Compran edificios, un hotel y una iglesia en La Granja

David Aso
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Un proyecto privado promueve «hacer comunidad» con alojamientos exclusivos y el reto de convertir la iglesia de Santa Isabel en sede de un festival cultural que toma como referencia el Starlite de Marbella

Interior de la iglesia de Santa Isabel, adquirida dentro del proyecto privado de La Farm para reconvertirla en "multiespacio creativo" para teatro, conciertos y otros eventos. Los promotores ambicionan un festival "del estilo del Starlite de Marbella - Foto: Rosa Blanco

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La Farm.

San Ildefonso vive con relativa discreción el inicio de una pequeña gran revolución sociocultural, y también económica por la cantidad de proveedores locales que está moviendo, ante la puesta en marcha de «un proyecto privado» impulsado por personas ligadas a la localidad desde hace décadas. «Participan muchas de La Granja y otras que le tienen mucho cariño a esta zona», si bien la «cara visible» es Francesca Garrigues Aldrich, miembro de una de las sagas familiares más conocidas del derecho, la economía y la política en España. Criada en los prados de Pelayos del Arroyo desde los cinco años y, según avanza en declaraciones a El Día, dispuesta a «generar comunidad» en el Real Sitio atrayendo nuevos residentes y visitantes con alojamientos exclusivos y nueva oferta de ocio y cultura. Una iniciativa con múltiples vertientes que van más allá de la inmobiliaria, aunque haya sido esta la primera en despuntar por las operaciones que han cerrado en los últimos meses. 

Destaca la adquisición de tres edificios céntricos (entre ellos el del popular restaurante Dólar, cerrado desde septiembre) que se destinarán a venta o alquiler de apartamentos exclusivos entre la segunda mitad de 2022 y 2023; un hotel con solera (San Luis, en la calle Barco) que dará un notable salto de calidad cuando reabra renovado con 17 minisuites en torno al mes de abril; y una iglesia desacralizada (la de Santa Isabel, neogótica del siglo XIX y situada en la calle Baños) que, después de mucho tiempo sin uso, se convertirá en un «multiespacio creativo» llamado a acoger a partir de junio todo tipo de manifestaciones artísticas y culturales. Desde exposiciones, conferencias, montajes teatrales o conciertos hasta rodajes. Con previsión de que sirva como sede de un festival «duradero en el tiempo», en lugar de concentrarlo en pocas fechas, y con una ambición que se dispara al tomar como referencia el prestigioso Starlite de Marbella, autodenominado el festival boutique más importante de Europa, además del más largo (50 días de actividad).

Los apartamentos exclusivos, el hotel y el «multiespacio creativo» son los tres pilares fundamentales de una iniciativa en la que estas y otras vertientes cobran especial significado con su visión en conjunto, conceptualizada bajo un mismo nombre que empieza a resultar familiar en San Ildefonso, 'La Farm', combinando la traducción al inglés de 'granja' con el artículo en español ('la' en lugar de 'the'). 

Exterior de la iglesia desacralizada de Santa Isabel, neogótica del siglo XIX.Exterior de la iglesia desacralizada de Santa Isabel, neogótica del siglo XIX. - Foto: Rosa BlancoTodo empezó a tomar sentido el pasado mes de septiembre con la inauguración de La Farm Wellness en la plaza de la Fruta, un centro de bienestar físico y mental que ofrece clases de yoga, fitness, meditación, baile, fisioterapia y perfeccionamiento deportivo. Cuenta con un centenar de usuarios y da empleo estable a cinco profesores, además de la veintena de colaboradores que ya han pasado por allí para impartir talleres, y ha resultado ser la punta de un iceberg en expansión.

En paralelo pusieron en marcha un programa de actividades al aire libre bajo la denominación La Farm Outdoor tras alcanzar un acuerdo con la empresa local de bicis eléctricas Naturcleta, ofreciendo así rutas sobre dos ruedas y también otras con raquetas de nieve. 

