Pocos sectores empresariales como el del reciclaje están pensados para que, independientemente de que ofrezcan un balance económico positivo, se consoliden dentro de un mercado esencialmente lucrativo y competitivo y, de hecho, una gran parte de esta actividad supone un coste deficitario para las arcas públicas que soportan la recogida de productos desechados.
La industria del reciclaje está muy por encima de si ofrecen o no beneficios y registra crecimientos exponenciales motivados por la defensa de la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente.
La tarea que lleva desarrollando la Administración durante las últimas décadas ha sido muy cuantiosa para consolidar tanto este segmento empresarial como el cambio de mentalidad de la sociedad a través de campañas que tenían como objetivo lograr la implicación y concienciación ciudadana.
El crecimiento de la actividad económica de los residuos ha impulsado en las últimas décadas en España la creación de un tejido empresarial especializado en el cuidado del medio ambiente, en un contexto en el que se ha incrementado la recuperación de materiales que se han destinado a una segunda vida gracias a su reutilización.
Según un análisis del observatorio DBK de Informa, el volumen de residuos recuperados creció un 1,8% en 2019 respecto al año anterior, situándose en 20,2 millones de toneladas, incluidos productos metálicos, papel y cartón, madera, vidrio y plástico, con un volumen total de negocio del sector de 3.500 millones de euros.
La mayoría correspondió al aprovechamiento de metales que concentraron más del 60% del balance total, seguidos de papel y cartón, con cerca de la cuarta parte del total, correspondiendo el resto a madera, vidrio y plástico.
En cuanto a las exportaciones de desperdicios y desechos, se observó una disminución significativa en 2019, con 1.730 miles de toneladas, mientras que las importaciones aumentaron algo más de un 2% hasta 6.130 miles de toneladas.
El sector cuenta con unas 350 empresas dedicadas al reciclaje de residuos, con más de 400 plantas repartidas por todo el territorio nacional que atienden, principalmente, a contratos públicos de ayuntamientos, diputaciones y gobiernos autonómicos.
Se trata en la mayor parte de sociedades de capital español, aunque también se dan casos en los que existe una participación de grupos extranjeros.
La estructura de estas compañías se caracteriza por la presencia de una mayoría de empresas de pequeña dimensión, que se especializan en el reciclaje de un solo material, coexistiendo con un grupo más reducido de grandes operadores.
En términos de empleo, se trata de una actividad clave para el medio ambiente que aporta más de 30.000 empleos a día de hoy en España.
El sector recicla más de 350.000 camiones al año que, en términos visuales, formarían una fila continua de Madrid a Moscú y, si hablamos de la cifra de todos los neumáticos reciclados en un solo año, se podría recorrer la distancia que separa Madrid de Groenlandia.
En este contexto, el 87% del acero producido en España procede de materiales reciclados y lo mismo ocurre con el plomo que asciende hasta el 100%. Respecto al aluminio, cada año se recupera alrededor de 3,7 kilos por habitante.
En el plano doméstico, casi 39 millones de españoles aseguran tener en sus hogares varios cubos destinados a separar los residuos para su posterior reciclaje y uno de ellos lo destinan exclusivamente a envases para el contenedor amarillo, según un estudio encargado por la organización ambiental Ecoembes.
El análisis, realizado a partir de una encuesta a 8.800 personas, puso de manifiesto que el 82,3% de los entrevistados afirmaron que separaban los envases y deshechos metálicos en origen, lo que representa casi dos millones más de ciudadanos recicladores que en 2019.
El informe confirma, además, que en la mayoría de los hogares españoles hay una media de 3,2 cubos o bolsas de basura en los que separar los residuos y darles una segunda vida a través del reciclaje, una práctica que realizan el 93,3% de los encuestados «porque lo consideran importante, aunque otros no lo hagan», mientras que el 75,4% aseguran «hacerlo con orgullo».
En cuanto al tipo de residuos, el muestreo indica que el 78,6% de los ciudadanos afirma que asocian y tiran en el contenedor amarillo las botellas, botes o garrafas de plástico; el 69,8% los briks y el 66,4% las tarrinas o vasos de yogurt de plástico, pero también que aún hay residuos, como los aerosoles (37,1%).
Desde la empresa Ecoembes, sostienen que estos datos del reciclado ponen de manifiesto la necesidad de «dar pasos en firme» hacia la economía circular, para lo cual considera que es necesario «apostar por la reducción, la reutilización y el reciclaje, asumiendo que reciclar más y mejor es responsabilidad de todos».
España se sitúa en el sexto lugar del ranking de la Unión Europea (UE) en reciclaje de envases (domésticos, comerciales e industriales), con una tasa de 70,3% con una tendencia creciente, también en creación número de empresas, personas empleadas y volumen de rentabilidad económica.