Con la determinación de acompañar a la sociedad hacia un mayor conocimiento de sí misma, María Nieto Cuervo (Segovia, 1986), nacida en el seno de una modesta familia obrera, aborda un proyecto de emprendimiento de educación sexual y menstrual, que ha denominado 'Goza&Sana', con el que lleva a cabo talleres en el que trata de normalizar un proceso natural vinculado a la mitad de la población pero que es tabú desde tiempos inmemoriales, como es la regla.
Formándome actualmente a través de un Máster de Terapia Sexual, Sexología y especialista en Género, quien ha trabajado en la hostelería entre los 16 y los 27 años, atribuye esta situación a «herencias ancestrales, desde nuestros antepasados, en las que se creía que era sucio hablar sobre el cuerpo o los procesos de las mujeres, al considerarlo también pecaminoso, lo que ha conllevado una persecución por las distintas religiones, sobre todo las monotesístas, de ahí viene la raíz del problema».
Convencida de que aún queda mucho por avanzar, esta madre de dos hijos de siete y dos años, reconoce que «desde hace tiempo, este tema se ha ido normalizando, hacia el 60% de la población ya va hablando de estos procesos sexuales y hormonales de las mujeres, sobre todo con normalidad menos miedo; depende de cómo nos hayan educado, pero toda la vida nos han dicho que esto es sucio, hemos ido heredando esa idea hasta el punto de creérnosla, ha sido una herencia patriarcal en toda regla».
Quien realiza, por ejemplo, un taller de menarquía (la primera menstruación), para asociaciones de padres y madres o convocados por ayuntamientos, dirigidos a lo que denomina «niños, niñas, 'niñes' [referido a los adolescentes que no creen que solo hay dos géneros, considerado por la RAE como ajeno a la morfología del español]» y otro a madres e hijas, donde acompaña a las primeras a entrar en el tema de modo natural y conciliador, ve con cierto recelo el proyecto de ley del Gobierno de las bajas menstruales como incapacidad temporal: «Supone un avance pero es un pequeño peligro porque estaríamos normalizando el dolor durante la menstruación cuando no es algo normal por lo que hay que acudir a un profesional, cuando duele es que de fondo hay un trastorno físico, psicológico o de estrés y se debe tratar». Nieto añade que «no es solo una baja que hay que aplicar sino también buscar soluciones para que no se produca y eso está en la mano del personal sanitario, que tiene que buscar el origen del dolor menstrual».
Por este motivo estima que habría que completar el proyecto de ley y dejar patente que hay que acompañar a la mujer en ese dolor y sobre todo buscar el origen porque es una realidad. «Estamos en una sociedad en la que hay mucho estrés, vivimos demasiado rápidos y buscamos la solución inmediata de tomar el ibuprofeno o pastillas anticonceptivas que disfrazan una posible patología. Hay que contemplar desde la sanidad la búsqueda de los orígenes de los dolores», matiza esta mujer que se anuncia como educadora y terapeuta menstrual y educadora sexual integral.
Tras dar a luz a su hija mayor, lo que le cambió su vida, ya que, a su juicio, le dio la oportunidad de escuchar sus necesidades –entre pañales– y redirigir su vida hacia el autocuidado, habla de las molestias de la menstruación, desde una leve inflamación de la zona abdominal, lo que entraría en la normalidad, igual que la inflamación de pechos, en su opinión, hasta los casos en los que se produce un dolor incapacitante en la zona del útero y de los ovarios, calambres en las rodillas que impiden apoyar los pies en el suelo, dolores de cabeza que provocan vómitos, ansiedad, mareos, dolores de espalda, incluso pinchazos y calambres rectales... «Son problemas que, a priori, pueden parecer algo no demasiado graves pero es verdad que, mes tras mes, provoca ansiedad en la persona que menstrua porque sabe que 'cada 28 días' va a tener su castigo mensual», subraya esta mujer que dio a luz su su segundo hijo en plena pandemia, a la vez que estudiaba terapias menstruales y educación menstrual.
Como métodos naturales para tratar de paliar las molestias leves aconseja desde el control del estrés al menor consumo de disruptores endocrinos, como algunos cosméticos que se utilizan diariamente. Asimismo se muestra partidaria de «eliminar también ciertos tóxicos de la composición de algunos productos de higiene menstrual, como tampones o compresas desechables, que no están reflejados en algunas marcas». Hay alimentos como la cúrcuma o el jengibre que ayudan a reducir la inflamación corporal y, si se lleva un control a lo largo del ciclo, Nieto considera que se pueden conseguir unas menstruaciones bastante más ligeras, teniendo constancia y bebiendo agua.
En sus talleres María Nieto habla sobre todo de los procesos hormonales de las personas que menstruan y explica cómo funciona el cuerpo y las emociones durante el ciclo, dando claves para tener más calidad de vida. Asimismo hace referencia a la llegada del climaterio –«mal llamada menopausia»–, sobre la alimentación cíclica y las alternativas sostenibles a los productos de higiene desechable. Otro de los talleres se lleva a cabo con sangre menstrual de las participantes: «Se trata de arte terapia con la menstruación, invitando a la persona a hacer las paces con su sangre menstrual y descubriendo en ella sus matices; no hace falta ser artista pero sí tener la mente abierta», aclara.
Esta emprendedora afirma que los talleres están abiertos a todos los géneros, al entender que a los hombres les debe interesar también el funcionamiento de los cuerpos de las mujeres y esto puede ser una forma de tender puentes a favor de la equidad en derechos sociales.
En cuanto a los métodos reutilizables durante la menstruación, Nieto plantea que dependen de la persona, de ahí que lleve a cabo un asesoramiento más personalizado, «porque no todas se sienten a gusto, hay quien no puede usar una copita menstrual, por problemas de vaginismo, y quien no está a gusto con una compresa de tela, con lo cual depende mucho de la mujer y de sus necesidades».
Acerca de que se deba rebajar el IVA de los productos de higiene, Nieto dice que «la pobreza menstrual preocupa porque no todas las personas tenemos el mismo estatus económico, estamos obligando a una parte de la población a consumir este tipo de métodos de higiene gastándonos mucho dinero que no tenemos y se redobla si somos más de una mujer en casa; es una asignatura pendiente que hay que abordar cuanto antes, somos la mitad de la población, confío en que esto se consiga en algún momento».