Para marzo esperan la apertura de otro local, La Farm Belleza, que ya de inicio generará otros dos puestos de trabajo; y más adelante, una sociedad gastronómica que funcionará «al estilo de los txokos del País Vasco o las casas regionales», limitada a socios para alimentar esa conciencia de comunidad que se pretende entre quienes tomen parte activa en este proyecto de proyectos. Estudian su ubicación en el mismo local del antiguo restaurante Dólar, «pero aún no es seguro», matiza Garrigues, y «de momento» han bautizado esta iniciativa como La Farm Gourmet. El hotel San Luis, por cierto, pasará a ser La Farm Residences, denominación que quizá también ampare los apartamentos; y la iglesia de Santa Isabel, La Farm Studio.

El Hotel San Luis, adquirido también dentro del proyecto de La Farm, reabrirá tras una reforma, en torno al mes de abril, con El Hotel San Luis, adquirido también dentro del proyecto de La Farm, reabrirá tras una reforma, en torno al mes de abril, con "17 minisuites". - Foto: Rosa BlancoORIGEN. Garrigues Aldrich relata a El Día cómo «todo empezó a gestarse a raíz del confinamiento» y en parte de manera improvisada, con una hoja de ruta muy básica y sin un presupuesto cerrado, de tal modo que el proyecto ha ido cogiendo cuerpo según incorporaba nuevas ideas. Rienda suelta a la incontinencia emprendedora cuando se cuenta con poder adquisitivo para ello: «Son ganas de compartir. Los que ya pasamos de los 50 años de edad tenemos mucho que contar, y aunque se te acabe el periodo más importante de tu vida profesional, siempre tienes ganas de seguir avanzando». Más aún cuando asegura que «esto cumple un montón de sueños y es también una historia de amor por la zona». «Dudo que hubiéramos lanzado algo parecido en otra», añade. 

Los primeros meses de pandemia fueron los del inicio del boom de la demanda de viviendas fuera de capitales, alentada además por la acelerada implantación del teletrabajo. Una etapa que ella misma y su pareja pudieron pasar en San Ildefonso: «Empezamos a pensar que a nivel inmobiliario podía haber aquí una oportunidad de crecimiento», y así terminaron adquiriendo los tres edificios para apartamentos: uno de tres plantas en la plaza de los Dolores, donde había un estanco; otro de dos en la esquina de Padre Claret con José Costa; y otro de cuatro, el del restaurante Dólar, en la calle Valenciana, que bajó la persiana en septiembre tras más de 60 años de actividad. 

En total proyectan 15 o 16 apartamentos (queda pendiente decidir si se unen dos para hacer un dúplex) y todos con el plus de exclusividad que aporta la idea de que los compradores participen en el diseño desde el principio. «Hoy en día estamos muy acostumbrados a la construcción modular, te dan la casa llave en mano y es normal porque sale más barato, pero creo que la opción de poder opinar desde el principio, aunque sea más lenta y costosa, también resulta más atrayente», piensa Garrigues Aldrich, que sólo por su círculo de contactos ya está atendiendo consultas, a pesar de que la fase de comercialización como tal no ha empezado todavía. Los apartamentos de la plaza podrían demorarse hasta 2023 porque han tenido que derribar el edificio viejo y la construcción parte por tanto de cero, mientras que los de las otras dos ubicaciones sí se esperan este año.

Uno de los edificios adquiridos para apartamentos, dentro del proyecto privado de La Farm, es el del popular restaurante Dólar, cerrado desde septiembre después de más de 60 años de actividad.Uno de los edificios adquiridos para apartamentos, dentro del proyecto privado de La Farm, es el del popular restaurante Dólar, cerrado desde septiembre después de más de 60 años de actividad. - Foto: Rosa Blanco«Pero lo que empezó como un proyecto inmobiliario ha ido creciendo según surgían posibilidades de manera natural, aunque suene imposible», continúa. De esta forma, con la época de confinamiento duro aún sin terminar se les presentó otra «oportunidad», la de tener un local céntrico que estaba ya prácticamente renovado para montar el centro de bienestar; y hablando con amigos sobre tal apertura salió entre bromas el nombre de La Farm. «Me pareció que podía hacer gracia, me puse entonces a diseñar un logotipo y así», partiendo de lo que finalmente denominó La Farm Wellness, «empezó la andadura de hacer un proyecto más amplio».

