en una de las autoras segovianas estrella para regalar estas próximas Navidades.

En la segunda de esas publicaciones todos los dibujos los ha realizado con herramientas digitales, pero en el futuro «quiero seguir haciendo cosas con el lápiz». Sea con unas técnicas o con otras lo que tiene claro es que quiere seguir cultivando esta parte del arte y crear nuevos personajes.