Dice un antiguo refrán castellano que "en enero, se hiela el agua en el puchero y la vieja se pone al cuquero» (a la lumbre, al brasero). Durante la pasada Navidad Segovia ha sufrido temperaturas muy bajas, lo que unido a la niebla engelante - la que se produce a temperaturas por debajo de cero grados cuando las gotitas de humedad se congelan al entrar en contacto con el suelo - ha motivado situaciones de riesgo con pavimento especialmente resbaladizo en zonas tan concurridas como el Azoguejo y en otros puntos del entorno del Acueducto, desde la avenida del mismo nombre a la Calle Real, plaza de la Artillería o algunos tramos de acera de la avenida de Padre Claret.
María Isabel, una vecina del centro histórico, asegura que ella en invierno, sobre todo cuando hay humedad y las temperaturas están por debajo de los 10 grados, tiene zapatos que no puede ponerse porque más de una vez ha tenido ya «un susto monumental». A eso se suman, comenta, «las más peligrosas»: las cajas de registro o tapas metálicas de los conductos subterráneos de servicios de alumbrado, telefonía, etc. que son la causa de más de una caída, de las que ella asegura ha sido testigo.
La propia tarde-noche del 5 de enero, la de la Cabalgata de Reyes, su nieto sufrió un resbalón sin consecuencias junto a los arcos del Acueducto. «El alcalde no ha querido pagar pista de hielo este año pero le ha salido gratis. Hay que andarse con mucho cuidado y mirar mucho por donde se pisa», decía el afectado.
No hay constancia estos días, sin embargo, de accidentes o caídas con consecuencias graves como podrían ser las roturas de huesos.
Precisamente, el Azoguejo ha sido una de las zonas de la ciudad donde en semanas previas a la Navidad los responsables municipales decidieron que una de las cuadrillas de obras de intervención rápida interviniera para mejorar el pavimento, como emborrillado en mal estado o baldosas levantadas. No en vano, el concejal de Obras, José Luis Horcajo, o el propio alcalde, José Mazarías, han repetido en varias ocasiones que la falta de mantenimiento de pavimentos de aceras y otros espacios públicos son motivo de reclamaciones de responsabilidad patrimonial al Ayuntamiento.
El caso es que por una u otra razón, el estado del pavimento trae de cabeza a los responsables del gobierno municipal y un asunto a tener muy en cuenta en futuras actuaciones es la elección del tipo de baldosa, adoquín, etc.
Por ejemplo, en paradas de autobuses se colocan desde hace pocos años baldosas antideslizantes, así como en los accesos a las aceras desde los pasos de peatones.
Fundentes. Fuentes del equipo de gobierno municipal explican que, en función de las temperaturas, los operarios de la empresa concesionaria del servicio de limpieza viaria, FCC, esparcen sal en lugares de umbría o deslizantes, entre otros en la plaza oriental del Acueducto. Advierten, sin embargo, que «los fundentes no funcionan de modo preventivo; no evitan heladas si se echa antes de que se produzcan, sino que funden cuando ya hay hielo».
Por otra parte, indican que el uso inadecuado de fundentes; por ejemplo, esparcir en exceso o antes de que hiele, «es sumamente agresivo con el asfalto y otros pavimentos». Concluyen que «lógicamente, el adoquín o la losa pulida resbalan más en invierno» por las condiciones meteorológicas.
El Ayuntamiento de Segovia llevó a cabo el pasado diciembre una campaña de reparto de productos fundentes para particulares y comunidades que se prolongó hasta el día 31 para facilitar el material necesario y hacer frente a las posibles nevadas y heladas, para lo cual es fundamental la colaboración vecinal.