Margarita y Andrés se desplazan desde el barrio de Nueva Segovia hasta el centro de la ciudad en el autobús para cumplir con la liturgia anual de las rebajas de Enero. «Yo soy una loca de las rebajas», señala ante su resignado esposo que le acompaña en el peregrinaje por las tiendas a la búsqueda de alguna oferta de interés. Si bien es cierto que su entusiasmo permanece inalterable, la experiencia de años anteriores le hace tener una actitud realista y escéptica ante una de las campañas comerciales más potentes del año, que permite a los comercios establecer ofertas hasta primeros de marzo. «La verdad es que hay que mirar mucho para encontrar algo más o menos decente», asegura esta compradora, que orienta sus compras hacia prendas de temporada como abrigos o jerseys.
Su estrategia se basa en "buscar y buscar", comparando los precios en tiendas y poniendo en cuestión aquellas prendas con un elevado descuento porque, en su opinión, «a menos precio, menos calidad». No cuenta con un presupuesto fijo para invertir en rebajas, aunque procura hacer un gasto contenido porque «las navidades te dejan con el bolsillo temblando», pero reconoce que al menos «cien euritos caen, y si pica mi marido, algo más».
Ana y Elena han decidido prolongar un día más sus vacaciones escolares para darse una vuelta por las rebajas segovianas. Aunque ambas viven en Valladolid, sus estudios en el campus María Zambrano de la Uva les han traído a Segovia, donde reconocen que aunque hay menos oferta comercial que en la capital de la comunidad «hay menos lío y se puede disfrutar de las tiendas». Su condición de estudiantes les hace mirar el euro al máximo a la hora de comprar, aunque reconocen que «nos gusta más mirar y dar una vuelta, y si vemos algo que nos cuadre, comprarlo». Pese a ello, señalan que las verdaderas ofertas de rebajas están en las grandes plataformas comerciales y en internet, donde «ahí si que hay precios buenos», pero ponen sordina a las gangas y señalan que «hay que tener cuidado porque también hay mucha morralla».
Otros encuestados por este redactor - que eluden dar su nombre- abundan en la idea de relativizar las gangas de las rebajas de enero, y aseguran que al final el presunto ahorro «no es tanto, porque aunque te puedas llevar más prendas, te gastas más dinero», señala una de las mujeres que participaron en este reportaje.
Para los comerciantes, la etapa de rebajas va «de más a menos», según el testimonio recabado entre los responsables de algunos comercios de la capital. De este modo, señalan que la coincidencia con el fin de la campaña navideña sirve como impulso en las dos o tres primeras semanas de rebajas, y paulatinamente van perdiendo fuelle en el interés de los clientes, por lo que muchos comercios reducen el tiempo de aplicación de la campaña en función de la demanda y del cumplimiento de los objetivos económicos marcados.
Roberto Manso, presidente de la Federación de Comerciantes Segovianos (FECOSE), señala que las rebajas de enero "sirven para dar salida al stock de la campaña de invierno para comenzar a preparar la siguiente temporada", y señala que el arranque de esta campaña está siendo muy positiva, lo que augura un buen resultado para el pequeño comercio. Pese a ello, señala que la presión de las grandes plataformas comerciales e internet hace prácticamente imposible poder competir «ni en precios ni en visibilidad» en las mismas condiciones, y la proximidad es la única baza a la que poder agarrarse para apurar las oportunidades de conseguir atraer a los clientes.
En cuanto a la creación de empleo, Manso señala que no se prevé un aumento en las contrataciones, ya que la mayoría de establecimientos «tira con su propio personal y si acaso prolonga los contratos realizados en Navidad», porque el volumen de ventas tampoco invita a realizar inversiones en nuevos trabajadores.