Una iniciativa privada revitalizará el edificio de La Choricera con un proyecto que en su primera fase tendrá un ecomercado, un mercado vintage de ropa y muebles y un centro de interpretación del Camino de Santiago de Madrid. Las obras, que en esa actuación inicial afectarán a más de 5.000 metros cuadrados, comenzarán el 1 de julio. La inauguración será en septiembre con un concierto del grupo Los Zigarros en uno de los espacios que los promotores tienen previsto «adaptar».
La Choricera Mercado Central de Segovia, que así han bautizado el proyecto, lo han definido sus responsables como «un ejercicio de patrimonio regenerado de un edificio industrial emblemático con un proyecto de adaptación que gira en torno a un ecomercado, centro de acopio y distribución, obrador comunitario e instalaciones para favorecer el desarrollo de los pequeños productores, acompañado de almoneda y artículos de segunda mano, artesanos y oficios teniendo siempre como pata central el arte y la cultura». Su desarrollo será en varias fases que no tienen un calendario cerrado aunque la primera sí que estará lista el 7 de septiembre.
La Choricera afronta su gran oportunidad de revitalización tras el cierre en 2009 de la fábrica de productos cárnicos que albergaba, un emblema de la industria de Segovia del siglo XX. Suministros Transcose, que adquirió el edificio en 2017 y tiene allí sus instalaciones en unas naves exteriores, es uno de los socios de la iniciativa, ideada por un equipo «multidisciplinar». Lo lidera Alicia Sonlleva, una empresaria segoviana que ha trabajado para firmas como El Corte Inglés, Grupo Cortefiel y Bonnet à Pompon. «Vine de vuelta [a Segovia] después de la pandemia y empecé a explorar mi ciudad y qué podía aportar con mis conocimientos profesionales. Me interesa mucho el mundo de la artesanía, del producto local en agricultura y reforzar el comercio en territorio cercano. Creo que es algo a lo que tenemos que prestar plena atención ahora por el futuro que se nos avecina», señala antes de guiar a El Día de Segovia en un recorrido por una pequeña parte de las instalaciones.
La Choricera se transformará en un mercado "central" - Foto: Rosa BlancoLa Choricera, obra del arquitecto Curro Inza en 1966, tiene 45.000 metros cuadrados que en los últimos años solo han sido escenario de rodajes esporádicamente. «Se tarda horas en verla entera», subraya Sonlleva. El proyecto que encabeza ocupará en la primera fase entre 5.000 y 10.000 metros cuadrados gracias a una inversión que sus responsables prefieren no desvelar pero en la que pretenden contar con el apoyo de las administraciones públicas. Ya están en conversaciones, por ejemplo, con la Junta de Castilla y León. «Pero no es requisito imprescindible para que sigamos hacia adelante», aclara Sonlleva.
La Choricera Mercado Central de Segovia comenzó a gestarse hace un año y medio aproximadamente. «No nos hemos fijado en ningún modelo en concreto, estamos haciendo el nuestro propio, que debería de ser exportable a todas las provincias. No queremos una exclusividad como tal sino una funcionalidad real. En Estocolmo, por ejemplo, esto ya no solo está empezando a normalizarse sino que para ellos ya está primando el sello de cercanía y de comercio local sobre el resto. Puede parecer que es volver hacia atrás pero estamos diseñando las bases del futuro. Es vital para que se fortalezca el tejido empresarial y económico de las poblaciones en lugar de dejarlo en manos nacionales e internacionales, que ya hemos visto durante la pandemia lo que ha pasado con algunos productos», reflexiona Sonlleva.
El ecomercado, que pretenden que sea la base de todo lo demás, ejercerá como punto de venta y distribución para los productores. Estos entregarán la mercancía en depósito y su precio final a La Choricera Mercado Central de Segovia y esta se encargará de la exhibición del producto y de su venta. A partir de ahí emergerán, en esa primera fase del proyecto, el mercado vintage de ropa y muebles y el centro de interpretación del Camino de Santiago de Madrid que ubicarán en otro de los espacios del edificio. «Queremos contribuir a revitalizar el eje del Camino Central. Como el Camino sigue creciendo y tiene cada vez mayor ocupación extranjera, se quiere fortalecer que si llegas desde fuera a Madrid hagas el Camino desde Madrid. En nuestro centro no se va a poder pernoctar pero los peregrinos sí que van a poder sellar la credencial y va a haber exposiciones y muchísimas explicaciones de lo que es el Camino», continúa Sonlleva.
