La pandemia legó las pruebas covid y las vacunas anticovid, un vocabulario (coronavirus, confinamiento, PCR, cierres perimetrales…), nuevas infraestructuras, el teletrabajo… Y también la cita previa. Algo que era casi exclusivo de los centros de salud y de los hospitales se extendió con motivo de la emergencia sanitaria «por motivos de seguridad», según justificaron las administraciones públicas, y hoy se ha convertido en un océano de confusión. Algunas instituciones no atienden al ciudadano si no ha concertado una cita con anterioridad, otras sí, entre las que lo exigen en algunos trámites la han suprimido… Como para improvisar una mañana de gestiones. Suerte para el que lo intente.
El Día de Segovia ha hecho la prueba en un recorrido que comienza en el edificio de los juzgados en Nueva Segovia y termina en la Casa Consistorial en la Plaza Mayor. El Gobierno anunció a finales del pasado mes de enero que suprimirá, a través de una reforma de la ley, la cita previa obligatoria para trámites con la Administración, pero a día de hoy se mantiene en numerosos organismos y algunos de sus responsables defienden sus ventajas para lograr una mayor eficiencia en la prestación de los servicios.
Uno de los que mantiene con mayor rigidez el sistema de cita previa es el Registro Civil, donde a lo largo de los últimos días de mes sale el calendario de citas disponibles para el mes siguiente. «Hay veces que se llena inmediatamente», señala Julio César de Blas, letrado de la Administración de Justicia del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Segovia, responsable del Registro Civil. «Generalmente los ciudadanos tienen acceso inmediatamente. Y en situaciones excepcionales o por una emergencia se les atiende sin cita previa. Pero solo en casos excepcionales porque la cita previa es obligatoria».
El caos de la cita previaEn una reunión reciente con la secretaria-coordinadora de la nueva Oficina Judicial, los decanos del Colegio de Abogados y del Colegio de Procuradores transmitieron su queja por el funcionamiento del Registro Civil. «No deja de ser una contradicción que se esté dejando sin efecto la cita previa en las administraciones y que la mantengamos, precisamente, en una oficina que tan solo expide certificados y algunos de ellos con la necesidad de hacerlo con urgencia», lamentan los abogados. Hay quien incluso apunta que muchas citas se pierden porque quienes las han solicitado finalmente no acuden. «El 95 o 96 por ciento se cubren y son atendidos por los funcionarios del Registro Civil. Y los profesionales, a través de la página web del Ministerio de Justicia, pueden solicita cualquier documento y también se les responde inmediatamente», asegura el letrado de la Administración de Justicia responsable de esta oficina.
A un kilómetro de allí, en la sede del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) y de la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS), la situación es todavía más enrevesada. Para hacer trámites en el INSS hace falta cita previa, y para la TGSS, no, aunque ambos servicios comparten el mismo edificio. «En la TGSS no requerimos cita previa porque sus trámites son más sencillos. Son atenciones de cinco, diez o 15 minutos por lo general y, además, el teléfono de atención es muy ágil. Aun asi hay citas concertadas en función de las necesidades del ciudadano o de las empresas, que son mayoría en la TGSS», explica una fuente de este organismo.
El INSS es otra historia. «Por ejemplo, tramitar una pensión es muy complejo. Los funcionarios tienen que cruzar muchísimos datos de varias administraciones y requiere su tiempo. No garantizamos que se le vaya a finalizar el trámite», subraya esa misma fuente, que se defiende de quienes acusan a los funcionarios de fomentar la atención no presencial para trabajar menos: «Para nosotros era más cómodo el sistema antiguo. Ahora la gente te manda fotos de documentos que no se leen bien o hacen la foto solo a la parte delantera del DNI y se olvidan de la otra o no te cogen el teléfono porque se piensan que es spam…».
Tampoco resulta sencillo tener claro dónde y de qué manera se pueden hacer trámites en el Ayuntamiento de Segovia. La última novedad es que ha reabierto la sala de estudio del Centro Cívico de San José que durante cuatro años ha estado ocupada por los servicios municipales del Registro, el Padrón y, durante un tiempo también, Tributos y Recaudación. Desde esta semana, el Registro y el Padrón han pasado a la antigua ludoteca de ese centro cívico. Pero de nuevo el lío. «Para el Registro no hace falta cita previa pero para el Padrón, sí», aclara una funcionaria mientras dos personas esperan su turno en la sala de espera improvisada que ha montado el Ayuntamiento a la entrada del edificio.
Ni aquí ni en la Casa Consistorial de la Plaza Mayor ni en la Subdelegación del Gobierno hay un arco detector de metales y un vigilante de seguridad que hace el primer cribado. Sí en la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León, en el Catastro y en la Agencia Tributaria, donde el lío no se atenúa. En el primero de estos organismos se requiere cita previa para los trámites en los que interviene el Servicio Territorial de Hacienda pero para el resto no; en el Catastro, no; y en la Agencia Tributaria, para el registro, notificaciones y cartas de pago tampoco pero, por ejemplo, para hacer la declaración de la renta sí.
«Es verdad que hay oficinas que son más infranqueables, como a lo mejor Intervención o Tesorería, pero nosotros somos la administración más cercana. Ayudamos a todo el mundo y cualquiera puede presentarse en las concejalías y resolver sus dudas», remarca un funcionario del Ayuntamiento que tiene su puesto de trabajo junto a la puerta de entrada al Consistorio.
El Gobierno dice que quiere eliminar la cita previa obligatoria en las administraciones, pero no predica con el ejemplo. La Subdelegación del Gobierno la exige para los trámites en la oficina de extranjería a pesar de que se ha producido un tráfico de compra-venta de estas citas. Y estos son solo algunos ejemplos entre las decenas de oficinas públicas que hay repartidas en la provincia de Segovia.