La historia del cristianismo no se ciñe de forma exclusiva a la lectura y el análisis de los textos del Antiguo y el Nuevo Testamento recogidos en la Biblia. A lo largo de los tiempos, sobre todo en el siglo pasado, han sido muchos los teólogos y exégetas de los textos sagrados los que han analizado y buscado en las fuentes cristianas antiguas los secretos mejor guardados del mensaje de Jesucristo a través de quienes vivieron y compartieron su vida pública y dejaron constancia escrita de su presencia en el mundo.
Las investigaciones realizadas descubrieron una serie de documentos denominados evangelios apócrifos o extracanónicos surgidos en los primeros siglos del cristianismo en torno a la figura de Jesús de Nazaret que no se incluyeron ni se aceptaron en ninguna de las versiones de la Biblia usadas por distintos grupos de cristianos, como la Iglesia católica, la Iglesia ortodoxa, la Comunión anglicana y las Iglesias protestantes.
Entre los teólogos que más y mejor estudiaron estos textos se encuentra el segoviano Aurelio de Santos Otero, que dedicó gran parte de su dilatada carrera docente, investigadora y divulgadora al análisis de las fuentes cristianas antiguas, y es autor de 'eLos evangelios apócrifos'f, una obra en la que compila, traduce y comenta los textos incluidos en esta obra y que a día de hoy sigue siendo referencia obligada en el estudio del cristianismo tanto en España como fuera de las fronteras nacionales.
De Santos (Muñoveros, 1927- Alemania, 2022) cuenta en su propio currículo que tras cursar la escuela primaria de su pueblo, fue enviado al colegio de San José en Burgos para iniciar los esudios de humanidades en el Aspirantado Maestro Ávila de Salamanca, donde años más tarde fue profesor. Completó su formación en Filosofía en el Semniario Mayor de Salamanca, que incluyó un periodo como becario del Colegio Español en la Universidad Gregoriana de Roma. En este tiempo, inicióel aprendizaje de la lengua rusa , que concluyó con matrícula de honor en 1956, y que le sirvieron para realizar estudios de filología eslava y bizantinística en el Colegio Español de Munich, donde comenzó su relación profesional e investigadora con Alemania, donde permaneció trabajando la práctica totalidad de su carrera.
Así, en 1956 publicó su obra cumbre 'Los Evangelios Apócrifos', editada por la Biblioteca de Autores Cristianos, y que cuenta ya con cerca de una veintena de ediciones. Su formación en filología eslava y oriental le permitió acceder a fuentes poco conocidas o inéditas como el eslavo eclesiástico, el copto, el siríaco o el árabe, y sus conocimientos de hebreo, arameo y su dominio del griego y el latín clásicos le dieron una gran ventaja a la hora de analizar los textos apócrifos desde una perspectiva filológica e histórica.
Su formación teológica le permitió también analizar los evangelios desde un punto de vista ecuménico, interesándose par las diversas tradiciones cristianas orientales y occidentales tanto ortodoxas como heterodoxas, y a buscar puntos de encuentro entre ellas. Algunos de sus discípulos, como el profesor emérito de Filología Griega de la Complutense de Madrid y especialista en cristianismo primitivo Antonio Piñeiro, aseguran que su obra refleja un gran respeto por la diversidad religiosa y cultural del mundo antiguo y medieval.
La mayor parte de los trabajos del profesor De Santos Otero - artículos, recensiones o colaboraciones en publicaciones- fueron publicados en Alemán o español, lo que limitó su difusión internacional, acotando de esta forma la influencia en otros investigadores internacionales. Además, su estilo era muy erudito y detallado, lo que dificultaba su lectura para un público no especializado, y sus obras se consideran más como referencia que como divulgación.
Pese a ello, los evangelios apócrifos y su estudio han derivado en la creación de cursos y grupos de investigación en prestigiosas universidades como la de Harvard (EEUU) o Gotemburgo (Suecia), y en el campus norteamericano se ha creado un Centro para el Estudio del Cristianismo Primitivo y sus fuentes, que bebe en las fuentes abiertas por el investigador segoviano.
Reconocimiento
El profesor Antonio Piñero se considera heredoero del trabajo de De Santos, al que conoció en 1973 cuando terminaba su tesis doctoral en Heildelberg a través de un amigo común. "Su texto multilingüe en la B.A.C. de Los Evangelios Apócrifos (que por lo menos lleva quince ediciones) ha sido mi compañero de cabecera durante muchísimos años. En mi opinión este elenco de evangelios apócrifos es quizás el mejor y más completo que existe en el mundo.
Mi admiración hacia Aurelio creció aún más durante mis trabajos para la publicación de los Hechos Apócrifos de los Apóstoles. Del mismo modo, puedo decir que nadie en el mundo ha hecho hasta el presente un estudio de la inmensa colección de estos apócrifos en la tradición eslava. El trabajo de Aurelio en sí es notable, puesto que los manuscritos de esos Hechos en eslavo eclesiástico se acerca a los dos centenares. Aurelio hizo ciencia básica, catalogando manuscritos, editándolos y valorándolos. Y, por último, tuve un contacto aún más directo con Aurelio en la edición española de los «Apócrifos del Antiguo Testamento». En síntesis, mi admiración hacia Aurelio como filólogo es total. Su trabajo en los Evangelios Apócrifos y en la tradición eslava de otros apócrifos neotestamentarios no ha sido superado hasta ahora».