Ainhoa Tuñón es una joven de 30 años que se independizó después de la pandemia. Se fue de alquiler a una vivienda de La Higuera que entonces le costaba 240 euros y ahora ha subido a 450. Ha tenido que volver a casa de sus padres y empezar de nuevo. «Estoy buscando una casa para comprar en los pueblos cerca de Segovia porque tengo una perra, pero es que te piden 100.000 euros por una de una habitación en Espirdo. La primera vez que me independicé los precios estaban bien en Segovia, pero desde entonces han subido muchísimo y solo han pasado tres años. Y muchos de los ahorros que tenía se me fueron en el alquiler», relata.
Las dificultades de los jóvenes para comprar una vivienda son eternos y siguen sin tener una solución. A pesar de que necesita atraer población, Segovia tampoco consigue resolver esos problemas. O al menos no todos. El precio se erige como el principal obstáculo pero como parte de un círculo vicioso en el que intervienen más factores. «Es una realidad que mucha familias se están viniendo de Madrid por lo complejo –por no decir imposible– que es comprar en Madrid, pero en Segovia hay poco movimiento en los inmuebles que se ofrecen. Hay pocos y siempre son los mismos. Y donde nosotros buscábamos, que era la zona de San Millán, Gobernador Fernández Jiménez y Ezequiel González casi todo es antiguo con necesidad de reforma», ejemplifican Carmen y su marido, que acabande adquirir una vivienda en la ciudad.
Más allá de las fallas que transmiten los ciudadanos a partir de sus experiencias personales, el mercado inmobiliario de Segovia arrastra defectos que revelan los datos. En el primer trimestre de este año fue la segunda provincia de Castilla y León con el precio medio más alto para la compra de vivienda, según las cifras publicadas por el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, responsable en materia de vivienda. 123.065,9 euros solo superados por los 146.867,8 de la provincia de Valladolid. Este coste se dispara hasta su nivel más alto desde 2012.
«La demanda es la que te regula el precio. En Segovia capital tenemos demanda y no tenemos mucha oferta. Es muy difícil que salgan pisos nuevos al mercado cuando se van vendiendo los que hay y, en cuanto a vivienda nueva, quitando dos promotores lo demás es cooperativa y ahora mismo las cooperativas están cubiertas. No hay mucha construcción nueva para ofrecer», señala el presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Segovia, Miguel Tovar.
Hay más interesados en comprar una vivienda que oferta a su disposición. El precio solo determina en estos momentos la velocidad a la que se firma la operación. La última promoción construida en la plaza de los Huertos –en pleno casco histórico de Segovia– se ha comercializado por 3.200 metros cuadrados y acaba de terminar de venderse aunque fue proyectada hace más de un lustro. «Lo que más tarda en venderse es todo lo que sube de 200.000 euros. Todo lo que sea hasta 140.000 euros lo vendemos como churros. Si ahora mismo tuviera siete pisos en precio, te los vendería en una semana», apunta el presidente de la Asociación Segoviana de Empresas Inmobiliarias, Gonzalo Marina.
Aquí, otra arista a introducir en el análisis. El crecimiento del número de alumnos que continúan registrando la Universidad de Valladolid y la IE University mantiene el interés en invertir en ladrillo, donde la rentabilidad en este ámbito puede alcanzar el siete por ciento. En este contexto, los salarios de los jóvenes crecen a un ritmo muy inferior al del precio de las viviendas, también encarecidas por el aumento del coste de los materiales de construcción.
Los portales digitales especializados también reflejan esa tensión del mercado en Segovia. Según Idealista, nuestra ciudad tiene el segundo metro cuadrado más caro de Castilla y León. Los 1.835 euros en los que se situó el pasado mes de agosto solo encuentra parangón en Salamanca (1880 euros por metro cuadrado). El resto de provincias se sitúan por debajo: Ávila (1.315), Burgos (1.800), León (1.442), Palencia (1.299), Soria (1.816), Valladolid (1.723) y Zamora (1.171).
Idealista también ilustra sobre la escasez de la oferta de viviendas a la venta en Segovia, cuyo rango por habitante es el cuarto más bajo de la comunidad autónoma. Apenas hay 0,0082 hogares por habitante disponibles para comprar, en contraste con provincias como León, Salamanca o Zamora, donde ese índice se encuentra en 0,0115, 0,0151 y 0,0148, respectivamente.
Las promociones de viviendas en construcción en la actualidad se pueden contar con los dedos de las manos y sobran dedos. Las del sector de la Plaza de Toros, la que comercializa la inmobiliaria Siete Picos en la calle José Zorrilla, otras dos al lado de la piscina cubierta y en Vía Roma junto a la subida a San Cristóbal... Poco más. Hay más promociones previstas pero aún no han comenzado las obras en la Carretera de Valdevilla –las cien viviendas colaborativas en alquiler para jóvenes impulsadas por la Junta de Castilla y León–, en el paseo de Ezequiel González y en la calle San Francisco, y hace unos días los dueños de una parcela situada junto al centro de salud de San Lorenzo han desbrozado los terrenos, que tienen capacidad para 93 viviendas, según aparece recogido en el Plan Especial de las Áreas Históricas (Peahis).
El presidente de la Asociación Provincial de Industrias de la Construcción (APIC), Javier Carretero, insta al Ayuntamiento a anticiparse al problema de falta de suelo que puede producirse en un plazo no superior a los cinco años. «En el sector de la Plaza de Toros queda suelo para construir en torno a 300 viviendas. Nos vamos a encontrar como en 2006 que no había suelo y todo el mundo se fue a los pueblos de alrededor», alerta.
El equipo de Gobierno del alcalde, José Mazarías, trabaja en el desarrollo del sector A y B –los terrenos situados entre La Albuera y Nueva Segovia junto a la Carretera de La Granja–, pero todavía queda un largo camino por recorrer. «Es un sector muy grande pero para desarrollarlo hace falta una infraestructura de costes que no se puede asumir. Si el Ayuntamiento lo sectorializa y lo hace más pequeño de manera que se puedan acometer grupos de 40, 50 o 60 viviendas sin tener que afrontar la urbanización de todo el sector, sería más factible de realizar», opina el presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, Miguel Tovar. «Y en Segovia ahora mismo no hay absolutamente nada de vivienda unifamiliar. Estaría bien que en el sector A y B hubiera un diez o un veinte por ciento de vivienda unifamiliar y que el resto fueran para vivienda en bloque, que es lo que se puede permitir el 90% de la gente», añade Carretero.
Al margen de la influencia que ejerce sobre ella la escasez de oferta, la demanda parece existir. Según los datos más actuales del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, la compra de viviendas en Segovia capital se alzó en 2022 y 2023 a niveles muy similares a los previos al estallido de la burbuja inmobiliaria. En la provincia la recuperación ha sido menor, pero la reciente bajada de los tipos de interés puede suponer un impulso trascendental a pesar de todos los condicionantes existentes en el mercado, que dan para una tesis doctoral.