Un mal vicio también para los que están a tu lado

Begoña Fernández (EFE)
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Los expertos alertan de que fumar 20 minutos en el coche con un niño es como si él inhalara cuatro cigarrillos y estar media hora expuesto al humo en una terraza equivale a un pitillo

Un mal vicio también para los que están a tu lado - Foto: Imagen de wirestock en Freepik

El tabaquismo pasivo tiene grandes perjuicios para la salud. Fumar en el coche mientras llevas a tu hijo al colegio en un trayecto de 20 minutos es para el menor el equivalente a consumir entre cuatro y cinco cigarrillos al día.

En la víspera del día mundial sin tabaco, que se celebra hoy, el director del Centro Colaborador de la OMS para el Comité del Tabaco, Esteve Fernández, también se refirió a las terrazas donde la exposición de un no fumador al humo durante media hora implica lo mismo que haber fumado un cigarrillo de tabaco convencional. Si bien el interior de los coches y las terrazas de hostelería se llevan la peor parte, los hogares son otro lugar donde se alcanzan concentraciones de nicotina muy altas y similares en la habitación donde los padres dicen fumar y la de sus hijos.

Por eso, uno de los objetivos de los expertos en políticas antitabaco es conseguir hogares sin humo. «Los padres piensan que fumando en la cocina con la puerta cerrada y la campana extractora o en el balcón, no pasa nada y protegen a sus hijos, y eso no es cierto», señala este experto.

«Hemos detectado que las concentraciones de nicotina en toda la casa son iguales porque el humo se difunde por todo el hogar y encontramos concentraciones de sustancias carcinógenas también en las habitaciones de los niños», añade.

Otro ámbito para legislar serían las viviendas de alquiler. Se trataría de que se prohibiera fumar, igual que, por ejemplo, no se permiten mascotas.

No obstante, las mayores concentraciones se dan en los coches (hasta 100 miligramos de nicotina por metro cúbico) por ser el habitáculo muy pequeño, e incluso abriendo las ventanillas o poniendo el aire acondicionado. Y es que al abrir las ventanillas, el humo se concentra en la parte posterior del coche que es donde viajan los menores de edad.

Fernández también insta a legislar para que no se fume al menos a tres metros de las paradas de autobuses, a cinco metros de los accesos a colegios y hospitales y en todos los espectáculos al aire libre ya sean conciertos o deportivos, donde la población joven y adolescente es asidua, aunque la concentración de nicotina y otras sustancias carcinógenas sea significativamente menor.

Y es que en las paradas de autobuses al aire libre las exposiciones se disipan rápidamente «y, por suerte, nadie está una hora en una parada respirando el humo que exhala otra persona, pero está el problema de la visibilidad, que también es importante de cara a las generaciones jóvenes», señala. Otros ámbitos son los mercados, y mercadillos al aire libre o semi al aire libre «donde la gente ve el cielo y cree que fumar no es perjudicial».