"Vamos a ganar y el Numancia va a empatar"

Nacho Sáez
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Las madres de Juan de la Mata, Fernando Llorente y Manu apuestan por el ascenso el domingo. La Segoviana necesita ganar y que el Numancia tropiece para subir. Si no, jugaría el 'play off'

De izquierda a derecha, Adita Rodao, Ana Mañas y María Ángeles Maeso. - Foto: Rosa Blanco

No se conocían pero enseguida conectaron. Sus vidas han llevado en cierto modo caminos paralelos. El hijo de María Ángeles Maeso, Manu, capitán de la Gimnástica Segoviana, compartió vestuario con el hijo mediano de Ana Mañas, Xavi, y ahora lo hace con el mayor, Fernando. Las dos, como Adita Rodao, la madre de Juan de la Mata, llevan miles de kilómetros en la carretera a sus espaldas para que sus hijos cumplieran sus sueños. Ascender a Primera RFEF es el que persiguen este domingo, Día de la Madre.

Con la ayuda del club, El Día de Segovia reunió este miércoles a María Ángeles, Ana y Adita en la sala de prensa del Estadio Municipal de La Albuera al mismo tiempo que sus hijos entrenaban sobre el césped y sin que ellos lo supieran. «A Juan le veo muy contento, está muy integrado en el equipo… Tiene amigos, no compañeros, y está feliz. Muy ilusionado con subir y entregado al equipo», rompe el hielo Adita, la primera en llegar. Juan de la Mata es uno de los mejores jugadores que ha dado el fútbol segoviano en los últimos años. Centrocampista de clase, creció en las categorías inferiores del Quintanar, donde tanto a él como a su hermano Luis les entrenó su padre, Jesús, fallecido hace cuatro años. «Me decía: 'Adita, déjale jugar que para trabajar tiempo hay'. Y efectivamente es lo que he hecho pero yo es que esto lo considero un trabajo. No es que vengan y jueguen. Juan se lo toma muy en serio».

El niño que media hora antes de salir de casa ya estaba preparado no ha cambiado tanto. «Siempre venía contento. Aunque perdiera. No era un niño mal perdedor, se ve que el deporte le hacía sentirse bien», cuenta Adita, que también ha disfrutado con el fútbol a pesar de los sacrificios: «Compensa porque para ellos es su vida pero también porque a las familias nos ha dado muchísimo. Hemos conocido a mucha gente gracias al fútbol».

«Para nosotros ha sido la vida. Estábamos deseando que llegara el fin de semana para ir a los partidos. Hemos disfrutado muchísimo», abunda Ana Mañas, la madre de Fernando Llorente. Con tres hijos futbolistas tenían que hacer malabares para que ninguno se sintiera abandonado. Ya como profesionales han llegado a viajar a Timisoara (Rumania), donde Fernando jugó una temporada. «Es muy metódico. Se cuida mucho y siempre ha sido muy serio tanto para el fútbol como para los estudios, porque siempre tuvo claro que el fútbol tiene un final», revela Ana, encantada con que su hijo, tras una carrera en la que ha pasado por 12 clubes, haya recalado en su Segovia natal: «Yo no sabía si iba a terminar en Segovia, pero le llegaba el momento de estar con su familia. Y ahora viene a entrenar andando, que es un lujo que no había tenido nunca. Hasta su hijo Abel viene a verle entrenar algunos días. Está contento, hay buen grupo y la gente de la Sego es de 'chapeau'».

Su capitán, Manu, encarna los valores de lo mejor de la historia del club gimnástico. Humildad, profesionalidad y cercanía no exenta de talento. Recaló en la Segoviana con poco más de 12 años a pesar de que su familia vivía en Riaza, a casi 80 kilómetros de los entrenamientos. «Se hizo un equipo en el pueblo pero no había sitio para todos así que, a través de Juanjo, un directivo que hubo aquí, vinimos a la Segoviana. Decíamos: ¿Cómo vamos a ir a Segovia? Es una barbaridad. Lo intentamos y empezamos viniendo un día y el partido y luego acabamos viniendo ya dos días y el partido... Y luego ya se sacó el carnet y le compramos un cochecito pequeño, pero al principio venía yo con él porque me daba miedo que viniera solo conduciendo», relata su madre, María Ángeles, que subraya la identificación que tiene Manu con la Segoviana: «Significa mucho para él y no solo a nivel futbolístico. Se pasa aquí los días y sale con la gente del fútbol. Tiene muy buenos amigos, no compañeros. Y nosotros, felices».

María Ángeles describe a su hijo como una persona tranquila, positiva y enamorada del fútbol. «Cuando era un niño tenía una silla y, en vez de llevar un muñeco, llevaba una pelota. Siempre ha disfrutado mucho con el fútbol, pero este año está disfrutando a tope. Está muy feliz porque es que vive solo para esto. Otros años iba del trabajo a entrenar y de entrenar al trabajo, así que ahora lo está viviendo de manera muy intensa», revela. Los nervios son cosa del padre de Manu, («A veces no consigue sentarse»), pero a María Ángeles no le gustaría que la Segoviana tuviera que jugar el 'play off': «En el 'play off' nos ponemos... Parece que te estás jugando más que en la liga», confiesa.

Coincide en eso con la madre de Fernando Llorente, que no quiere ni oír hablar del 'play off': «Me da muchísimo miedo porque lo vivimos con muchos nervios. Es que nos hemos quedado muchísimas veces a las puertas y en muchos sitios, aunque Fernando ya tiene callo después de tantos años». Además, el domingo es el cumpleaños del hijo de Fernando. «Le he dicho que a ver si no lo va a poder celebrar pero dice que lo primero es lo primero», se ríe Ana. Las tres, Ana, María Ángeles y Adita, confían en que el domingo la Segoviana celebre el ascenso. «Nosotros vamos a ganar y el Numancia... Va a empatar», remachan. Confianza de madres.