El turismo rural continúa su impulso imparable en Castilla-La Mancha, cabe recordar que durante el pasado verano se batieron registros en número de viajeros y pernoctaciones, así en junio, julio y agosto el alojamiento reglado contabilizó más de 876.000 viajeros y cerca de 1,8 millones de alojamientos, las cifras más altas de la serie histórica para este período en la Comunidad, lo que demuestra el interés que despierta para los amantes del turismo de naturaleza.
Los atractivos mediombientales, el rico patrimonio histórico-artístico de nuestros pueblos, los rincones naturales privilegiados y la deliciosa gastronomía hacen de la región un paraíso para las personas que buscan tranquilidad, municipios cargados de historia, ricas tradiciones y una red de alojamientos de primer nivel.
Esa extrema diversidad puede constatarse a través de la página web https://www.viajesporcastillalamancha.es, donde se encuentran referencias para escapadas a lo largo de los 365 días del año, viajes que se complementan con un filtro de búsqueda temática: naturaleza, patrimonio, turismo literario, turismo activo, gastronomía o cultura.
Plaza Mayor de Almagro. - Foto: © Turismo de Castilla La Mancha - Foto: David BlázquezValgan como ejemplo una serie de municipios que suman a su declaración como conjunto histórico- artístico, una patrimonio natural sobresaliente, riqueza monumental, singulares tradiciones y una destaca oferta hostelera.
Breve recorrido
Así en la provincia de Albacete nos encontramos con municipios de relevancia histórica, que durante el Medievo fueron núcleos de vital importancia estratégica. Es el caso de Alcaraz donde arranca la ruta que nos guía por la obra arquitectónica de Andrés de Vandelvira en el siglo XVI, con monumentos tan emblemáticos como la iglesia de la Trinidad, su monumental Plaza Mayor, la Torre del Tardón o la Puerta del Alhorí. No menos relevancia histórica tiene la villa de Chinchilla de Montearagón, uno de los pueblos más antiguos de la región, que fue parte del Marquesado de Villena y mantiene un casco histórico medieval privilegiado, con su bella Plaza de la Mancha, su impresionante castillo o la iglesia de Santa María del Salvador. También en Albacete, en la comarca de La Manchuela encontramos otro pueblo que suele englobar la lista de los más bonitos de España cada año: Alcalá del Júcar, junto a la bellísima hoz del río, con su disposición escalonada por encima de la vega, sus cuevas, su playa natural y una amplia red de alojamientos rurales de primer nivel.
En la vecina provincia de Cuenca, en plena Mancha baja, emerge Belmonte, con sus estrechas callejuelas, plazas y cuestas, importantes edificios civiles y religiosos y un impresionante recinto defensivo. También el municipio conquense de Alarcón llama la atención por su ubicación, encajonado entre las abruptas gargantas del Júcar, declarado conjunto histórico artístico por la armonía en que conviven sus monumentos y su entorno natural.
El castillo de Alarcón domina la villa medieval. - Foto: © Turismo de Castilla La Mancha - Foto: David Blázquez En pleno corazón de la Mancha, en la provincia de Ciudad Real, se localiza el señorial pueblo de Villanueva de los Infantes, capital del Campo de Montiel, con un entramado urbano plagado de tesoros arquitectónicos de gran belleza como edificios civiles, religiosos, palacios y casas populares. Empezando por la plaza Mayor, de principios del XVII, en torno a la cual gira la vida de la ciudad, siendo dignos de visitar el Hospital de Santiago del siglo XVII o la Casa del Arco, de singular belleza. También en Ciudad Real como no detenerse en Almagro, también declarada conjunto histórico-artístico, con su emblemático Corral de Comedias, construido en 1628, su famosa Plaza Mayor, epicentro de la vida del pueblo, desde donde surgen itinerarios que nos llevan a visitar su Museo Nacional de Teatro o la iglesia de San Agustín.
Entre las provincias de Ciudad Real y Toledo, Cabañeros unos de los tesoros medioambientales más importantes del continente europeo, reducto del bosque mediterráneo y visita imprescindible para los amantes de la naturaleza. Y en el corazón de este Parque Nacional, que estuvo a punto de convertirse en campo de tiro del Ejército del Aire, se abre paso la senda que conduce al Chorro, una las joyas de este enclave, y al pico Rocigalgo, el más alto de los Montes de Toledo con sus 1.448 metros. También en Toledo cabe citar el municipio de Tembleque, estampa de villa manchega por antonomasia, donde el blanco de la cal reluce en sus fachadas, con algunas casas señoriales destacadas en torno a su bella Plaza Mayor.
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En las tierras altas de Guadalajara se ubican algunos municipios de escapada obligada para los amantes del turismo rural, baste citar Molina de Aragón, a la sombra de su monumental recinto amurallado, una población en la que encontramos su barrio judío o el barrio de la morería, al otro lado del río Gallo; sobre él cruza el puente románico, construido entre los siglos XII y XIII, símbolo de la villa junto al castillo. Más hacia el sur de la provincia se sitúa otra joya arquitectónica: Sigüenza, una de las ciudades más bellas de Castilla-La Mancha, con casco urbano levantado sobre una loma dominada por el imponente castillo, situándose estratégicamente para controlar el paso del alto Henares y los valles de los ríos Dulce y Salado, donde el Medievo dejó un atractivo patrimonio monumental, como su Catedral, su Plaza Mayor y sus casas nobiliarias. Decir, finalmente, que la Sierra de Pela, en el noroeste de la provincia, presenta un paisaje de parameras en las que encontramos pueblos serranos que albergan bellos templos románicos que han sido recuperados en las últimas décadas, en esa ruta destaca Atienza, con un fantástico conjunto monumental presidido por su castillo elevado sobre un cerro rocoso.