Martínez reclama unidad y deja atrás la «camiseta provincial»

SPC
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El nuevo secretario general del PSOE de Castilla y León diseña una dirección con 21 secretarías de área y una renovación del 82 por ciento que consigue un apoyo casi unánime entre los delegados

El secretario general del PSOE de Castilla y León, Carlos Martínez, saluda a los delegados e invitados en la jornada de clausura del congreso autonómico. - Foto: Miriam Chacón (Ical)

El secretario general del PSOE de Castilla y León, Carlos Martínez, instó ayer a la nueva dirección del partido a olvidar la «camiseta provincial» para armar un «proyecto de unidad», que golpeé al unísono en cada territorio y cada día de este periodo «electoral», para poder lograr la confianza de la ciudadanía. A la nueva Ejecutiva le encomendó que abra el partido a la sociedad para que pueda convertirse en un «bastión» del socialismo, como lo es España, que proteja a los más débiles.

En la clausura del XV Congreso, que reunió este domingo a más de 700 personas en el Teatro Ortega de Palencia, el soriano insistió en que «desde el minuto uno», los miembros de su equipo deben convertirse en un «ejemplo», frente a la «falta de proyecto del PP». Para ello, aseguró que deben demostrar a la ciudadanía que cuentan con uno «sólido, creíble y sustentado en el territorio».

En ese sentido, el nuevo líder aprovechó su discurso de cierre para advertir a los dirigentes socialistas que sólo podrán superar la «división» que promueve el PP, y en la que consideró se siente «tan cómodo», y generar «empatía» entre «recelo» y si se apartan del «centralismo» y la «periferia», aunque sin dejar de ser «respetuosos» con las señales identitarias de cada uno.

«Olvidémonos de nuestras cuitas internas», exclamó Carlos Martínez a su Ejecutiva e insistió en que la tarea ahora es «armar un equipo sólido y unido» para afrontar cada uno de los días, que auguró no serán «pocos ni fáciles», desde un liderazgo «colectivo» y asentado en el «poder municipal».

«Tenemos mucho trabajo», advirtió el nuevo líder, pero señaló que no parten de cero, sino del desarrollado y la «herencia» de los anteriores responsables, para lo que citó a todos los líderes autonómicos del PSOE. Por ello, defendió que no plantean una «enmienda a la totalidad», sino un rearme desde lo ya hecho. Para ello, contó con un respaldo casi unánime (93,94 por ciento) a la nueva Ejecutiva, formada por 21 secretarías de área, que cuentan a su vez con cinco adjuntos, y nueve vocalías. Con una renovación del 82,75 por ciento, el núcleo duro estará formado por la ministra de Igualdad, Ana Redondo, como presidenta; la leonesa Nuria Rubio como vicesecretaria general y Daniel de la Rosa, como responsable de Organización, según informa Ical.

De los 29 integrantes de la Ejecutiva, sin contar las vocalías, sólo continúan José Luis Vázquez, Aitana Hernando, Ana Casado, Manuel Escarda y Manuel Arribas.

Alianzas. 

Otra de las tareas que puso Carlos Martínez al nuevo PSOE de Castilla y León es «salir» al territorio para generar «alianzas» con las universidades, la sociedad civil o los trabajadores. «Hay que abrirse», dijo porque «no están al otro lado», para contar con un «armazón», que le permita lograr ese «préstamo de confianza» en la Comunidad. Aunque reconoció que esta lucha la hacen «en desigualdad de condiciones», porque la derecha cuenta con el apoyo del poder económico y mediático, pidió no buscar «más excusas o pretextos».

Nueva política territorial. 

Con el ejemplo del discurso de investidura del expresidente Demetrio Madrid en 1983, Martínez defendió la necesidad de impulsar una «política territorial» que permita un «desarrollo equilibrado».

No desaprovechó la ocasión para repetir la «secuencia» que debe seguir el PSOE en este «rearme» en Castilla y León y que pasa por el proyecto, el equipo y el liderazgo. En conjunto, dijo, tienen que afrontar tres ejes de acción, como son las personas, con políticas para la lucha feminista, pero también para los mayores; el planeta, con la lucha contra el cambio climático para proteger al campo, el sistema productivo y la industria, y, por último, la democracia en un contexto «convulso».

En este periodo, recalcó Martínez, deben convertir a Castilla y León en un «bastión» socialista que proteja a los más débiles y a los territorios con más desigualdades. Por ello, planteó un «nuevo contrato territorial» que ofrezca respuestas a todos y que proponga estrategias a medio plazo para cada comarca.