El 17 de enero de 2023, el paisaje urbano de Segovia perdió una de sus principales referencias con la muerte de Ángel Román Allas, que en su rincón de la plaza de Medina del Campo, al pie de la Calle Real, situaba su cámara de fotografía al minuto al estilo de los fotógrafos que en el primer tercio del siglo XX inmortalizaban a propios y extraños. La gorra, el frondoso bigote y el guardapolvos azul marino formaban parte de la personalidad que compuso no solo como medio de vida, sino también para dar colorido a la ciudad a la que amó y que supo reconocérselo dedicándole el espacio en el que solía trabajar, que lleva el nombre del 'Rincón del Minutero' desde hace más de 30 años.

Siguiendo los pasos de su padre Victoriano Román Horcajo desde el año 1942 Ángel fue uno de esos "fotógrafos sin galería" -como rezaba su licencia fiscal-, que durante ya setenta y cinco años, primero en bicicleta y cuando mejoraron los tiempos en motocicleta; estuvo recorriendo fiestas, romerías y otros eventos por multitud de pueblos de la provincia, pasando muchas noches en caminos y ventas.

Ya asentado en Segovia, Román Allas volvió la mirada a la fotografía comercial, pero sin olvidar su vocación de fotógrafo minutero, y en 1976 – con la ayuda de Pepe Diviú- tomó el espacio de la plaza de Las Sirenas con su cámara, con la que proyectó la imagen de Segovia por los cuatro puntos cardinales. Fue también uno de los socios de la Asociación de Fotógrafos Profesionales de Segovia (AFPS), en la que contribuyó a dignificar la profesión, y de la que fue nombrado socio de honor en 1996

Hasta que la salud se lo permitió, siguió fiel a su compromiso con su querido rincón con la ayuda de sus hijos Javier y Ángel, y aseguraba con su proverbial sentido del humor que la progresiva pérdida de visión debido a la edad no le preocupaba porque "enfoco de memoria". Hoy, su memoria permanece viva en su rincón y en el Museo de Segovia, donde su cámara se exhibe como testimonio de su legado profesional y humano.