La historia de la Villa y Tierra, desde las cifras

Cristina Sancho
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Manuel Álvarez narra la evolución económica y fiscal de la comunidad en un libro que compila ocho siglos de datos y documentos históricos

Manuel Álvarez, con un ejemplar de su libro - Foto: CS


Curioso por la historia y el pasado, Manuel Álvarez, ya estuvo muy involucrado en los actos y conferencias históricas que la Asociación Cultural San Benito de Gallegos organizó con motivo del 600 aniversario de la constitución de la Comunidad de San Benito de Gallegos. Ahora Álvarez ve cumplido un sueño en el que lleva muchos años trabajando, desde 2018. Por fin ve la luz el libro 'Sociedad, Economía y Fiscalidad en la Villa y Tierra de Cuéllar. 1068-1820'.  El título suena arduo y reconoce que el contenido también lo es, pero las casi 700 páginas bien sirven para conocer la evolución de la Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar.

«Ha sido una labor tremenda de recopilación con muchos datos y los temas son muy técnicos: economía y fiscalidad, que además van acompañados de muchos cuadros estadísticos. He tenido que coger los datos y, como se dice ahora, cocinarlos, para que fueran comprensibles», explica.

La idea de escribir un libro de estas características se le ocurrió hace años tras haber leído historiografía sobre Cuéllar de Gonzalo Trassierra, del Padre Balbino Velasco y otros trabajos más recientes como el de Emilio Olmos Herguedas. Considera que no eran específicos de economía y sociedad y eso le animó a estudiar como podía investigar y plasmar los datos.

El libro se divide en tres partes. La primera hace referencia a la sociedad de las distintas épocas. «Se habla de los primeros momentos de la segunda repoblación del alfoz de Cuéllar. Con la llegada de Alfonso X ya comenzó la formación de Comunidad de Villa y Tierra cuando se estructuraron las aldeas alrededor de Cuéllar», relata. Esta es la parte más breve porque según reconoce, es también la más difícil de recabar dada su complejidad y la poca documentación que existe al respecto.

La segunda parte se centra en la economía desde distintas vertientes. Por un lado, el aspecto productivo.  en el que cuenta cómo la gente y la sociedad de la Villa y Tierra de Cuéllar trabajó para tener su sustento, el de la familia y poder progresar. Esta parte está dividida en varios capítulos y el primero comienza en 1078 con un documento de una herencia que una familia cuellarana deja a beneficio de la iglesia de la Cuesta. Entre los siglos XI y XIII relata que la economía se basa principalmente en la agricultura y la ganadería, los aprovechamientos forestales, la artesanía, algo de industria y comercio.  

Manuel considera que el cenit de la sociedad cuellarana llegó entre los siglos XIV y XV. Entre estos siglos el archivo histórico de la villa de Cuéllar guarda mucha documentación sobre el libro de regimiento que eran las actas de las reuniones del consejo y ha podido comprobar muchos de los acuerdos tomados, al igual que ocurre con los archivos de las parroquias.

En su visita a los archivos parroquiales también se recogen las tierras que eran propiedad de la iglesia en los pueblos de la zona y quienes las cultivaban. La evolución en cuanto a la manera de producir durante estos siglos apenas evolucionó. «Se hacía lo mismo en el siglo XIII que hasta los años 60 del siglo XX, con los mismos métodos, las hoces y los arados romanos con la evolución del hierro», apunta.

Desde su punto de vista y con el análisis realizado, comenta que fue en el siglo XV el momento del florecimiento de la sociedad cuellarana en la producción de ganadería y agricultura y por la importancia que tuvo Cuéllar en el reinado de Isabel la Católica hasta que cayó en manos del Duque del Alburquerque.

«En el tercer tercio del siglo XV aparecen todos los que fueron políticos influyentes en la monarquía y después tuvieron su protagonismo en América como Diego Velázquez, Gómez de Rojas… Todos los que formaron los concejos de Cuéllar en el siglo XV marchan a América en puestos de mando y es una época en la que la sociedad produce cultura y progreso económico. Después del siglo XVI el hundimiento es total», concluye.