El luto tiñó ayer la jornada en el mundo del periodismo y la comunicación, que se despedía de un hombre «que nació encima de una rotativa», como él decía de sí mismo. Era el presidente y editor de La Voz de Galicia, Santiago Rey Fernández-Latorre, un hombre que hizo de su «profesión su familia» y que ayer falleció a los 85 años a causa de una enfermedad que, según trasladó su propio entorno, había deteriorado su salud en los últimos días.
Nacido en La Coruña el 31 de agosto de 1938, estaba casado con Salomé Fernández-San Julián y era nieto del fundador del periódico, Juan Fernández Latorre. También era propietario y presidente de la Corporación Voz de Galicia S. A., grupo de comunicación que engloba, además, Medios Audiovisuales de Galicia, el instituto demoscópico Sondaxe, la sociedad de contenidos digitales Canal Voz, la distribuidora Disgasa, Galicia Editorial, y el diario digital La Voz de Asturias.
Licenciado en Derecho, accedió en 1963 a la gerencia de La Voz de Galicia. Fue luego consejero delegado hasta 1988, cuando sustituyó a su hermano Emilio en la Presidencia. Bajo su dirección, La Voz se convirtió en el periódico impreso de mayor difusión en Galicia y uno de los primeros de España: el tercero hoy en día, tanto en circulación (OJD) como en audiencia (EGM).
De hecho, las condolencias tras su pérdida llegaron desde el ámbito institucional, político, empresarial y de la cultura, pero también de sus propios empleados, que destacaron de él su generosidad y entrega a la profesión.
Para rendirle este homenaje se acercaban hasta Arteixo trabajadores de las 13 delegaciones que el periódico tiene en la región, de la productora Voz Audiovisual, de RadioVoz y del resto de empresas de la corporación.
Ante la emoción de familiares, amigos y empleados, el féretro con los restos mortales de Santiago Rey entraron en el museo que lleva su nombre acompañado por otro sonoro aplauso. Cubierto con una bandera de Galicia, el féretro no podía estar en otro lugar: se colocó ante una antigua rotativa donde le esperaban numerosas coronas de flores.
No obstante, la prensa fue su vida y a ella consagró su actividad profesional, en la que su olfato y audacia marcaron importantes decisiones que le hicieron un referente del sector, como cuando asumió la gerencia del periódico, que, aunque era ya el principal de Galicia, apenas imprimía varios miles de ejemplares y se difundía fundamentalmente en la ciudad donde nació y en las áreas urbanas más próximas. Con él al frente, se puso en marcha la creación de las ediciones locales por toda la región, que se culminaron en los años 80 y se mantienen en la actualidad con un modelo que la hace presente, con información propia, en todas las ciudades y comarcas del país.
Una de sus decisiones más punteras llegó en plena crisis económica, cuando tomó la decisión de acometer una de las grandes inversiones de futuro: adquirir una nueva rotativa que volvió a colocar a la empresa en la vanguardia tecnológica europea. Además, en 2000 se creó la página web de La Voz de Galicia, que hoy es por sí misma uno de los medios de comunicación más relevantes. A pesar del fallecimiento de Rey, su legado y su actitud empresarial pionera siempre quedarán negro sobre blanco.