El gran proyecto residencial, empresarial y de ocio que un día soñó Atilano Soto en la finca de Quitapesares está más cerca de hacerse realidad que nunca en la última década. De la mano de una familia vasca de profundo arraigo emprendedor dentro de la automoción y el sector inmobiliario. Los Aguinaga formalizaron en abril de este año la compra de Quinta Real, donde tienen previsto levantar un complejo inmobiliario de 400 viviendas, terminar el hotel que quedó a medio construir y crear un centro de negocios, entre otras iniciativas, ya que también está en estudio un centro de alto rendimiento deportivo, un campus deportivo y dotaciones culturales y comerciales.
No parece ir de farol José Aguinaga Cárdenas, encargado de firmar la operación y apoderado de Madaria HC Real Estate, matriz a su vez de La Farm. Esta última compró en La Granja el antiguo Hotel San Luis (ahora Hotel La Farm), edificios céntricos para apartamentos y la iglesia de Santa Isabel, reconvertida en La Farm Studio, un centro de eventos, conciertos y exposiciones que ha maravillado por su capacidad y su decoración a quien ya lo ha visitado, un centro de bienestar físico y mental, otro de belleza...
El historial empresarial de los Aguinaga está repleto de hitos. Desde la apertura en Vizcaya de uno de los primeros concesionarios de Mercedes-Benz de España (1945) y un ambicioso museo-homenaje a la marca alemana inaugurado en 2018 hasta una etapa como propietarios de la compañía de transporte urbano de Bilbao y su participación en FCC, Metrovacesa o Cementos Portland.
Aguinaga Cárdenas lleva más de 30 años vinculado a La Granja, donde reside por temporadas. Unos lazos que explican la inversión en Quitapesares, 11,6 millones de euros para hacerse con los terrenos -que incluyen el campo de golf- pero de alrededor de 150 millones si se suman los proyectos que quieren poner en marcha, llamados a generar unas ventas de 300 millones de euros.
Tras más de una década de parálisis, con litigios judiciales, la desaparición de Caja Segovia y hasta un concurso de acreedores de por medio, la antigua Segovia 21 florece por fin.