En un vistazo a toque de satélite sobre San Leonardo de Yagüe (Soria) se aprecia un pequeño pueblo entre masas boscosas, desfiladeros, meandros… y una superficie rectangular de color clara. Es la fábrica de puertas Norma Doors, una instalación de 40.000 m2, donde se producen de media cada día 2.500 puertas, más de medio millón al año.
Desde hace siglos, San Leonardo y la madera mantienen una relación estable con algún sobresalto. Tras la Guerra Civil, una de las fórmulas elegidas por estos sorianos para salir adelante fue la creación de cooperativas para explotar los montes. En 1953, Antonio Ayuso, alcalde de la localidad, se enteró de que había un empresario catalán por la zona buscando madera.
Medio millón de puertas para resistir en la España vaciadaEl empresario se llamaba Bernardo Solanes. El acuerdo llegó rápido, le venderían 3.000 metros cúbicos de madera cada año, que convertirían en tableros para enviar a Barcelona y hacer puertas. "Y así es cómo logran remontar la cooperativa Construcciones y Aplicaciones de la Madera", comenta Eduard Mundet Tarragó, otro industrial catalán que desde 2020 es el director general de Unidoors, el grupo empresarial al que pertenece Norma Doors.
Modernizar la industria de las puertas
Hasta su fallecimiento en 1963, Solanes manda en la llamada "Norma", y después es su hijo Ángel quien se hace con la compañía. Los que saben del negocio le atribuyen osadía para cambiar esta industria. "En los años sesenta, las puertas eran de madera maciza y Ángel Solanes, impulsivo e innovador, piensa que el núcleo de la puerta debe aligerarse y así ahorrar en costes de producción, transporte e instalación. Fue el primero en España en introducir las puertas estilo sándwich: dos láminas externas y un núcleo aislante", reconoce Mundet.
En los ochenta, con el boom de la construcción residencial y el turismo masivo, el sector de las puertas no dejó de crecer. "Aquí había una fábrica de 100.000 metros cuadrados y 400 trabajadores, el doble que ahora", explica el CEO de Norma Doors. A finales de los ochenta, a Solanes se le ocurre otra idea: fabricar norma blocks (puertas y cercos ya preparados para instalar) y así facilitar la vida a los carpinteros para que ahorraran tiempo en la colocación.
Eduard Mundet Tarragó, es desde 2020 el director general de Unidoors"Vio que ahí estaba el futuro y decidió cambiar toda la fábrica con inversiones importantes que llegaron a los 1.200 millones de pesetas de entonces. El problema es que llega la crisis de la construcción en los noventa y los carpinteros apenas tienen trabajo, así que desechan la opción de Norma. Es un caso atípico donde la innovación no llevó al éxito. Ángel Solanes fracasó y se arruinó".
Norma es absorbida a principios de los noventa por una multinacional de puertas y ventanas de EE. UU. y con el nuevo siglo se levanta una nueva fábrica y vuelven los números positivos, las facturaciones impensables. Hasta que en 2009 se empieza a notar la crisis financiera. "La industria de las puertas siente el auge y las caídas de la construcción dos años más tarde porque la puerta es lo último que se coloca en una promoción. Lo bueno es que se pueden prever", dice Eduard Mundet. Avisos de EREs, protestas, miedo a la deslocalización y, al final, cierre de la factoría en 2012. El pueblo se une, se manifiesta, viaja a Bruselas.
Comienza la liquidación, pero los ex empleados logran que se mantenga la unidad productiva y es cuando la Diputación de Soria, la Caja Rural, el ayuntamiento de San Leonardo y un inversor privado catalán constituye Norma Doors Technologies. Son años complicados, de mucho trabajo. Un grupo belga que era cliente de Norma se hace con la mayoría de las acciones, las pérdidas son millonarias. Y es cuando aparece Lacus Group, un fondo familiar de Cataluña que se había dedicado a la industria de la automoción y que decide invertir en la fabricación de puertas.
Junto con la planta de Ocaña (Toledo), se da servicio a más de 500 clientes.Eduard Mundet lo tiene claro. "Teníamos que aplicar nuestra experiencia para mejorar la seguridad y salud de los empleados, la calidad de las puertas y el servicio de entrega. Y poner las máquinas a punto. Antes, el 30 % de las puertas eran reprocesadas porque tenían problemas de calidad durante la fabricación. Hoy no llega al 3 %". Se hace una importante inversión y se asocian con Puertas Uniarte, una empresa en situación similar con una planta de fabricación en Ocaña (Toledo). "Éramos dos cojos con muchas ganas de andar", confiesa el director general, que se da cuenta de que las casas cada vez tienen menos puertas y más armarios, así que apuestan por diversificar el negocio.
