Una decena de pisos facilita la prostitución en Segovia

Nacho Sáez
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La congregación religiosa Adoratrices, que ofrece desde 2016 apoyo en distintos aspectos a mujeres víctimas de trata en Segovia, contacta con más de un centenar cada año.

La calle Los Coches acogió un piso en el que se ejercía la prostitución. - Foto: Rosa Blanco

La prostitución en Segovia es una realidad invisible, como en otras ciudades, pero tiene una idiosincrasia propia en algunos aspectos.  Al menos una parte de las mujeres que la ejercen viven en otras ciudades y se desplazan a Segovia para este cometido, y los clubes pierden terreno frente a los pisos, más de una decena solo en Segovia capital, según la cifra facilitada por Adoratrices. Esta congregación religiosa, que ofrece servicios sanitarios, psicológicos, formativos, administrativos y de acogida a mujeres víctimas de trata en numerosos países del mundo, trabaja también desde 2016, donde tiene incluso sede.

Su actualidad vuelve a cobrar actualidad después de que la semana pasada los aliados del Gobierno tumbaran la proposición de ley del Ejecutivo del PSOE para perseguir el proxenetismo que hace posible la prostitución. La mayoría que sostiene a Pedro Sánchez dijo 'no' en el Congreso de los Diputados a iniciar el camino legislativo al entender que el presidente del Gobierno emprendía este proyecto por motivos electoralistas a las puertas de los comicios europeos del 9 de junio. Adoratrices no quiere valorar esta decisión política sino seguir centrada en su tarea, que suele comenzar con un acercamiento al lugar en el que las mujeres llevan a cabo esta actividad.

Además de la algo más de una decena de pisos que tienen detectados se mantienen tres clubes, en este caso en toda la provincia. «Establecer cuál es el perfil de este tipo de mujeres es bastante complicado», señala Consuelo Rojo, directora del proyecto de Adoratrices en Burgos, Soria y Segovia. La característica común en las mujeres que nosotros acompañamos es cierta vulnerabilidad, con unas carencias de pobreza -y entendemos la pobreza no solamente como una pobreza material, que también, sino como pobreza en cuanto a falta de oportunidades. Mujeres que vienen de historiales de violencia muy fuertes. Y casi todas son mujeres migrantes, ya sean regulares o administrativamente irregulares», añade.

El proceso que lleva a cabo Adoratrices no es igual para todas. «Normalmente, a mayor tiempo en prostitución suele haber más daño y más deterioro. Entonces el reestructurar, el recomponer, el que la mujer vuelva a ser ella en plena dignidad a veces son procesos largos, muy costosos y con muchas dificultades», indica Rojo, que no ve demasiadas diferencias entre Segovia y otras ciudades: «La prostitución se mueve ahora más en los pisos y de manera más clandestina porque los locales de carretera son muy visibles. Es una realidad oculta que también se da en Segovia, donde es verdad que la cercanía con Madrid hace que muchas mujeres vayan a Segovia al ejercicio de la prostitución y después vivan en Madrid u otras ciudades».

«A veces no coinciden los objetivos de las mujeres y los nuestros pero nuestra fundadora decía que ayudar a escapar de la violencia a una mujer ya era suficiente. Y han sido muchas», remarca la responsable de Adoratrices. Cada año contactan con más de un centenar de mujeres.

ESTIGMA. Ni el siglo XXI, ni la globalización, ni la inteligencia artificial han acabado con los estigmas en torno a la prostitución. «Es lo más difícil. Las mujeres que están en prostitución son las denominadas malas mujeres. Las que nos traen enfermedades, las que nos quitan a los maridos... Esto es un tema pendiente que tenemos como sociedad porque al final son mujeres de las que, si realmente se supieran sus historias reales, este estigma sería de otra manera y serían acogidas de otra manera. Son personas con historias, con vidas, que sufren, que lloran, que ríen, que tienen plenos derechos como cualquier otro ciudadano... Sin embargo, si una mujer es panadera durante un mes, al cabo de 20 años nadie se acuerda que ha sido panadera, pero si ha estado en la prostitución sí», lamenta la directora del proyecto de Adoratrices para Burgos, Soria y Segovia, Consuelo Rojo, que apunta otra asignatura pendiente: «Una educación sexual a nuestros jóvenes. La prostitución es un comercio. Hay una oferta y una demanda. Cuando hay demanda, hay oferta. Si nuestros jóvenes u hombres demandan una sexualidad pagada es porque algo no estamos haciendo bien. Se está confundiendo el sexo con la sexualidad y la sexualidad es mucho más que el sexo. La educación afectivo sexual de la que yo creo que carecemos nos ayudaría mucho a mejorar todo esto y que los hombres no tuvieran que demandar estos servicios».

Adoratrices tiene una trabajadora en Segovia, pero se apoya en sus recursos de Burgos para llevar a cabo su labor. «Intentamos acercarnos a los lugares donde están las mujeres en el ejercicio -ya sean pisos, clubes u otros lugares- y ahí les damos a conocer el proyecto, les damos un número de teléfono y, cuando ya necesitan algo, se ponen en contacto, con nosotras. A veces se queda en un tema sanitario mientras que a veces inician otros procesos», explica Rojo, quien remarca que la prostitución es un negocio «muy lucrativo». «La prostitución tiene mecanismos muy complejos», concluye la responsable de Adoratrices.