Los aficionados de la Gimnástica Segoviana están frotándose las manos. Con independencia del desenlace que tenga la temporada tiene pinta de que se lo van a pasar muy bien. Hoy ha sido otra pista muy fiable. El equipo de Ramsés ha firmado un partido entretenidísimo ante un filial del Athletic que también ha contribuido. Fútbol sin miedos, libre de artificios innecesarios, pleno de esencia.

Antes de empezar, el decorado vaticinaba cosas buenas. El buen tiempo, el clima de cordialidad entre aficiones -hubo muchos seguidores del Athletic en las gradas- y la ilusión que está generando esta Segoviana transmitieron un karma positivo al partido, de ida y vuelta, agitado en las dos porterías.

Revoloteaba Eneko Aguilar en el área de Carmona y respondía Javi Borrego en la del Athletic. El atacante salmantino exhibió su calidad sobre el cuarto de hora empotrando a su defensor y colando el balón con un disparo ajustado al palo. 1-0. Y pudo ser 2-0 porque Hugo Díaz estuvo a punto de sorprender al guardameta vasco con un disparo lejano que acarició el gol y Davo volvió a labrarse oportunidades.

La Segoviana se fue al descanso ganando y convenciendo. Es un equipo que no se anda con rodeos. Cuando agarra el balón es afiladísimo. Mira siempre a la portería rival y, si piensa en cómo llegar a ella, la respuesta de su mente es siempre es la misma. Pocos pases horizontales y muchos verticales.

El gol del Athletic B fue casi un calco del tanto de la Segoviana. Un atacante -Ekain- con el cuchillo entre los dientes y una defensa menos agresiva de lo debido pese al buen partido de Abel Pascual y David López. 1-1.

Con toda la segunda parte por delante y nada decidido, los cambios marcaron la diferencia. Al Athletic le empeoraron y a la Segoviana no, aunque el gol llegó a través de dos que habían sido titulares. Rubén Yubero -qué partidazo el suyo- centró al segundo palo a veinte minutos para el final y allí apareció Berlanga para hacer bingo.

La vida es maravillosa ahora mismo en la Segoviana. Responden el campo y los despachos y disfruta la grada, apenas agobiada en los últimos minutos. El Athletic tuvo una para empatar, pero el equipo de Ramsés no es un novato pardillo. Solo lleva cinco jornadas en Primera RFEF y ya compite como si hubiera aterrizado en la categoría hace diez años. Esto promete.