En la consecución de la Alcaldía de la capital segoviana para el Partido Popular en las elecciones de mayo pasado, después de 20 años de gobiernos socialistas, la figura de José Mazarías ha sido decisiva. Al consenso casi generalizado que su candidatura alcanzó en el seno de la dirección provincial del partido, de la que era y sigue siendo su coordinador, pero también en el círculo del presidente autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, debido al trabajo que desempeño al frente de la Delegación Territorial de la Junta en la provincia, se sumó una campaña distinta, combinando formatos clásicos como reuniones con colectivos diversos, a la del candidato 'Maza', el hombre cercano y dinámico que monta en moto y juega partidos.
La noche electoral, a pesar de la alegría por un muy buen resultado, 12 concejales, dejó un pequeño disgusto entre algunos de los integrantes de la candidatura que esperaban la mayoría absoluta, a la vista de las encuestas y del lógico desgaste del PSOE tras dos décadas en el gobierno municipal. El propio Mazarías reconocía pocos días después su sorpresa porque los dos partidos que integran el Grupo Mixto en el Ayuntamiento: Segovia en Marcha (Podemos-Alianza Verde) y Ciudadanos, hubieran alcanzado el 5% de votos necesario para entrar en la corporación. La candidatura del PP llegó hasta el 44,57% de los votos válidos y el actual alcalde mira con envidia sana al Ayuntamiento de Salamanca, donde su alcalde, Carlos Manuel García Carbayo, también del PP, sí tiene mayoría absoluta con menor porcentaje de votos, el 43,8%.
Enseguida dejó claro que no iba a buscar un gobierno de coalición y se ha mostrado partidario desde el primer día de acuerdos puntuales con cualquiera de los grupos de la oposición, rechazando, cuando se le pregunta, una preferencia por aquellos con los que se presupone una mayor cercanía ideológica. Su máxima es conseguir apoyos para los proyectos del PP desde la convicción de que es lo que necesita Segovia. Este fin de año Mazarías se enfrenta precisamente a un gran reto: conseguir aprobar su primer presupuesto en el Ayuntamiento.
De cara a esa negociación llega con una lección aprendida después de tener que dar marcha atrás en septiembre en su intento fallido de subirse el sueldo, aunque, como bien recuerda siempre que tiene ocasión, iba acompañado del incremento en los de otros concejales del equipo de gobierno pero también de los portavoces de la oposición.
Navega desde entonces entre la desconfianza en algunas fuerzas políticas y «la oposición a la oposición», según denuncian sus oponentes, aunque el prefiere la versión de respuesta a la ex alcaldesa que no ha digerido bien que ya no gobierna. A eso se han sumado los muchos problemas que en el día a día genera la maquinaria de un Ayuntamiento como el de Segovia, con más de 500 empleados. Ha «heredado» algunos de esos problemas, como la ausencia de personal cualificado en determinadas áreas durante los primeros meses: interventor, jefa de personal... O cambios organizativos muy recientes en el momento de su llegada a la Alcaldía en servicios como Contratación, Urbanismo, Servicios Sociales, Policía Local, etc.
Apenas lleva seis meses como alcalde de Segovia pero parecen lejanos ya los primeros cien días de licencia que a duras penas dejaron pasar el resto de partidos desde donde ha recibido críticas por lo que consideran improvisaciones y «ocurrencias», entre otras el Paseo de la Navidad o la adquisición de coches nuevos para el desempeño de su labor institucional.
Hay que reconocer, sin embargo, que ha cumplido los únicos compromisos que adquirió para las primeras semanas del mandato: la reserva de plazas de aparcamiento junto a las farmacias y la mejora de la accesibilidad en el mirador del Postigo.
Quienes han estado cerca de él a lo largo de su trayectoria, primero como docente y, sobre todo, como delegado territorial de la Junta desde 2019 hasta poco antes de las elecciones de mayo, aseguran que tiene una gran capacidad de trabajo, mucho entusiasmo por Segovia, que es afable y dialogante con todo el mundo, aunque también saca el genio si se siente atacado. Ha reconocido públicamente algún error en esos últimos meses, aunque justificándolo siempre en circunstancias sobrevenidas y lleva con mucho orgullo que le reconozcan por la calle y le llamen «alcalde».
Lo de «Maza» ha quedado relegado para «las personas que tienen confianza o se sienten cercanas conmigo», comenta este segoviano, José Mazarías Pérez (1964), casado y con dos hijos que encabezó la candidatura del PP al Ayuntamiento de Trescasas en 2019 y es funcionario de carrera del cuerpo de profesores desde 1986 en la especialidad de Filología-Francés. Ejerció como maestro de Primaria hasta 1996, cuando pasó al IES Francisco Giner de los Ríos como profesor de Lengua y Literatura, labor docente que compaginó con la actividad empresarial a partir del año 2000 con la sociedad Publiempresa, de comunicación y publicidad.