Una asociación quiere revitalizar San Antonio el Real

M. Galindo
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La Asociación Camino del Asombro elige el monasterio segoviano para desarrollar un proyecto de recuperación de su patrimonio histórico y cultural vinculado a la figura de Enrique IV

Juan Ayre, arquitecto y presidente de la Asociación Camino del Asombro, muestra el monasterio de San Antonio el Real, el cual transformarán tras su cesión temporal. - Foto: Rosa Blanco

«Preservando el silencio, protegiendo la historia». Con este lema, la Asociación Camino del Asombro resume la intención de un ambicioso proyecto que compendia cultura, patrimonio y economía centrado en recuperar y poner en valor el patrimonio monástico que en España reúne cerca de un millar de conventos y monasterios, de los cuales la mitad están en Castilla y León. Con apenas un par de años de historia, Camino del Asombro reúne un amplio colectivo de profesionales de varias disciplinas, todos ellos unidos por el objetivo de  hacer visible la vida y la obra de los monasterios dotándoles de una nueva vida basada en la recuperación de los espacios ahora abandonados para dotarles de nuevos usos vinculados a la cultura y al turismo.

Para iniciar este proyecto, la asociación ha puesto sus ojos en el monasterio de San Antonio el Real como el lugar ideal para poner en marcha el que será el proyecto piloto que tiene como objetivo revitalizar el histórico edificio construido en su origen como pabellón de caza del rey Enrique IV y que ha albergado durante seis siglos a las monjas de clausura de Las Clarisas.

La asociación quiso probar su compromiso con el monasterio con la realización el pasado mes de octubre de una 'hacendera' que llevó a cerca de una veintena de integrantes a la limpieza y acondicionamiento de varios de los claustros, llenos de maleza por la falta de cuidados.
Juan Ayres, presidente de la asociación Camino del Asombro, señala que la llegada a San Antonio  el Real fue «por cercanía a Madrid», ya que durante varios meses han buscado edificios monásticos en uso donde poder realizar una intervención integral, y  precisa que «cuando nos aparece la maravilla de este monasterio, decidimos que iba a ser el proyecto de arranque y el más interesante».

El redescubrimiento de San Antonio el RealEl redescubrimiento de San Antonio el Real - Foto: Rosa Blanco

Para Ayres, el monasterio segoviano ejemplifica la decadencia de la vida contemplativa de las comunidades religiosas, a las que define como «los últimos refugios para la mente y el espíritu». La falta de vocaciones lastra decisivamente la vida de conventos y monasterios y pone en riesgo la protección de un valioso patrimonio artístico «cuya integridad se ve hoy comprometida tras siglos de cuidados por el abandono no deseado de los monasterios».

De este modo, el proyecto de Camino del Asombro se sustenta en tres pilares que sustentan la idea de transformar los monasterios en centros de dinamización territorial. El primero se basa en la creación de un espacio museístico y cultural participativo abierto al descubrimiento e intercambio de conocimiento, experiencias y buenas prácticas, ofreciendo una ventana al mundo de los monasterios y sirviendo de punto de encuentro para la vida que se desarrolla dentro y fuera de sus muros desde la apertura personal a todo lo que se resguarda en estas «casas de oración».

Otro de los pilares será la la recuperación productiva de los huertos y jardines que atesoran los monasterios, rescatando el espíritu simbólico con el que fueron creados como representación de la obra divina y como medio de experimentación y desarrollo de un conocimiento milenario en los campos de la agricultura y la farmacología, y el tercero se fundamenta en la también recuperación del concepto de hospitalidad monástica a través del alojamiento en espacios de silencio para disfrutar de un ambiente sereno que permita meditar, reflexionar, orar, descansar y conectar c on uno mismo como una forma de autoconocimiento y conexión espiritual.

El redescubrimiento de San Antonio el RealEl redescubrimiento de San Antonio el Real - Foto: Rosa Blanco

El proyecto museístico comenzará a realizarse a lo largo de 2025, ya que la intención de Camino del Asombro es que se desarrolle a través del método «abierto por obras», que permitirá ir ofreciendo a los visitantes la posibilidad de seguir de forma progresiva los trabajos que se vayan realizando en  la musealización y en la adecuación de los espacios que antes podían visitarse previamente al cierre del monasterio y de otros que permanecían ocultos por la clausura. En este sentido, Juan Ayres destaca como el más significativo el panteón que el rey Enrique IV diseñó para ser enterrado en Segovia, que conserva su estructura original, o las antiguas celdas medievales de las monjas en una de las salas del amplio monasterio.

La idea cuenta ya con la anuencia de la Federación de Monjas Clarisas, que ha acogido de buen grado la propuesta de Camino del Asombro, y que firmará un protocolo de cesión de uso del inmueble a tal fin, ya que desde la asociación «no queremos que las Clarisas pierdan la propiedad y que puedan tener incluso un espacio para ellas si decidieran volver conforme a sus necesidades».

En cuanto a la financiación necesaria, Ayres señala que la asociación cuenta con varias vías de patrocinio y mecenazgo que se irán desarrollando a medida que vaya avanzando el proyecto, y confía en que las instituciones locales y autonómicas también sean sensibles y puedan colaborar en la consolidación y recuperación de este espacio. Del mismo modo, las actividades que se organizarán en el monasterio vinculadas con la hospedería, las visitas turísticas o los espacios culturales también generarán recursos que se reinvertirán en el propio espacio, ya que la asociación no tiene ánimo de lucro en esta tarea.

El redescubrimiento de San Antonio el RealEl redescubrimiento de San Antonio el Real - Foto: Rosa Blanco

Para Camino del Asombro, 2025 será un año clave para el arranque de este proyecto, al coincidir con la conmemoración del 600 aniversario del nacimiento de Enrique IV, que vino al mundo el 5 de enero de 1425, y que hizo de Segovia su refugio más querido. Ayres señala que «si se dice que Carlos III fue el mejor alcalde de Madrid, algo parecido podría decirse de Enrique IV y Segovia, una ciudad a la que amó y a la que quiso dotar de muchos privilegios durante su reinado». El inicio de este proyecto irá en paralelo con la colaboración de la asociación en el ciclo de conferencias que la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce desarrollará el próximo año dedicadas al monarca, y se combinarán con otras iniciativas culturales en las que ya se está trabajando.

En paralelo al de San Antonio el Real, la asociación trabaja también para otros proyectos también vinculados al patrimonio monacal cuyo desarrollo irá vinculado al del monasterio segoviano, como son el Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles  de Villacastín y el monasterio de San Juan de la Penitencia  en la localidad madrileña de Alcalá de Henares.