La desaceleración ya hace mella en el PIB de Castilla y León

David Alonso
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Castilla y León registra un avance de la economía del 1,8 por ciento durante el tercer trimestre del año, el más bajo desde el fin de la recesión por la pandemia en 2021, lastrada por la industria y el campo

Una maquina agrícola trabaja durante la última campaña de la cosecha. - Foto: Rubén Serrallé

La economía de Castilla y León sigue creciendo pero el cuadro de mandos cada vez tiene más alertas encendidas. «Estaba prevista esta desaceleración», reconoció ayer el consejero de Economía, Carlos Fernández Carriedo, que cifró en el 1,8 por ciento el avance del Producto Interior Bruto autonómico durante el tercer trimestre del año. Una cifra con luces y sombras. Por un lado evidencia que la economía de Castilla y León no cede al contexto mundial y continúa anotando números verdes, pero al mismo tiempo, supone el menor dinamismo del PIB regional desde que la Comunidad doblegó la recesión pandémica en el segundo trimestre de 2021. Es decir, entre julio y septiembre la región vivió el menor crecimiento económico en más de dos años. «Castilla y León sigue creciendo y de forma relevante aunque en la parte negativa se aprecia una desaceleración».

El consejero quiso, en cualquier caso, alejar cualquier alarmismo por la situación actual y defendió que el dinamismo económico regional sigue siendo superior a la media española y de la Unión Europea. En esta línea, y durante la presentación de la Contabilidad Regional Trimestral, Fernández Carriedo explicó que en el acumulado de los tres primeros trimestres, Castilla y León arroja un avance del PIB del 2,8 por ciento. «Es una cifra muy superior a la estimada inicialmente, del 1,6 para el conjunto del ejercicio». Dentro de las notas positivas también se encuentra el dato de la variación intertrimestral, que se quedó en un tímido 0,5 por ciento que sirve para dejar atrás el 0,2 por ciento negativo del trimestre anterior.

De cara al final del año, el también portavoz de la Junta reconoció que se «mantendrá» la desaceleración económica y señaló que espera que el dato de crecimiento del PIB en el último trimestre sea «inferior» al 1,8 registrado entre julio y septiembre. Una situación que saltará el calendario y se extenderá hasta el año que viene: «La desaceleración se mantendrá en 2024».

Culpables habituales

El sector agrario sigue siendo el principal 'ancla' que sufre la economía regional y acumula ya diez trimestres consecutivos en números rojos. En esta ocasión mermó un 8,5 por ciento a consecuencia de la cosecha «especialmente negativa en volumen y precio». No obstante, Fernández Carriedo también apuntó al sector industrial que, pese a crecer solo un 0,5 por ciento, comienza a mostrar ya síntomas de fatiga. También en número verdes se situaron los sectores que más contribuyeron al dinamismo en el tercer trimestre: la construcción y los servicios, con avances del tres y 2,8 por ciento, respectivamente.

Los entresijos de la economía muestran también el agotamiento económico de las familias de Castilla y León, con una escasa aportación del 0,7 por ciento al gasto en consumo final por «las dificultades de las familias para llegar a fin de mes». Por el contrario, el consejero valoró que la formación bruta de capital –las inversiones empresariales– continúan repuntando, aunque a menor ritmo que en trimestres anteriores.

Por último, la Contabilidad Regional presentada ayer viene a confirmar las señales de extenuación que lanza el mercado de trabajo desde hace meses. A pesar de que el informe de la Junta mide el empleo en puestos de trabajo equivalente a jornada completa, lo cierto es que Castilla y León registró en el tercer trimestre del año el primer dato negativo en la evolución laboral desde el cierre del año 2020, con una evolución del -0,2%.

Previsión para 2024

El PIB de Castilla y León seguirá avanzando el próximo año, aunque a un menor ritmo que durante este 2023. El consejero de Economía, Carlos Fernández Carriedo, aseguró ayer que la Junta todavía no tiene la previsión de crecimiento económico para el siguiente ejercicio, al no tener todavía aprobado el proyecto de ley de Presupuestos, donde se incluye cada año. En cualquier caso, vaticinó que el dinamismo del PIB en 2024 se parecerá más al tercer y al cuarto trimestre de 2023 que al primer semestre de este ejercicio, aunque consideró que «será difícil» ver «un dato tan negativo» en el sector agrario y «con un efecto tan negativo» respecto al PIB. «Crecerá aunque a menor ritmo que en años anteriores». El consejero portavoz también recordó que el Gobierno de España tampoco ha publicado su previsión para el próximo año.