La Fundación Torreón de Lozoya - hasta 2022 Fundación Caja Segovia - ha alcanzado estabilidad económica cuando se cumple este año una década de su conversión en fundación ordinaria, en 2014, algo más de dos años después de su creación, primero como fundación especial, a raíz de la entrada de Caja de Ahorros de Segovia en Bankia en el año 2011. Su presidente, Javier Reguera, habla de equilibrio en las cuentas gracias a que «ha rentabilizado buena parte de los activos que heredó de Caja Segovia y casi el 40% de los ingresos actuales son fondos propios, sobre todo por el alquiler de inmuebles e ingresos por las actividades que presta y tienen contraprestación económica». A eso se suma la contribución de CaixaBank, como principal patrocinador de la fundación, al igual que ya hacía Bankia antes de su fusión por absorción con el banco de origen catalán.  

Hay que recordar que esta fundación se convirtió en heredera del patrimonio de la Obra Social y Cultural de Caja Segovia. La Ley regulaba estas últimas y obligaba a las cajas de ahorros a destinar a la financiación de sus obras sociales la totalidad de sus beneficios, una vez descontadas las cantidades para reservas o fondos de previsión. Eso supuso que Caja Segovia fuese una de las entidades de ahorro que mayor porcentaje de beneficios dedicaba a la sociedad en su ámbito de actuación, principalmente en la provincia, a través de su Obra Social: en desarrollo e innovación, asistencia social y solidaridad, educación, investigación, medio ambiente, deporte, cultura y patrimonio histórico y cultural.

En los últimos años, el presupuesto anual para Obra Social y Cultural de Caja Segovia osciló entre los 8 y los 11 millones de euros, una inyección de la que se beneficiaron los segovianos a través de diferentes programas y colaboraciones con instituciones y entidades públicas y privadas.

Banquillo del equipo de fútbol de la Gimnástica Segoviana en el campo de La Albuera. - Foto: Rosa Blanco

Reguera reconoce que «no tiene nada que ver», en lo económico, esa capacidad de la Obra Social de Caja Segovia con la de la Fundación Torreón de Lozoya, cuyo presupuesto  para este año se sitúa en torno a los 730.000 euros, «un 7%» del que a través de Caja Segovia revertía en la provincia, dice, y recuerda que «la Obra Social cubría todo; no se hacía nada en Segovia, ni de gran importancia ni de mínima importancia; no había ninguna asociación que no recibiera alguna ayuda... Desde ahí hasta el Colegio Universitario y otras grandes empresas que llevó a cabo. Hay que pensar en lo que podía hacerse con diez u once millones de euros. Todo eso ha desaparecido en más de un 90%».  

La aportación de CaixaBank, vía convenio, en 2023 fue de 144.500 euros inicialmente, a los que después se añadieron otros 2.500.

Inmuebles. Los principales activos que la fundación recibió del patrimonio de esa Obra Social son los inmuebles y en los últimos años, y meses, se han producido novedades importantes que permiten ese respiro a la Fundación Torreón de Lozoya, aunque su director, Rafael Ruiz, apunta que «todavía estamos dando pérdidas» y recalca «el desafío de rentabilizar esa parte del patrimonio para la que no encontramos uso». En este sentido, las últimas operaciones fueron el alquiler a IE University del Palacio de Mansilla, que fue sede del Colegio Universitario en el que estudiaron carreras universitarias centenares de segovianos, y el alquiler de otra sede universitaria, en este caso la Escuela de Informática de la Universidad de Valladolid en una planta baja de la plaza de Santa Eulalia donde abrirá en junio un supermercado Gadis, el primero de esta empresa en la provincia.

Cartel exterior del centro comercial de la capital segoviana donde la Fundación tiene locales en alquiler. - Foto: Rosa Blanco

Ruiz explica que el primer paso, cuando era una fundación especial en manos de una comisión gestora, «un poco en un limbo legal, fue, de buena fe, una cesión gratuita de parte del patrimonio, 25 inmuebles, a ayuntamientos e incluso a la Diputación, con la finalidad por un lado de frenar los gastos de tipo corriente (luz, agua, teléfono, etc.)» y, de alguna manera, si las administraciones locales «tenían metido un pie en ese legado, y venían mal dadas y desaparecía la fundación, por lo menos permanecería en Segovia».

Una vez convertida ya en fundación ordinaria, se mantuvo esa cesión, «como palabra dada» y lo que hizo el patronato es «tomar conciencia de que tenía que vivir de sus propios recursos y entonces se hizo un plan para alquilar o vender inmuebles». En este sentido, en esta última década se han vendido cuatro centros de la antigua Obra Social y Cultural que en determinado momento los ayuntamientos de las localidades donde se encuentran no han necesitado o no han querido mantener, en Lastras de Cuéllar, Navafría, Navalmanzano y, más recientemente, Sanchonuño.

