Entramos en el Palacio de Enrique IV, en el que la Junta de Castilla y León ejecutó en 2014 obras de consolidación para evitar su deterioro. Ahora, seis años después, ha comenzado una intervención en tres de sus yeserías, uno de los elementos decorativos que se mantienen del siglo XV. ‘Junto con los alfarjes policromados,estas yeserías eran lo que veían Enrique IV y la reina Juana en este Palacio’ nos explica Cristina Gómez, la restauradora del Servicio Territorial de la Junta. Este matiz da valor a la inversión prevista de casi 14.000 euros para la actuación con la que se va a devolver el volumen original a estas piezas.

Hasta octubre la restauradora María Magdalena García Pérez-Minguez se encargará de retirar el engasado y recuperar los volúmenes originales de tres de las seis yeserías mudéjares del siglo XV que se conservan en el palacio de Enrique IV. En concreto los trabajos se centran en las tres yeserías de la planta baja, dos de ellas de grandes dimensiones que corresponden con las que decoraban las puertas que daban acceso desde el patio a las estancias reales. Cuentan con policromías en los escudos de Castilla y León y Portugal que coronan estas yeserías, de las que se enviarán muestras a Simancas.

Declarado Bien de Interés Cultural en 2005, este Palacio fue la residencia en el centro de la ciudad de Enrique IV para evitar el frío del Alcázar. Tras la expropiación de manos privadas, en 2014 la Junta consolidó el edificio con el fin de comenzar su recuperación para un uso cultural.

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