Desde el 19 de febrero, con su exhibición con un triplete al Manchester City en la Liga de Campeones, Kylian Mbappé no marcaba para el Real Madrid. Tres partidos consecutivos, más una ausencia en Copa por la extracción de una muela, apagaron el mejor momento del delantero francés. Se desquitó ante el Rayo el pasado domingo, reencontrándose con el gol a tres días de la trascendental cita del Metropolitano.
Será mañana, en casa del Atlético. Un duelo que pesó mucho en la cabeza de los jugadores merengues. Es desde donde únicamente se puede explicar el apagón que protagonizaron en la segunda parte ante el Rayo. Uno de esos días que la relajación puede pasar factura, pero que solventaron sin daños, más allá del enfado del Bernabéu.
Mbappé necesitaba reencontrarse con las redes. Por eso no hubo rotaciones de Carlo Ancelotti en su ataque. Las realizó en todas las líneas del campo, las de defensa debilitaron al bloque, menos en un triplete en el que Rodrygo se tomó una pausa en su rendimiento regular, Vinícius fue el encargado de encender el partido con su electricidad y Kylian peleó con rabia hasta poner la firma al primer tanto.
Cuando se cumplía la media hora lanzó un pulso a Lejuene con una carrera al pase en profundidad de Vinícius. La frenó en seco con un recorte que le adivinó el defensor, sin embargo, el toque del rival le cayó para marcharse y soltar un latigazo con golpeo de empeine. Imposible para Augusto Batalla.
La gran definición de Mbappé dio paso a una celebración diferente del delantero. No hubo sonrisas ni alegría. Seriedad y gesto reivindicativo. Corriendo mientras pronunciaba al viento palabras. Soltando el brazo izquierdo al aire con rabia para quitarse de encima la frustración de los últimos duelos. Quién sabe si respondiendo a la crítica que apuntó en su dirección en cuanto levantó el pie del acelerador.
Dosificado
Era su tanto 18 en LaLiga, el que permitía a su equipo superar al Atlético en la clasificación y, de momento, dar caza al Barcelona en el primer puesto, con un partido menos del cuadro de Hansi Flick, ante Osasuna.
Por segunda jornada consecutiva ocurrió un hecho que no es habitual con Mabppé. Fue sustituido. En el 75 en Sevilla ante el Betis. En el 78 ante el Rayo. Fiel a su origen italiano, 'Carletto' no quiso tomar riesgos viendo el bajón de su combinado en la segunda parte y el sufrimiento en sus jornadas de los equipos que están en medio de una eliminatoria europea. Camavina por Kylian y, 10 minutos antes, Fede Valverde por Rodrygo.
«Me parece que ha jugado muy bien», defendió posteriormente Ancelotti a su punta, que fue capaz de evitar igualar su peor racha sin gol en LaLiga, tres jornadas consecutivas. «Ha hecho un gol espectacular, ha peleado y ha luchado», sentenció.
Fue el primer paso para su regreso al nivel estelar que había alcanzado en 2025 antes de problema bucal. Lo necesitará el Real Madrid en la batalla del Metropolitano.