El banco que hizo puente

Gonzalo Ayuso
-

El día 8 desapareció misteriosamente un elemento del mobiliario urbano de la carretera de Trescasas que había sido «rescatado» por los vecinos y fue repuesto tres días después

El banco ha sido repuesto en su rincón de la carretera de Trescasas. - Foto: Rosa Blanco

Esta es una historia con final feliz, la de un humilde banco, de los antiguos metálicos que Caja Segovia distribuyó por toda la ciudad en la segunda mitad del siglo XX, que se ha ganado la supervivencia en un rincón de la carretera de Trescasas gracias a los cuidados y, por qué no decirlo, también al cariño que le han cogido los vecinos, especialmente dos señoras, Marisa y Pepa. Apareció hace unos años abandonado, «viejo, sucio y maltratado», como lo ha descrito el poeta del barrio de San Lorenzo Luis Pérez Gil en un poema muy reciente dedicado a este ejemplar de mobiliario urbano. 

Valiéndose de versos, Pérez Gil explica que estas «... dos vecinas lo acogieron / como a un mueble más de casa / y pintaron sus heridas / del color de la esperanza...». Tras el periodo de confinamiento por la pandemia de covid, el banco fue testigo del reencuentro de Marisa y Pepa, que se ha convertido en su lugar, ahí donde pasan muy buenos ratos por las tardes charlando de la vida en esta calle del barrio de San Lorenzo que apunta hacia el vecino pueblo de San Cristóbal. Es el banco «de las marías», apuntan algunos residentes, aunque ellas dicen que no, que no es propiedad de nadie y lo es de todos. 

Pero el banco hizo puente. Desapareció misteriosamente el viernes 8 de diciembre, festividad de la Inmaculada Concepción, para disgusto de los vecinos de esta calle, y sobre todo de Marisa y Pepa, que han pasado tres días mirando por la ventana para observar con pena las «hojas secas/ entre dos tristes retamas / donde el banco, al sereno, / cada noche descansaba».  

Otra vecina, Paula, cursó una denuncia ante la Policía Local y tramitó, además, un escrito vía online ante el Ayuntamiento de Segovia para indagar si algún servicio municipal había tenido intervención en este suceso casi digno de una novela de Serie B. De forma misteriosa, sin testigos ni daños, el banco apareció la madrugada del pasado lunes, día 11, en su rincón de siempre, intacto, para alegría de sus benefactoras.

Para entonces ya había circulado por distintos medios, entre otros por  grupos de WhatsApp, el poema 'El banco', de Luis Pérez Gil. Quizá hizo efecto su llamamiento final: «¡Por favor, si alguien lo ha visto, / tráiganlo de vuelta a casa, / que aún están Marisa y Pepa / sin saber lo que les pasa!». 

Poema completo: 

El banco

Viejo, sucio y maltratado,

arrastrando cuatro patas,

llego un banco abandonado

a la calle de Trescasas.

Dos vecinas lo acogieron

como a un mueble más de casa.

y pintaron sus heridas

del color de la esperanza.

Tras los vientos de pandemia

que  estuvieron confinadas,

sobre el banco del reeencuentro

cada tarde se sentaban.

Cuando ayer, de nuevo el alba,

iba izando las persianas,

de rocío se cubría

el color de su mirada.

Encontró unas hojas secas

entre  dos tristes retamas,

donde  el banco, al sereno,

cada noche descansaba.

¡Por favor, si alguien lo ha visto,

tráingalo de vuelta a casa,

que aún están Marisa y Pepa

sin saber lo que les pasa!

Luis Pérez Gil 

Dedicado a Marisa y Pepa.