El Ayuntamiento de Segovia solicitará un informe al Colegio de Arquitectos para revisar las características de los edificios de la ciudad tras el pavoroso incendio registrado la semana en dos bloques de viviendas de Valencia. A la espera de que el presidente de los arquitectos segovianos, Alberto López, regrese de un viaje en el que se encuentra fuera de España para llevar a cabo ese estudio, su predecesora en el cargo, Susana Moreno, actual decana del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla y León, subraya que los edificios de Segovia son «seguros en general» y recuerda que la mayoría se construyeron en los años 70 y 80 «con los métodos tradicionales». La mayor expansión de las fachadas ventiladas como la de Valencia se espera a partir de ahora con la rehabilitación energética de los inmuebles, pero la Junta de Castilla y León supedita la concesión de fondos europeos a estos proyectos a la instalación de cortafuegos en cada planta del edificio.

La Administración autonómica concedió 151 subvenciones con fondos europeos en la provincia de Segovia para la rehabilitación energética de edificios, un 319 por ciento más que en 2022, el primer ejercicio en el que lanzó estas ayudas. Y la expresidenta del Colegio de Arquitectos de Segovia esperan que lleguen más en los próximos meses. «La información no llega a todos de la misma manera en esta comunidad autónoma. En Valladolid y Burgos hay mucho movimiento y Segovia está en la media, pero hay zonas en las que se está solicitando menos», señala.

El eje principal de estas rehabilitaciones energéticas es la instalación de sistemas de aislamiento térmico. El Sistema de Aislamiento Térmico Exterior (SATE) se ha convertido en una de las soluciones más demandadas, pero también existe la posibilidad de poner fachadas ventiladas. En este último caso es obligatorio instalar cortafuegos en cada planta. «La normativa del 2019 ya lo exigía para todos los edificios de nueva construcción, pero desde el 2019 no se han construido demasiados en Segovia. De todas formas, para que se produzcan sucesos tan graves como el de Valencia, tiene que haber una conjunción de factores al mismo tiempo. Hay que esperar a que los peritos hagan la evaluación del edificio, pero en este caso había una fachada ventilada con una cámara continua -que es algo que ya no está permitido hacer-, había un viento fortísimo, ambiente seco y altas temperaturas, elementos en fachada como toldos...», indica Moreno.

La preocupación se ha extendido entre las comunidades de propietarios. «El edificio de Valencia fue construido con una normativa de 1996, en 2006 se aprobó otra más rigurosa y, a raíz del incendio de la torre Grenfell en Londres en 2017, las exigencias son mayores desde 2019 para este tipo de fachadas ventiladas», añade la propia Moreno. «He pedido a la empresa instaladora del SATE que me pase un documento explicativo sobre ello porque los vecinos están preocupados. Tiene que ser ignífugo, claro», explica Ignacio Avial, un administrador de fincas que está inmerso en proyectos de rehabilitación energética de varios edificios de Segovia. El alcalde de Segovia, José Mazarías, cree que al menos hasta ahora los constructores han trabajado con rigurosidad en la ciudad. «Pero no está de más hacer una revisión», subrayó en Vive! Radio Segovia.

LA ESCALA DE LOS BOMBEROS. El edificio residencial más alto de Segovia se encuentra entre la plaza Vendrell y la calle Tours y tiene nueve alturas. Un alivio para el Servicio de Prevención y Extinción de Incendios de la ciudad, cuya escala con mayor capacidad puede alcanzar hasta un décimo piso, según indica su responsable, José Luis del Pozo, que durante mucho tiempo ha utilizado en numerosas ocasiones ese inmueble para que sus efectivos llevasen a cabo prácticas.

Del Pozo lamenta que, a raíz del incendio de Valencia, se está ofreciendo información inexacta. «Que una fachada sea ventilada no quiere decir que sea mucho más peligrosa.  Lo único es que tiene que tener una sectorización tanto horizontal como vertical conforme a lo que marca la normativa y con materiales que han de estar certificados. Es verdad que hay edificios anteriores a esta normativa, pero cumplirían la que hubiera en el momento en el que se construyeron. Pero no necesariamente tiene que ser más peligrosos y luego se tienen que producir condicionantes como los que hubo, como un viento de 50 o 60 kilómetros por hora», argumenta el jefe de los Bomberos.