Hace poco casi una decena de autobuses de grupos turísticos causaron problemas de tráfico en la zona alta de Vía Roma, junto a la plaza oriental del Acueducto, en torno a las doce del mediodía. Fuentes del gobierno municipal dicen que se trató de una situación «puntual» motivada por un inusual convoy de vehículos con viajeros hispanoamericanos. Sin embargo, vecinos del barrio de San Lorenzo, y también otros que utilizan a diario esta importante avenida para trasladarse a municipios del alfoz, aseguran que son recurrentes y se están produciendo más a menudo de lo que reconocen los responsables del Ayuntamiento.
El concejal de Segovia en Marcha (Podemos-Alianza Verde), Guillermo San Juan, ha alertado de que tanto el tráfico de vehículos como de autobuses urbanos e, incluso, la movilidad de peatones en la acera de Vía Roma, es en ocasiones «prácticamente imposible» y añade que «el turismo exprés de ríos de turistas que llegan a nuestra ciudad en autobuses de operadores está alcanzando unos niveles insoportables, y la situación se viene agravando de forma considerable en los últimos meses».
San Juan ha presentado por escrito una serie de preguntas al gobierno municipal del PP, y ha pedido también una respuesta formal por escrito, para conocer qué número máximo de autobuses pueden aparcar y cargar y descargar viajeros de forma simultánea en este punto de Vía Roma, así como los mecanismos de control que tiene el Ayuntamiento para garantizar que todos esos vehículos cuentan con autorización y cumplen con los requisitos fijados para realizar su actividad y en virtud de qué ordenanza o autorización pueden aparcar en las paradas reservadas para las líneas regulares de autobús urbano de Segovia, «cuestión que sucede de forma habitual en esta zona de la ciudad», apostilla.
Este edil, que ya ha realizado algún ruego en comisiones o plenos sobre este tema, acusa al equipo del alcalde Mazarías de dar barra libre «al turismo de crucero de dos horas al día que masifica y no genera ningún impacto económico en la ciudad», una situación para la que reclama soluciones.
El debate está servido también en redes sociales como Facebook, donde la ciudadanía está dividida entre quienes consideran que hay que controlar más este tipo de turismo y los que defienden que las molestias que ocasionan son muy limitadas comparándolo con los beneficios de la que es una actividad clave en la economía segoviana.
El Día de Segovia ha podido hablar con algunos conductores de los autobuses de grupos turísticos que explican que las dificultades de aparcamiento no son exclusivas de Segovia, aunque reconocen que en algunos casos hay compañeros que abusan del tiempo de espera en Vía Roma, un punto donde dicen que la mayoría permanece estacionado únicamente el tiempo necesario para que los ocupantes bajen o suban del vehículo, ya que utilizan zonas de aparcamiento como el Velódromo, muchos días saturado y que ofrece una mala imagen a los visitantes, con barros y charcos, y la carretera de Soria, sobre todo en el barrio de El Sotillo de La Lastrilla.
El concejal de Urbanismo, Alejandro González-Salamanca, reconoce que el Velódromo no es la mejor ubicación en este momento y comenta que «estamos trabajando para hacer una serie de modificaciones que permitan estacionar estos autobuses en otras localizaciones, por ejemplo a la entrada de la ciudad, y con conexión de transporte público, pero los cambios en el planeamiento urbanístico son lentísimos, no es inmediato».
Por su parte, el presidente de la Agrupación Segoviana de Empresarios de Transporte (Asetra), aboga por actuar con «sentido común», en coordinación con los sectores afectados y buscando el equilibrio para no perjudicar la actividad económica pero tampoco la vida de los ciudadanos, aunque indica que en este momento la asociación no ha recibido quejas de empresas como Avanza o Linecar por ocupación de sus paradas en ese «cuello de botella» en el que se convierte Vía Roma.