En otra vida fue motero. Josemi Fernández Roldán no tuvo un espejo en sus padres en el que mirarse en este ámbito. Ni tampoco lo aficionaron a las motos un abuelo o un tío. «Lo tienes que llevar dentro. Si no, no te sale», dice este madrileño criado en La Losa que va a ser el único representante este fin de semana en una exigentísima competición motociclista. La 24MX Hixpania Hard Enduro de Aguilar de Campoo cierra del viernes al domingo el campeonato del mundo de esta modalidad con una prueba por el terreno más duro de España.
A Josemi le brillan los ojos. Ha tenido que trabajar mucho para poder estar en esta cita. Además de entrenar para poder afrontarla con seguridad, se ha puesto en contacto con muchas empresas para poder afrontar sus elevados gastos, entre ellos un seguro para esta competición, que se suma al que ya paga por estar federado. Pero el objetivo está conseguido. O no porque solo se dará por satisfecho si consigue cruzar la línea de meta el domingo.
«Con terminarla ya sería feliz. Llevo varios años preparándome, físicamente es muy dura», cuenta sentado sobre su moto en un camino próximo a las destilerías DYC de Palazuelos de Eresma, donde posa para las fotos de este reportaje. Entrenar lo hace en circuitos de la Comunidad de Madrid especializados y en parcelas de amigos que ha preparado con piedras y ruedas.
El segoviano que estará en el Mundial de hard enduro - Foto: Rosa BlancoEl hard enduro son carreras de larga duración en las que las caídas están casi garantizadas. «En la más gorda que tuve yo se me hundieron tres costillas, se me desgarró el esternón. Pero hay bastantes roturas de codos, de muñecas... Todas las protecciones que llevemos son pocas», continúa este también padre de familia que trabaja como policía en Segovia.
Tiene una hija de cinco años que le pida que no corra pero que le apoya, al igual que su mujer, Ana. Saben que la moto es una prolongación de su cuerpo, aunque se tomó un parón cuando la pequeña Nerea tenía cinco años. «Llevo desde los diez años montando. Un amiguete tenía una moto de campo y mis padres, muy a su pesar, me acabaron comprando una. Luego ya con 20 años me inscribí en un súper enduro, he hecho la San Silvestre Endurera en Las Rozas varios años, estuve en un súper enduro en Moralzarzal, he hecho algún cross country en Ávila y Valladolid...», cuenta.
Ahora, a sus 32 años, todavía le queda cuerda. «El año que viene voy a hacer el nacional. Son cinco carreras en diferentes sitios de España –me parece que en Cuenca, Granada, Ourense...– y voy a intentar hacerlas todas», explica con el convencimiento de que tiene lo que exige este deporte. Llueva, nieve, haga frío o apriete el calor, sale a entrenador dos días de la semana aunque eso supone cargar la moto en el carro que engancha al coche, ir al gimnasio y cuidar su alimentación: «Lo más complicado es la constancia; estas motos pesan más de cien kilos. Además, el coste económico es muy grande».
Para apuntarse al 24MX Hixpania Hard Enduro de este fin de semana solo tuvo que estar rápido con el ratón del ordenador –las plazas estaban limitadas a cien y volaron en solo unas horas–, pero asegura que no son demasiados los que pueden correr una prueba de este tipo. «El que no entrena mucho ni se lo plantea», subraya. Él competirá en la categoría denominada 'Hixpanos' frente a otros españoles y también representantes de Italia, Reino Unido, Estados Unidos y Argentina. El sábado por la mañana serán los entrenamientos, por la tarde una prueba de exhibición en el centro de Aguilar de Campoo y el domingo la carrera.
La carrera con mayúsculas. El circuito es de cuatro kilómetros y medio pero en completar cada vuelta –son cuatro– tardarán alrededor de 40 minutos. El hard enduro combina la alta velocidad y las largas distancias del enduro con las habilidades técnicas y los obstáculos del trial, los saltos y líneas rápidas del motocross y los retos de navegación del cross country. «Hay gente muy profesional que vive de ello como Billy Bolt o Mario Román, y ellos corren en otra categoría. Pero somos unos privilegiados porque este campeonato lo van a empezar a hacer cada dos años en lugar de cada uno», concluye Josemi, motero en vena.