Almacenes Flor Catalana y Confecciones La Fábrica son dos referencias obligadas en el comercio textil de Segovia y su provincia. Desde que abrieron sus puertas en la década de los 80 del pasado siglo, miles de segovianos han visitado sus tiendas para ver y disfrutar de la ropa en sus amplias instalaciones en las calles Severo Ochoa y Blanca de Silos respectivamente. Vidal Pérez es el responsable de Flor Catalana, y hace un balance que va de más a menos en cuanto al devenir del comercio textil en Segovia. "Cuando abrimos, tuvimos pronto una buena acogida del público que se ha mantenido fiel durante estos años, pero en los últimos años la caída en las ventas es muy notable y la realidad es que la cosa no pinta bien" reconoce el comerciante.

El cambio en los hábitos de consumo del cliente de las tiendas de ropa se ha hecho notar, y Perez no duda en hablar de la "decadencia" del comercio de proximidad, y lamenta también el hecho del deterioro de la calidad del producto que se vende de forma masiva en franquicias y grandes superficies. "La importación de productos procedentes de países asiáticos ha bajado mucho la calidad de las prendas frete a las que se producían en España – explica- y eso es algo que el cliente no percibe porque prima el precio por la calidad".

El responsable de la tienda pone de manifiesto el descenso de clientes procedentes de la provincia, debido no sólo a la crisis poblacional y la pujanza de las ventas online, sino a las dificultades que los que vienen de fuera de Segovia a comprar tienen para poder moverse por la ciudad; pero al igual que sus compañeros señala que la posibilidad de tener un trato directo con el cliente es el factor diferencial que hace que el comercio tradicional pueda mantenerse "aún durante un tiempo".