Dicen que las situaciones extremas sacan lo mejor del ser humano y, a lo largo de la pandemia y el confinamiento, se han conocido muchas experiencias que certifican la anterior afirmación. A lo largo de estos meses numerosas personas han vivido experiencias duras, pero la vida obliga a seguir adelante de la mejor manera posible. Y si además puedes con distintas acciones contribuir a mejorar la vida de otros, quizá haga que la dureza de la experiencia sea, cuanto menos, reconfortante al margen de solidaria.
Celia Lázaro de Pablos es segoviana, vecina de Navas de Oro y matrona. Pero durante este confinamiento también ha sido madre de gemelos prematuros de apenas seis meses. Desafortunadamente sus bebés, Olatz y Alain, no pudieron superar las dificultades que les puso la vida y fallecieron en distintos momentos. Pero esta dura experiencia ha servido para que Celia quisiera hacer algo por los niños que sí pueden seguir adelante en su camino. Ella ha sido la única donante de leche materna en activo durante el confinamiento en Castilla y León. A pesar de todo lo vivido cree que es necesario dar visibilidad a estas situaciones. «Aunque apenas se conozca hay niños prematuros que sobreviven, pero también les hay que por desgracia no. Es una realidad y además estos niños necesitan de la leche materna que en ocasiones no puede ser la de su propia madre y por esto la donación de leche es muy importante», afirma.
Fruto de su profesión, matrona, es conocedora de todo lo que implica la maternidad y ahora lo es más desde la experiencia. Cree que lo que ha vivido además la va a ayudar en su profesión porque las mujeres cuando van a ser madres también buscan cierta empatía en matronas que ya lo han sido. Respecto a la importancia de la donación de leche, ella agradece aún más que exista porque el tiempo que no pudo estar con su hijo Alain recibió leche de otras donantes. Su situación se vio un poco más complicada porque al estado de alarma y al confinamiento se unió que tuvo síntomas leves de la Covid-19 y hasta que no dio negativo en las pruebas no pudo estar con su pequeño. Desde el primer momento empezó a sacarse leche y después, a pesar del fallecimiento de Alain, decidió seguir con la labor, para, al igual que otras madres habían ayudado a su hijo, que su leche también sirviera para ayudar a otros neonatos que lo necesitaran.
El legado de dos vidas truncadasEs muy raro que una madre que ha perdido a sus hijos siga donando leche, pero ella consideró que también era una acción que podía ayudarla a sobrellevar lo que estaba viviendo. «Era una manera de seguir ayudando porque la lactancia me estaba yendo muy bien y decidí ponerme en contacto con el Banco de Leche de Castilla y León ubicado en el hospital Río Ortega de Valladolid, para donarlo. El hecho de seguir sacando leche me hizo seguir conectada con la lactancia y la maternidad hasta que poco a poco decidí el momento de dejarlo. Si no hay alguien que te diga que puedes donar leche, por lo general no es algo que las madres sepan», explica.
Tras ponerse en contacto con el Banco de Leche, conocer su caso y cómo estaba realizando el proceso de conservación y extracción de la leche, la coordinadora del Banco, María Samaniego, consideró oportuno aceptar la leche de Celia. El hecho de ser matrona y conocer perfectamente todos los protocolos para que la leche contara con todas las garantías higiénicas fue un aspecto importante, ya que aunque está estudiado que la Covid-19 no llega a la leche materna, si no se cumplen las correctas medidas, existe cierto riesgo.
Durante el tiempo que ha estado sacándose la leche, ha conseguido unos siete litros que pueden ayudar a alimentar durante varios meses a un neonato. «Me daba tanta rabia tener que tirar toda la leche que tenía.... Parte la doné y hay otra parte que seguramente vaya para investigación al tratarse de una leche de una madre con Covid», cuenta. Con estas acciones Celia intenta que todo lo malo que ha pasado se convierta en algo positivo, como dar a conocer que existen los bancos de leche y que además puede contribuir a la investigación. «Con el coronavirus todo eran puertas cerradas y situaciones muy difíciles. Poder seguir donando leche ha resultado muy reconfortante a pesar de vivir un proceso muy duro en un momento muy duro de la historia», añade.
Gestos como los de esta segoviana sirven un poco más para concienciar sobre otras realidades que también existen y que muchas mujeres han vivido en silencio como es la pérdida de un hijo prematuro y también la importancia, no solo de la lactancia materna sino de la donación de leche que puede ayudar a otros bebés, como lo fueron Olatz y Alain que a pesar del devenir de la vida sirven de empuje a esta joven segoviana ante la adversidad. Por ellos.