19 alumnos del IES Duque de Alburquerque aprenden a emprender

Cristina Sancho
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Los programas de Acción Social de la Fundación Personas Cuéllar y Honorse Tierra de Pinares concluyen con el foco puesto en el fomento de la sostenibilidad y la ecología.

19 alumnos del IES Duque de Alburquerque aprenden a emprender

Por segundo año consecutivo un grupo de 19 alumnos del IES Duque de Alburquerque de Cuéllar han participado en el Desafío de Emprendimiento Generación Z que el grupo de acción local Honorse Tierra de Pinares realiza dentro del proyecto de cooperación +Empresas+Empleo+Rural. En esta edición la economía digital y la sostenibilidad han centrado las iniciativas emprendedoras que por grupos los alumnos han planteado tras visitar cuatro empresas de distintos sectores en la comarca.

Durante un mes han visitado las empresas ACM Resinas Alfonso Criado que se dedica al sector de la resina, Giona Company dedicada a la comercialización y diseño de productos para el sector de la hostelería y restauración, Patatas Tarsa dedicada al cultivo de este producto e Industrias Rodrigo que trabajan en la elaboración de muebles. Después en las aulas, los alumnos, guiados en la materia por los profesores, han ideado un proyecto empresarial relacionado con las actividades de las empresas, sus productos, posibles necesidades que les hayan trasmitido y otras vías de negocio que pudieran innovar.

«Hemos comprobado que los alumnos se han comprometido a lo largo de las distintas sesiones formativas y ha resultado muy satisfactorio porque los chavales también han podido conocer la realidad empresarial de la comarca, han conocido sus recursos y las potencialidades del territorio y se han volcado en el diseño de una actividad empresarial basada en las visitas a las empresas», explica Maite Ferreiro, gerente de Honorse.

Los jóvenes de entre 19 y 22 años, estudiantes de Formación Profesional de Grado Medio y Superior de Administración y Finanzas y Electricidad, han desafiado a las empresas que visitaron y que han formado parte del jurado que tenía que elegir el mejor proyecto. Algunas de las propuestas se basaban en el uso de los aprovechamientos forestales. Basándose en la madera y recursos forestales, materia prima de dos de las cuatro empresas los alumnos se inventaron una empresa que contribuían a la reforestación.  También han propuesto la creación de una empresa que utilizaba la resina para crear impresoras de resina en 3D, para la empresa de muebles le proponían el diseño de muebles para espacios reducidos. Otra de las ideas empresariales era la creación de una aplicación móvil para la búsqueda de empleo… «Los alumnos han cubierto una necesidad y han propuesto otras líneas de negocio para ser más competitivos y ampliar las cuotas de mercado», explica Ferrero.

Las empresas se mostraron satisfechas con la creatividad de los alumnos y con la capacidad de detectar esas posibilidades en sus negocios, así como con el trabajo que han realizado a lo largo de las semanas y que después han presentado y defendido en público ante los propios empresarios. Asimismo los empresarios aprovecharon para darles algunos consejos para su futuro formativo y profesional. Aunque los proyectos empresariales no llevan asociado un coste económico de lo que supondría ponerlos en marcha y un estudio de ingresos, gastos y beneficios, si tienen una planificación de objetivos, de mercado y una previsión de evolución en los próximos años, además del uso de nuevas tecnologías.

Este programa de Desafío de Emprendimiento Generación Z está cada vez más arraigado en el instituto cuellarano, entre profesores y equipo directivo y se pretende continuar desarrollando en próximos cursos incorporando nuevas ideas. El objetivo tanto del grupo de acción local como de centro educativo es, entre todos, acercar a los jóvenes el valor del emprendimiento y la creación empresarial en la comarca. «Han visto que el medio rural en el que están, pueden poner en marcha negocios asociados a los recursos del territorio y que pueden tener un mercado de desarrollo local, regional e incluso nacional e internacional», afirma Ferreiro con la sensación de que poco a poco y a lo largo de las ediciones se está cambiando el concepto sobre el emprendimiento y el hecho de quedarse trabajando en el territorio donde se crece.

Este programa resultó premiado por la Fundación Torreón de Lozoya Caixabank dentro de la convocatoria de proyectos de acción local 2023 al igual que también lo fue el que se ha venido desarrollando durante los últimos meses por parte de un grupo de personas con discapacidad intelectual del centro Fundación Personas en Cuéllar.

En este caso el trabajo realizado ha consistido en potenciar las habilidades y destrezas dentro del ámbito de la horticultura ecológica y la jardinería. Desde que se pusieron en marcha los huertos urbanos un grupo de usuarios han cultivado y aprendido a cuidar los distintos productos, tomates, calabacines y otras verduras y también han contribuido a mejorar los jardines del centro y han aprendido técnicas de poda de árboles.

Este tipo de programas sirven para que los usuarios adquieran nuevos conocimientos y pueden en el corto plazo de tiempo tener una actividad formativa laboral, terapéutica y rehabilitadora en el propio centro además de mejorar su autoestima y autonomía personal. En los últimos años han realizado programas relacionados con la gestión del comedor comunitario, la cocina, la restauración de muebles, camarero de pisos, auxiliares de recepción y atención al cliente, entre otros.