Hay pocas expresiones más manoseadas que la de 'hacer historia' pero está justificada en el caso de Ana Zamora, Premio Nacional de Teatro 2023, sin duda uno de los hitos más importantes para la cultura segoviana desde que comenzó este siglo. Adolfo Marsillach, Nuria Espert, Fernando Fernán Gómez, Els Joglars, José Luis López Vázquez, Concha Velasco o Lina Morgan son solo algunos de los que lo recibieron antes. Precursores y maestros en lo suyo como lo ha sido Zamora durante las dos últimas décadas en la recuperación del teatro medieval y renacentista.
Titulada Superior en Arte Dramático, en la especialidad de Dirección de Escena y Dramaturgia por la RESAD (1996-2000), fundó en 2001 Nao d'amores, una compañía de teatro colectiva -como le gusta subrayar a ella que ha desarrollado una labor de investigación sobre el teatro prebarroco que ha permitido democratizar la puesta en escena de esos textos y que han convertido a Nao d' amores en referente de la producción contemporánea del teatro clásico en nuestro país.
Ahora ultima el estreno de 'El castillo de Lindabridis', un Calderón que verá la luz este enero en el Teatro de la Comedia de Madrid. «Yo creo que uno de los problemas de este país es que en todos los ámbitos pero fundamentalmente en el ámbito de las artes escénicas se vive un modelo montaña rusa. Compañías que pegan un petardazo un día, parece que no hay más compañías en el universo y todo el público y todos los medios se centran en ellas, y al año siguiente caen a los infiernos y no se acuerda nadie de ellas. Nosotros nos caracterizamos por lo contrario, porque siempre hemos ido despacito, despacito, en una línea súper coherente y rigurosa, sin buscar fuegos artificiales y eso ha hecho que siempre estemos ahí», ha dicho Zamora recientemente.