El pasado mes de febrero Julio Rodríguez Fuentetaja cumplía 65 años y se jubilaba como funcionario municipal después de casi 38 años como intendente jefe de la Policía Local de Segovia. Ha sido, siempre discreto, en un segundo plano pero al lado del alcalde, alcaldesa, concejal o concejala de turno, el vigilante discreto de la vida de la ciudad: de su tráfico, del mantenimiento de la seguridad ciudadana, conocedor privilegiado de los sucesos de una capital de provincia pequeña y generalmente tranquila.
Reconoce que el puesto exigía una gran dedicación, estar las 24 horas de los 365 días del año pendiente de cualquier incidencia, pero añade que lo ha llevado bien, sin agobios y ayudado en los últimos años por la tecnología que permite estar conectado desde cualquier lugar. Confiesa que hasta en vacaciones, nunca más de una semana seguida, teletrabajaba al menos un par de horas, por responsabilidad.
Ha trabajado con diez alcaldes y alcaldesas en diferentes etapas de la historia de Segovia y, por supuesto de España, desde Miguel Ángel Trapero en los ochenta a Clara Martín y dice que nunca ha recibido presiones políticas. El pasado mes de marzo recibía un merecido reconocimiento durante los actos de celebración de la Fiesta de la Policía Local, la Medalla de este cuerpo municipal.
Licenciado en Derecho, renunció como teniente de Infantería cuando preparaba la oposición al Cuerpo Jurídico Militar para optar a la plaza de intendente jefe de este servicio del Ayuntamiento de Segovia porque, como segoviano, le tiraba mucho su ciudad donde ya se sabe que lo que prima es la Artillería, no Infantería. No se arrepiente, se ha ido satisfecho con el trabajo realizado e, hiperactivo como es, se ha planteado la jubilación como la oportunidad para estar más con la familia y dedicarse a sus muchas aficiones: deporte, cocina, la huerta...