Una de las antiguas oficinas de La Choricera. - Foto: Rosa BlancoTampoco faltarán en la nueva Choricera servicios de hostelería, talleres de formación, un espacio para la celebración de conciertos y, más adelante, un centro de acopio para reunir los alimentos de pequeños productores y servir como centro logístico para que den el salto a otros mercados a partir de la aplicación de prácticas y procesos que permitan reducir el consumo de recursos naturales, minimizar la emisión de residuos y gases contaminantes y mejorar la eficiencia de la cadena de suministro.
La sostenibilidad está en el centro del proyecto. Entre los objetivos de sus responsables se encuentra que las instalaciones disfruten de un autoabastecimiento energético. Una de las primeras actuaciones será la instalación de placas solares para disponer de energía renovable y limpia. «La intervención sobre el edificio no va a ser muy grande porque se busca un ejercicio de restauración y de patrimonio vivo. Queremos que mantenga la misma estética y, aparte, es que fue muy bien construido por un arquitecto que está reconocido a nivel nacional. Ahora sería inviable volver a construir La Choricera. Sería más caro todavía que el edificio de enfrente (por el CIDE)», apunta Sonlleva.
Del número de empleos que crearán prefiere no anticipar un cálculo. Tampoco desvela los nombres de las empresas implicadas el proyecto. Suministros Transcose, la única compañía de la que ha trascendido por el momento su participación, remite a Sonlleva para las explicaciones sobre La Choricera Mercado Central de Segovia. «El equipo multidisciplinar que hemos formado hemos trabajado con anterioridad en proyectos similares y cada uno es experto en su área. Tenemos un consejo de sabios y nos hemos juntado para desarrollar este proyecto porque tampoco hay muchos en España. Poder idear o proyectar algo de esta envergadura, en esa línea de sostenibilidad que hemos escogido, nos apetece mucho», remarca Sonlleva.
El emplazamiento estratégico de La Choricera, situada a escasos metros del acceso a la autopista que une Segovia con Madrid, de la estación del AVE y de la Circunvalación, encarna otra de las fortalezas del proyecto. «Tiene el aforo más grande de la ciudad de Segovia ahora mismo junto con el CIDE. Hacía mucha falta un sitio con aparcamiento, un lugar donde se puedan desarrollar actividades como mercados y la gente pueda venir y tenga un acceso bueno, está enfrente del centro comercial, que tiene un tráfico de 600 personas los días de diario y casi 12.000 los fines de semana... Se convierte en un eje comercial casi el más importante de la ciudad y vamos a poder dotarlo más de nuestro comercio local y del producto orgánico y de cercanía», insiste la portavoz oficiosa de La Choricera Mercado Central de Segovia.
«Tenemos un lema y es que si quieres ser autosuficiente nada existe en soledad. Es algo que tenemos que aprender a nivel provincial porque aquí hay muchísimos recursos naturales, somos ricos en todos los productos alimentarios, somos la gravera de Madrid y de España... Y muchas más cosas. Pero tenemos que aprender a asociarnos, a trabajar entre nosotros y a reforzar la red del comercio local, porque algún día también pueden fallar los transportes. Y no quiero que pase pero si pasa va a ser la única solución», añade Sonlleva, quien además aclara que en el proyecto no van a estar las marcas convencionales: «Si compartes los valores del proyecto estás metido. Si no, para eso está el centro comercial». La Choricera, que un día estuvo considerado uno de los principales puertos cárnicos de España, está a las puertas de recuperar al menos parte de su esplendor. «No se puede dejar caer este edificio, es patrimonio vivo y está en el kilómetro cero de Madrid», concluye Sonlleva.