En la capital segoviana se vendió un pequeño piso en el barrio de San Lorenzo y el centro social con acceso desde la calle de Manuel de Falla, entre la carretera de Valdevilla y el barrio de El Palo-Mirasierra. Otras cesiones gratuitas, en este caso al Ayuntamiento de Segovia, son el centro de mayores del barrio de San Lorenzo, en la calle de San Vicente, el Centro 'Aniano Bravo', en el barrio de La Albuera, y la sede de la Asociación de Vecinos 'San Mateo', en el barrio de Nueva Segovia, cesiones a las que el actual gobierno municipal del PP también quiere renunciar o revisar, según confirmó esta misma semana el alcalde, José Mazarías, en Vive Radio Segovia, aunque  todavía no se ha tomado ninguna decisión.

El centro cultural de Riaza mantiene la huella de la Obra Social y Cultural de la entidad de ahorro. - Foto: Rosa Blanco

Sí está tomada en el caso del antiguo Centro Los Molinos, actual Centro de Interpretación de San Lorenzo y los Valles, sede del programa municipal de educación ambiental Segovia Educa en Verde, cuyo contrato de alquiler vence en julio, y no se renovará porque la Concejalía de Barrios y Sostenibilidad Ambiental ha decidido trasladarlo a las instalaciones municipales de la calle de los Bomberos, en el barrio de La Albuera, para ahorrarse una renta anual en torno a los 20.000 euros, según indicó el regidor segoviano.

En alquiler se encuentra también un local comercial para una tienda del grupo Cortefiel, frente a la que fue sede principal de Caja Segovia en la avenida del Acueducto, hoy en día de CaixaBank.

La joya de la Fundación es el edificio que la da nombre: el Torreón de Lozoya, un palacio renacentista junto a una de las plazas más bonitas del centro histórico de la ciudad, emblema de la actividad cultural de la Obra Social de Caja Segovia, de la que sigue su estela en cuanto a exposiciones de arte y ahora, además, con un museo abierto en septiembre de 2021 con parte de sus fondos artísticos y una sección dedicada precisamente a la historia de la caja de ahorros de la provincia.

Mantiene además dos centros en el barrio del Cristo del Mercado, uno familiar y otro SI@, el único que permanece de la extensa red que tuvo la Obra Social para formación en tecnologías; el Centro Corpus, en plena Calle Real, y la Sala Caja Segovia, en la bajada del Carmen. Esta última, reformada en 2002, dentro del programa de actividades del 125 aniversario de la caja de ahorros, cuenta con 240 butacas en dos plantas y actualmente tiene una programación estable de temporada con proyecciones de cine y se alquila para eventos. En su época de esplendor, por ejemplo en 2006, acogió 142 actos con una asistencia de más de 20.000 personas. Dispone también de la mitad de un almacén en el polígono de Hontoria.

Alquileres que se resisten. Los activos más difíciles de 'colocar' en el mercado, por la vía del alquiler, son parte de los locales del Centro Comercial Mahonías (en la zona del paseo de Ezequiel González). Actualmente recibe rentas por tres de un total de ocho espacios. También están en alquiler dos dependencias del Palacio de Villafañe, en la plaza de San Facundo, edificio histórico que fue la primera sede de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Segovia, cuando se fundó en 1878, con un saldo de ahorros equivalente a 108 euros que en 2009 superaba los 5.300 millones. Durante un tiempo estuvo alquilado a una academia de enseñanza de español para extranjeros.

Explica Ruiz que la cifra total de inmuebles propiedad de la Fundación oscila entre los 40 y los 50, en función de si la referencia son los espacios físicos o las fincas registrales.

Obras de arte. Otro legado importante heredado de la Obra Social son las obras de arte, alrededor de 3.500, de las cuales 1.400 se han apartado para dotar al museo y el resto se encuentran en reserva para renovar la exposición. De vez en cuando pone alguna a la venta «porque el volumen que tenemos es enorme todavía en almacenes y todas están aseguradas; no tiene ningún sentido tenerlas allí cerradas», dice Ruiz, quien puntualiza que esas operaciones se espacian en el tiempo «para no perjudicar a los pintores». El último cuadro vendido, hace un mes, es una obra de Jesús González de la Torre. 

El único apoyo institucional que ha recibido la Fundación Torreón de Lozoya ha sido uno puntual de la Junta de Castilla y León para rehabilitar la cubierta de su edificio emblemático, en la plaza de San Martín de Segovia. Su director echa de menos algún apoyo por parte de las instituciones de la provincia. 

En cuanto a CaixaBank su aportación económica va, principalmente, a proyectos sociales de entidades locales y patrocinio de algunas de las exposiciones que organiza en el Torreón.