Sobre la jubilación podría hablar Ángel Luis de Sousa, en esa situación desde hace un año y también reconocido ahora por el Gobierno con la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes. Su labor en beneficio de la cultura ha sido más oscura pero como poco igual de importante. Arquitecto restaurador, ha sido coordinador de proyectos estratégicos de la Dirección General de Bellas Artes, ha trabajado también para la Agencia Española de Cooperación Internacional y todavía en la actualidad colabora con Icomos España.
Parecía predestinado para ello. «Mi madre me contaba que cuando era pequeño iba con ella por la calle y que iba diciendo que iba a ser arquitecto pero no para hacer casas sino para repararlas», señala en conversación con esta redacción. Criado en el barrio de San Millán, estudió en los Misioneros hasta que en COU se marchó a Toledo para poder hacer arquitectura en Madrid. De familia vinculada al sector de la construcción, tenía ahí una salida fácil pero su vocación era el patrimonio cultural.
Tras entrar en la Dirección General de Bellas Artes tuvo la oportunidad de intervenir en la Alhambra de Granada, en el Monasterio de Silos, en el Monasterio de Guadalupe… Ya en la Agencia Española de Cooperación Internacional llevó a cabo durante cuatro años un programa arquitectónico de rehabilitación de centros históricos en Iberoamérica y, al regresar a Bellas Artes como coordinador de proyectos estratégicos, destacó su papel en el plan director de recuperación del patrimonio cultural de Lorca tras el terremoto de 2011 y en la modificación del plan para la rehabilitación del barrio valenciano del Cabanyal.
También lideró la puesta en marcha y fue el coordinador del Plan Nacional de Emergencias y Gestión de Riesgos en el Patrimonio Cultural, y actualmente es coordinador de la Comisión de Emergencias y Cooperación de Icomos España.