Así es un día de un abogado de guardia en Segovia

Nacho Sáez
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Los letrados del turno de oficio realizaron 2.006 actuaciones de urgencia el año pasado, un 46% más que hace un lustro.

Así es un día de un abogado de guardia en Segovia

Cuando creía que había terminado su peregrinaje por los juzgados de Segovia, César Gómez vuelve a recibir una llamada del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número tres de Segovia. Tiene que asistir como abogado de guardia a otras dos personas que van a declarar como investigadas en el marco de la instrucción de un caso de una ciberestafa. Serán la quinta y la sexta persona a las que habrá atendido en un intervalo de apenas dos horas. Y sin conocer previamente sus asuntos. Apenas tiene tiene cinco minutos para hablar con unos 'clientes' que acaba de conocer antes de que estos estén sentados delante de la jueza.

Tras solicitar autorización al Colegio de la Abogacía de Segovia, El Día de Segovia ha acompañado a este abogado del turno de oficio en un día de guardia. Fue este pasado martes, una jornada a priori tranquila –las asistencias a detenidos aumentan los fines de semana– pero en la que Gómez, socio-director de Rodríguez y Gómez Abogados y de Ibérica de Insolvencias, Concursos y Reestructuraciones Empresariales SLP, asume que no va a poder despegarse del móvil. Los abogados del turno de oficio realizaron 2.006 actuaciones de urgencia el año pasado, un 46% más que hace un lustro. Este abogado coge el teléfono hasta en medio de la sala de vistas. «Estoy de guardia y es la Guardia Civil», avisa a la jueza Sonia López Rojo, que le da permiso para que descuelge el teléfono. La Guardia Civil le comunica que han detenido a un hombre por quebrantar una orden de alejamiento y que este ha pedido la asistencia de un abogado de oficio.

Hay otros compañeros que también están de guardia este día por si para Gómez –también profesor asociado del departamento de Derecho Mercantil de la Universidad de Valladolid– es materialmente imposible acudir a alguna de las asistencias para las que le reclamen. Pero él comunica al guardia civil que le ha telefoneado que si pueden esperar una hora acudirá a la Comandancia. Si no, tendrán que llamar al abogado de guardia que está como segundo.

Así es un día de un abogado de guardia en SegoviaAsí es un día de un abogado de guardia en Segovia

Al final Gómez asiste al detenido por teléfono. Le aconseja a acogerse a su derecho a no declarar y la Guardia Civil da formalidad al acto también por vía telefónica: lee al detenido sus derechos, confirma que no va a declarar y decreta su puesta en libertad al considerar que no hay riesgo para la víctima. Antes de colgar, el abogado recuerda al hombre que acaba de asistir que tiene que acudir al Colegio de la Abogacía de Segovia para hacer los trámites necesarios para que la atención que acaba de recibir de un abogado no la tenga que pagar.

La labor del abogado del turno de oficio tiene demasiado de tramitador administrativo, además de especialista jurídico. Los letrados de guardia tienen que informar a quienes asisten de la documentación que deben rellenar y entregar para que el Ministerio de Justicia reconozca su derecho a la asistencia jurídica gratuita y, por tanto, no se vean obligados a abonar el servicio que les ha prestado un abogado. Y para que este cobre por su atención. En este punto se repiten situaciones que escapan del sentido común. Si a ese ciudadano le deniegan la asistencia jurídica gratuita, el abogado se tiene que encargar de cobrarle. En resumen, el letrado corre el riesgo de que no le paguen por su actuación a pesar de que la ley prohíbe que se niegue a asistir a un detenido o a un investigado si así lo reclaman las fuerzas y cuerpos de seguridad o algún juzgado.

Y las guardias no se encuentran en descenso sino al contrario. Las actuaciones de urgencia en Segovia encadenan cuatro años consecutivos de crecimiento. Los abogados del turno de oficio segovianos realizaron una media de cinco actuaciones al día, a las que hay que sumar las que no tienen que ver con las guardias sino con procedimientos de todo tipo que los ciudadanos pueden interponer gratis con la asistencia de un abogado. Por ejemplo, un trabajador que ha sido despedido puede reclamar contra su empresa recibiendo asistencia jurídica gratuita. El año pasado el Colegio de la Abogacía de Segovia tramitó 3.703 expedientes de justicia gratuita, un 10% más que en 2019.

La delincuencia ha aumentado  en Segovia pero sobre todo lo ha hecho la cibercriminalidad, un 210% más alta que hace un lustro. En su jornada de guardia de este mes, César Gómez atiende tres declaraciones de investigados como presuntos autores de estafas informáticas. Uno declara por videoconferencia desde Valladolid y otros dos desde Huelva, adonde se conecta el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número tres de Segovia. «Suelen ser personas en situación de vulnerabilidad a las que captan las mafias para que reciban el dinero de la persona estafada. Luego lo sacan y lo ingresan en otra cuenta que suele estar en el extranjero», explica Gómez.