Ventas fuera de España
Hoy en día, las cuentas comienzan a salir. El plan de internacionalización incluye vender un 25 % de las puertas fuera de España, sobre todo a países europeos, y un crecimiento de sus ventas a las grandes cadenas de distribución para cliente final, al sector de la construcción (carpintería y montaje industrial), e incluso a otros fabricantes de puertas. "Queremos reconquistar el mundo de las puertas de chapa natural, que pueden ser interesantes medioambientalmente". Y apostar también por las puertas técnicas: las que resisten al fuego para uso residencial, las que aíslan acústicamente para hoteles, las que evitan el vandalismo.
Antes, el 30 % de las puertas eran reprocesadas porque tenían problemas de calidad durante la fabricación. Hoy no llega al 3 %."Eduard Mundet
El ciclo de producción exige tecnología moderna para perfilar, cantear, escuadrar, prensar, pintar y lacar, mecanizar y laminar. El material para el aglomerado interior proviene de árboles triturados en España, en zonas de Soria, Burgos y Galicia; los tableros de pino vienen de Ucrania, Italia o Brasil y la chapa natural se compra a distribuidores españoles. "Eso sí, todos los productos llevan la certificación FSC, que garantiza la cadena de custodia de la madera para que todo el producto venga de bosques controlados y sostenibles", asegura Eduard.
La empresa calcula facturar 53 millones de euros.De esta manera y con precios competitivos, Norma Doors ha conseguido no sentir la presión del producto made in China. "El nivel de calidad del acabado es competitivo, el precio también, los plazos de entrega son rápidos y traer gran parte de la materia de zonas cercanas nos ayuda a evitar la competencia china". De esta manera se han convertido en uno de los grupos empresariales españoles de fabricación de puertas más importantes.
Conocimiento
En Unidoors trabajan unas 400 personas entre la planta de Ocaña y la de Norma Doors de San Leonardo de Yagüe, dando servicio a más de 500 clientes.
Este año calculan facturar 53 millones de euros. "Lo más importante es que aquí hay mucho conocimiento, son ya tres generaciones dedicadas a las puertas y se nota. Y tenemos acuerdos con la Universidad de Burgos y los centros de FP y módulos de Soria para atraer talento, para demostrar que pueden tener una buena vida en su tierra de nacimiento".
El material para el aglomerado interior proviene de árboles de zonas de Soria, Burgos y GaliciaAdemás de las 200 familias que directamente trabajan en la planta, hay empleos indirectos como empresas de afilado para herramienta de corte y otros servicios. "A igualdad de condiciones, siempre cogeremos a las empresas de aquí", afirma Eduard Mundet.
La planta de Norma Doors en San Leonardo de Yagüe da trabajo a 200 familias
Noelia es una de esas personas que ha aprovechado la oportunidad. "Mi tía es la farmacéutica del pueblo y mi abuelo tenía aquí una empresa de construcción, así que para mí Norma es como de la familia". Antes de entrar en el departamento de marketing de la empresa, estudió administración y dirección empresarial en Soria. "Queríamos trabajar en nuestra tierra y lo hemos conseguido". Habla en plural porque su hermana es ingeniera química en Norma. Tanto ella como Tomás, uno de los empleados con más años en la compañía, valoran lo que ha significado la producción de puertas para fijar población en esta comarca soriana que sufre también la despoblación. "Las expectativas de crecimiento permiten albergar esperanzas de que no todos se irán", dice Noelia.
Jesús Elvira, alcalde de la localidad que trabajó 33 años en Norma Doors, dibuja el panorama: "Mientras la fábrica de puertas eche humo, San Leonardo y la comarca funcionarán".
Con el viento soplando a favor, Norma Doors ha patentado una puerta extensible que se adapta a huecos de distintas medidas, y ha creado blocks reversibles para diestros y zurdos. "Lo que siempre buscamos es que el carpintero ahorre tiempo en la instalación". Y también innova en sostenibilidad ambiental: el calor de la fábrica en esta zona fría de la España vaciada procede del propio proceso de fabricación, aprovechando el sobrante de la madera como biomasa para la caldera. "Y ahora queremos convencer a todo el sector para utilizar un mismo tipo de palé e incentivar así su devolución para que no se queden abandonados por ahí", comenta el director general de Norma Doors.
Han pasado 80 años y parece que el corazón de San Leonardo de Yagüe seguirá latiendo con aroma a madera.
¿Te Acerco?
Más allá de las grandes ciudades existen relatos de empresas que valen la pena conocer. Empresas que tienen un vínculo especial con los pueblos y los territorios donde han edificado su particular manera de dirigirse a sus clientes. Son negocios que, al igual que Banco Sabadell, han contribuido al desarrollo socioeconómico de esos lugares donde, un día, quisieron abrir las puertas y mantener el compromiso con sus gentes.