La entrada en vigor el 29 de septiembre de la Ley de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales pretende paliar, concienciar y castigar los actos contrarios al bienestar de los animales, traducido en un endurecimiento de las penas y multas en materias como el maltrato y el abandono. «El principal objetivo de esta ley no es tanto el garantizar el bienestar de los animales evaluando las condiciones que se les ofrecen, sino el regular el reconocimiento y la protección de la dignidad de los animales por parte de la sociedad. Por tanto, no regula a los animales como un elemento más dentro de nuestra actividad económica a los que se deban unas condiciones por su capacidad de sentir, sino que regula nuestro comportamiento hacia ellos como seres vivos dentro de nuestro entorno de convivencia». señala el tercer párrafo de la ley.
Uno de sus principales puntos fuertes es la lucha contra el abandono, considerado como una infracción grave que puede acarrear multas de entre 10.001 y 50.000 euros además de una pena de hasta seis meses de cárcel cuando se considere que el animal fue abandonado en unas condiciones que pongan en peligro su vida o integridad. Dentro de las infracciones graves también se encuentra: no identificar de forma correcta al animal, usar métodos agresivos de educación, modificar o mutilar el cuerpo de un animal, la retirada de gatos comunitarios o mantener de forma permanente perros o gatos en terrazas, patios, etc.
A esto se sumala prohibición expresa de sacrificio de animales en cualquier circunstancia, por ejemplo vejez, enfermedad, cuestiones económicas o no encontrar una persona adoptante en el caso de protectoras o refugios de animales, exceptuando la eutanasia justificada y controldada por un veterinario para evitar al animal un sufrimiento por causas no recuperables. Si se incumpliera la norma, la sanción oscilaría entre los 50.001 y los 200.000 euros, además de una pena de prisión entre los 3 y 18 meses. A la misma sanción económica se enfrentan aquellos que usen los animales para peleas, la cría con fines comerciales por personas no autorizadas o dar muerte a los gatos comunitarios.
La Ley de Bienestar Animal nace cojaEn cuanto a las infracciones leves, que acarrean multas de entre 500 y 10.000 euros, se encuentra la falta de comunicación en la pérdida de un animal, permitir que los animales circulen por espacios públicos sin supervisión, dejarlos atados en espacios públicos o dejarlos sin supervisión en condiciones que puedan ser perjudiciales para su salud, como el interior de un vehículo cerrado o en el domicilio por más de 24 horas en el caso de un perro y 72 en el caso de los gatos.
Quedan excluidos de la Ley los perros de caza, rehalas y animales auxiliares de caza; los perros pastores y de guarda de ganado así como los perros utilizados en actividades profesionales, como es el caso de los perros de rescate.
Diversidad de opiniones. La Ley de Bienestar Animal ha provocado diversidad de opiniones. El presidente del Colegio de Veterinarios de Segovia, José Miguel Gil Sanz, lamenta que no se haya contado con los profesionales de su sector para la redacción, además de que hay aspectos que se encuentran «sin desarrollar y sin presupuestar». Además, la tacha como «una ley hecha desde un enfoque ideologista». Descontentos también se muestran desde la delegación provincial de Segovia de la Federación de Caza de Castilla y León, donde según palabras de su presidente, José Luis Gómez, les preocupa que en un futuro los perros de caza sean incluidos. «la Ley es un sinsentido», lamenta. Por su parte, la presidenta de la Asociación en Defensa de los Animales de Segovia, María Jesús Serrano, apunta que la Ley aún está «bastante verde» debido a que «hay muchas cosas que no se sabé cómo se llevarán a cabo o cómo se van a controlar». Además, lamenta que se haya excluido de la Ley a los perros tanto de caza como de trabajo y añade que, en su opinión, las penas por abandono «siempre son pocas».
Para finalizar, Armando Mico, trabajador en la tienda de animales MicoMascotas, apunta a que la Ley está consiguiendo lo contrario a lo que pretendía. «Lo que intentaban hacer con la Ley, que era evitar el abandono, lo están acentuando con la falta de información», ya que algunos de sus clientes han acudido al establecimiento para deshacerse de mascotas al creer que no las podían tener tras entrar en vigor esta norma, como es el caso de los conejos.
Estas declaraciones distan de lo que opinan los propietarios de mascotas que encontramos por la calle. Ángel Alonso, dueño de Simba, ve positivo que no se pueda dejar solos a los animales en casa. «Ella nunca está sola en casa más de tres horas», revela. Opinión que comparte con Inmaculada Arévalo, dueña de Bamban y Coton. «Es normal no dejarlos solos en casa tanto tiempo», apunta.