143 ganaderos de Castilla y León han solicitado acogerse al plan de balsas puesto en marcha por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, con el que hacer frente a las necesidades de agua de las explotaciones extensivas de la Comunidad. Tal y como explicaron desde el departamento que dirige Gerardo Dueñas, de esas 143 solicitudes, la gran mayoría registradas en las provincias de Salamanca, Zamora y Ávila. El plan de balsas, recordaron desde Agricultura, es un proyecto destinado a municipios con ganadería extensiva con mayores necesidades de agua, como son los del sur del Duero. El fin es el de crear pequeñas infraestructuras que permitan acumular el agua en invierno para poder utilizarla en verano, mejorando así la eficiencia del ciclo del agua, tanto para los animales y pastos como para servir de refuerzo a los servicios de extinción de incendios.
Este proyecto cuenta con un presupuesto para los próximos tres años de cinco millones de euros –un millón, ya en este 2024–. La previsión inicial es que se puedan construir unas 50 balsas hasta el 2026, las cuales contribuirán a la dinamización de las economías locales, a la creación de empleo y, por tanto, a fijar población en el medio rural. Por ello, tras cerrar el plazo de solicitudes, la Consejería de Agricultura ha abierto ya un periodo de subsanación de errores en la documentación. Además, ya ha comenzado a realizar los estudios de viabilidad de las ubicaciones propuestas por los ayuntamientos para poder priorizar las solicitudes presentadas, de acuerdo con los criterios establecidos en el Plan de Balsas como: la dificultad para el acceso al agua en época estival, el censo de ganadería en extensivo, la superficie de pastos y la forestal, así como aquellas balsas de las que se beneficiarán varios ayuntamientos.
Plan con las diputaciones
También ayer, la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio anunció que presentará próximamente un plan con las diputaciones provinciales, que contará con «una importante inversión» para eliminar las pérdidas de red que hay en los pueblos y la digitalización del suministro de agua potable que permita «menos pérdidas de agua y más eficiencia en el uso del recurso». Así lo avanzó el consejero del área, Juan Carlos Suárez-Quiñones, que también reclamó «mejoras en la regulación de los embalses y los pantanos para ser más eficientes en el uso del agua», así como «no parar el desarrollo del regadío», al considerarlo «la clave de la productividad de la renta agraria y de la modernización y transmisión de las explotaciones a las generaciones jóvenes y la incorporación de la mujer». En este sentido, resaltó que Castilla y León es «un ejemplo», al tratarse de la tercera comunidad en extensión de regadíos, con unas 450.000 hectáreas, según informa Ical.