El oficio –nunca mejor dicho– que le han dado su pasión por la abogacía y los años de experiencia que comienza a acumular le han permitido al menos hasta ahora salir airoso de los días en los que está de guardia. Jornadas en las que pueden llegar a tener que lidiar con asuntos de lo más heterogéneos. En la guardia en la que le acompaña El Día de Segovia, Gómez asiste a un hombre que ha sido citado para declarar como investigado tras recibir una querella por estafa. En poco más de cinco minutos prepara con él en el pasillo la declaración. Hasta ese momento no había tenido acceso a las actuaciones. Entran en la sala de vistas y el investigado explica su versión de los hechos contenidos en la querella, rechaza contestar a las preguntas de la abogada del denunciante y sí que responde a un par de cuestiones que le plantea su abogado.

La escena se repite de forma muy similar unos minutos después. En este caso la investigada es una mujer vecina de Palazuelos de Eresma contra la que el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número tres ha abierto diligencias por una posible defraudación de fluido eléctrico al estar enganchada a la luz de manera ilegal su vivienda, según ha descrito la Guardia Civil en su atestado. Ambas declaraciones terminan transcurridos cinco minutos en cada una, pero después el abogado tiene que reanudar esa labor administrativa paralela que lleva aparejada el turno de oficio.

Orgullo de la profesión por su vocación de labor social, el turno de oficio ha experimentado sin embargo un desprestigio en los últimos años entre los profesionales que nadie consigue frenar. «Para los abogados que están empezando es una forma de darse a conocer, pero no te puedes inscribir en el turno de oficio hasta que llevas tres años ejerciendo», señala Gómez mientras que aguarda a que llegue la hora de dos declaraciones a las que tiene que asistir. «A muchos compañeros lo que cobran por el turno de oficio les sirve para pagar los gastos mínimos de sus despachos, pero los que nos permiten trabajar y vivir con solvencia son nuestros asuntos propios».

El turno de oficio cuenta en la actualidad con 78 abogados adscritos en Segovia, una cifra que ha caído de manera proporcional al número de tropiezos que acumula el Ministerio de Justicia en la gestión de este servicio: retribuciones desfasadas para los profesionales, retrasos en los pagos, falta de simplificación para la ejecución de esta labor... El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número seis cita a Gómez para que asista a un investigado en una declaración y en la misma sala se encuentra con el abogado que le atendió cuando estuvo en la Comisaría. Uno de los dos letrados ya no es necesario en ese procedimiento. «Lo peor es cuando te ocurre en los juzgados de Cuéllar, Santa María la Real de Nieva y Sepúlveda. No es que pase con mucha frecuencia pero pasa. También te puede suceder que te citen de esos juzgados para una declaración y que el investigado se presente al final con un abogado privado. Entonces no tienes manera de justificar tu labor para que el Ministerio te pague tu actuación y el desplazamiento, que hacemos con nuestros medios particulares por 0,20 euros el kilómetro. Y tú has perdido tu tiempo y tu dinero en ir hasta allí aparcando además tus asuntos durante esas horas. Eso hace que muchos compañeros se planteen si merece la pena seguir en el turno de oficio, que desde luego es vocacional por encima de cualquier otra cosa», reflexiona Gómez.

La caída del número de abogados que se encuentran inscritos en el turno de oficio carga sobre los hombros de los que continúan, que tienen dos o tres designaciones (guardias) al mes cuando antes solía ser una. «Y todos los asuntos son importantes pero hay algunos que son especialmente delicados porque puede estar en juego que el juzgado envíe a una persona a prisión provisional o que se vaya a enfrentar a ocho o nueve años de cárcel. Asumimos una responsabilidad muy grande porque también hay asuntos de familia en los que intervienen cuestiones de menores...», remarca Gómez.

Los emolumentos que percibe por las guardias no suelen variar de un mes a otro y en ellos están incluidos las asistencias a detenidos en la Comisaría de la Policía Nacional o en los cuarteles de la Guardia Civil, las asistencias en declaraciones judiciales... Los procedimientos que le asigna el Colegio de la Abogacía –que pueden ser de cualquier jurisdicción (penal, civil, social)– tienen otra retribución pero también creen que insuficiente. «El turno de oficio también es una herramienta de formación continua.  A través del turno oficio te están entrando continuamente casos de diversa índole que te sirven también para aprender. Esta es una profesión en la que hay que estar estudiando permanentemente, estar al tanto de los cambios legislativos que se van produciendo y en la que no todo se aprende en las facultades sino echando horas de vuelo en dentro de los juzgados», argumenta este abogado en su día de guardia.

Este resulta finalmente mucho más tranquilo que como había empezado. Aunque tienen que estar alerta desde las doce de la noche y la madrugada pasa sin que suene su teléfono, la guardia tiene ocupado a este letrado casi toda la mañana y todavía queda por delante la tarde. Termina sin que tenga que asistir a ningún detenido y, por tanto, pudiendo dedicarse a los asuntos de su despacho. No va a ser el caso, pero las guardias también se pueden prolongar hasta el día siguiente. «Si hay un detenido por la tarde, lo normal es que le pasen a disposición judicial al día siguiente y que tengas que acudir a su declaración en el juzgado aunque tu guardia ya haya pasado en teoría», resalta Gómez. Así es un día con un abogado del turno de oficio.