«Entretanto, por mi cultura internacional (padre español y madre estadounidense) me encuentro con la sorpresa de que muchos amigos extranjeros, cuando visitan España, van a Barcelona, Madrid, Sevilla, Toledo… La Granja no estaba en su circuito natural y por eso pensamos en idear actividades que les atrajeran». De ahí también La Farm Outdoor, gracias en este caso al citado acuerdo con la empresa granjeña Naturcleta.

Tiempo después, «en un momento dado, nos enseñaron la iglesia y su reforma». En las últimas décadas, estando ya desacralizada y en manos privadas, no había hecho más que alternar entre posibles usos hosteleros que sólo quedaron en intenciones y sanciones por falta de conservación; hasta que se acometió su restauración a partir de 2018, ya con la división inmobiliaria del Banco Santander como titular de este templo fundado en 1859. «Nos gustó mucho, surgió la oportunidad de compra y la aprovechamos porque ofrece muchas posibilidades para acoger rodajes del tipo documental o serie histórica, reportajes fotográficos, conferencias, exposiciones, actuaciones de teatro, conciertos… Eventos de toda índole», valora Garrigues, que apunta alto en su objetivo. «La idea sería un poco lo que puede haber hecho Starlite en Marbella: generar algún tipo de evento que dure en el tiempo y que invite a que la gente venga». 

El centro de bienestar físico y mental La Farm Wellness se inauguró el pasado mes de septiembre.El centro de bienestar físico y mental La Farm Wellness se inauguró el pasado mes de septiembre. - Foto: Rosa BlancoEl Starlite Festival, promocionado como «el mejor festival boutique de Europa», se celebra desde 2012 en un anfiteatro de roca al aire libre en Marbella; y después de nueve ediciones en las que su nómina de patrocinadores privados no ha dejado de crecer, cuando menos ya se ha afianzado como el festival de mayor duración del Viejo Continente, con más de 50 días de conciertos. Por allí han pasado artistas como Elton John, Lenny Kravitz, Lionel Richie, Andrea Bocelli, Maluma, Tom Jones, Pet Shop Boys, Alejandro Sanz, Eros Ramazzotti, Luis Fonsi o Plácido Domingo, y su singularidad no sólo reside en el espacio donde actúan, sino en cómo se completa la experiencia con oferta gastronómica y otros espectáculos antes y después. Su notoriedad ha crecido además gracias a la Gala Starlite, un evento benéfico anual que tiene como anfitriones al actor Antonio Banderas y la empresaria fundadora del Grupo Starlite, Sandra García-Sanjuán. 

La iglesia de Santa Isabel, por su parte, una vez que el Banco Santander ya llevó a cabo en los últimos años la restauración general, debe readaptar sus 1.300 metros cuadrados de superficie como auditorio y contenedor de otras manifestaciones culturales. «El edificio es una maravilla, pero hay que ponerle servicios, climatización o iluminación, entre otras cosas», precisa Garrigues Aldrich, quien avanza por ello que, aunque se fije la reapertura en junio, «probablemente no se ofrezcan conciertos hasta agosto».

SAN LUIS. Por otro lado, «después surgió la oportunidad de comprar el hotel y nos pareció una buena idea para que las personas que vinieran a los eventos pudieran completar la experiencia, aunque está claro que se terminará derivando negocio al Parador, que es increíble, y a otros hoteles de La Granja», señala. El San Luis llegó a tener cuatro estrellas, pero en su última etapa ha estado funcionando con dos y, durante los próximos meses, permanecerá cerrado por reforma para reabrir en torno a abril con sus 17 habitaciones reconcebidas como «minisuites» con cocina.

Recapitulando de nuevo, la batería de iniciativas emprendidas está integrada por el centro de bienestar, el centro de belleza, las actividades al aire libre, el «multiespacio creativo» en la iglesia, los apartamentos exclusivos, el hotel, el txoko… Garrigues Aldrich declina concretar de momento el volumen de inversión: «Por suerte no se está poniendo presupuesto encima de la mesa porque si no es cuando te entra el miedo. Lanzamos el concepto y a partir de ahí vamos viendo porque esto ha ido creciendo muy rápido sin que hubiera nada planificado, sin haber puesto en un papel que esto iba a ocurrir de esta manera». Y aún hoy sin ponerse límites a una incontinencia emprendedora que puede derivar en más proyectos, a pesar de que los que ya están lanzados son suficientes para marcar el presente y futuro de San Ildefonso.