El priorato de San Frutos es, desde hace siglos, punto de encuentro para la espiritualidad, favorecido sin lugar a dudas por el impresionante paisaje que rodea la ermita en la que el santo eremita se consagró al encuentro con Dios en el centro neurálgico de las Hoces del Duratón. Sólo 120 kilómetros separan San Frutos del Monasterio de Santo Domingo de Silos, en la vecina provincia de Burgos, una distancia larga en el tiempo pero muy corta a la hora de unir dos enclaves sin los que no se entendería la profunda huella de la espiritualidad cristiana en Castilla y León.
Conscientes de su importancia, la Hermandad de San Frutos del Duratón ha decidido cristalizar esta unión a través de una ruta que recrea la que los monjes benedictinos hacían para llegar desde Silos a San Frutos para pasar allí un par de años dedicados a la oración y al ascetismo. Se llamará 'Camino Benedictino', y tiene como objetivo incorporarse a las rutas vinculadas al ámbito religioso que existen ya en la región, con una vinculación especial al Camino de San Frutos, para de esta manera poder afianzar los lazos de unión de ambos recintos en pro de la devoción al santo segoviano.
Jesús Lobo, portavoz de la hermandad, señala que la idea surgió por el testimonio de personas mayores de la comarca que recordaban el paso frecuente a lomos de mulas por el Valle de Tabladillo camino de San Frutos, y que al día siguiente regresaban otros dos monjes camino al monasterio burgalés.
Las etapas del Camino Benedictino descubren algunos de los parajes más singulares. - Foto: DSEn una visita al monasterio junto al párroco de Sepúlveda, expusieron al abad de Silos esta idea, acogida con entusiasmo por los monjes, y el abad les comentó el itinerario aproximado que seguían los monjes para recorrer la distancia, atravesando cerca de una veintena de pueblos de ambas provincias, algunos de ellos de la relevancia de Aranda de Duero.
Tras obtener la aprobación de los monjes, y sobre un mapa comenzaron a diseñarse las etapas del Camino Benedictino, buscando entornos accesibles y cómodos para el viajero. Así, surgieron un total de 12 etapas con una media de 10-12 kilómetros que en un futuro integrarán la ruta y que se irán recorriendo a lo largo de los próximos meses para señalizar su trazado.
La primera etapa fue recorrida en Burgos el pasado 26 de octubre por cerca de 70 personas, que partieron desde Santo Domingo de Silos a Espinosa de Cervera, y la próxima se hará desde esta localidad hasta Valdeande, siguiendo el cauce del río Esgueva, aunque será el tiempo el que determinará la posibilidad de ir completando nuevas etapas durante el otoño y el inverno.
Lobo señala que la devoción a San Frutos es el motivo fundamental que inspira esta ruta, pero señala que a éste se unen otros vinculados a la cultura, el medio ambiente o incluso el deporte. La cobertura de la primera etapa ha impulsado el interés por esta iniciativa «y la gente se ha quedado con ganas de la siguiente». La creación de un grupo de whatsapp con los participantes es el embrión de lo que será un canal informativo par todos los interesados en esta iniciativa.
Además, la Hermandad de San Frutos pretende también recabar el apoyo institucional de las diputaciones provinciales de Segovia y Burgos, que también serán parte activa en el Camino Benedictino; y las primeras conversaciones mantenidas con las dos instituciones transmiten optimismo hacia esta colaboración.