Les seré sincera: llevo veinte minutos de reloj sentada en mi escritorio, mirando la pantalla blanca de mi portátil -también conocida como «la mayor enemiga de un escritor sin inspiración»-, tratando de decidir sobre qué tema me gustaría hablarles hoy. No suelo ser una persona poco creativa, se me ocurren ideas con facilidad, pero hay días en los que simplemente parece que los engranajes no funcionan. Resulta que estoy pasando unos días en casa de mis padres y, en medio de esta crisis artística, he echado una ojeada al escritorio de mi antigua habitación y he visto esa pila de cuadernos que me empeño en comprar y coleccionar, aunque luego nunca use ninguno, y he encontrado mi viejo diario.
Uno de mis propósitos del año pasado fue hacer journaling a diario. Lo de «hacer journaling» significa tener un diario de toda la vida. Escribes tus sueños, miedos y frustraciones y te haces a ti mismo preguntas del estilo «¿Por qué me siento agradecido hoy?» para reflexionar. Como todo buen journal o diario que se precie, la primera página del mío iba dedicada a mis propósitos de 2024.
¡Ah, la famosa lista de propósitos de año nuevo! Les voy a hacer otra confesión: soy de las que sienten que el año inicia en septiembre, a la vuelta de las vacaciones. Es entonces cuando reseteo, hago limpieza de armario, me apunto al gimnasio y escribo ese listado de objetivos poco factibles que se me olvidarán, aproximadamente, en unos tres o cuatro días. Enero es el mes en el que, mientras el resto de la humanidad anuncia sus metas con alegría, yo vuelvo a las que escribí y descubro que, para sorpresa de nadie, no he cumplido ninguna. Para febrero ya se me han olvidado todas. Hoy, sin embargo, el destino ha hecho que este diario llegue de nuevo a mis manos y, tras pensarlo detenidamente -estoy frustrada, sin inspiración y con mucho tiempo libre; no me culpen-, he encontrado la solución a todos mis problemas.
Viendo lo bien que se me da no cumplir mis propósitos de Año Nuevo, he decidido redactar un listado de cosas que espero NO cumplir. A ver si así con suerte la vida me va mejor.
Con todos ustedes, he aquí mi lista tardía de no-propósitos de 2025:
1. Deseo firmemente ir con prisas a todas partes. Quiero tomarme el café en un minuto como mucho, correr a hacer recados y jamás pararme a desayunar con tranquilidad mientras miro las noticias o avanzo con mi lectura actual.
2. Hablando de lecturas, espero no leer ningún buen libro este año. Ojalá tampoco avance con mi pila de pendientes.
3. Me gustaría centrarme en exceso en el trabajo y no tener tiempo para estar con mis seres queridos.
4. Me he propuesto NO ir al gimnasio. Mantendré una distancia prudencial de seguridad de dos calles con el centro deportivo más cercano y no volveré a usar mi ropa de deporte.
5. Aunque no vaya al gimnasio, espero seguir pagando la cuota mensual. No cancelaré mi suscripción porque me encanta tirar el dinero.
6. Quiero que me importen mucho las opiniones de los demás. Voy a centrarme tanto en lo que les gusta y lo que no que olvidaré lo que me gusta a mí.
7. Espero no comer más sano este año. ¡Atrás, hábitos saludables!
8. Ojalá no me aburra nunca. ¿Cómo osaría darle tiempo a mi cerebro para pensar e imaginar…?
9. Deseo no viajar. Sobre todo, deseo no viajar a ningún lugar paradisiaco donde pueda disfrutar de unas vacaciones de ensueño…
10. Espero no encontrar la felicidad en las grandes pequeñas cosas de la vida, como pasear con mi perro, estar con mi familia, escuchar mi canción favorita o sentarme en el balcón, echar la cabeza hacia atrás y cerrar los ojos mientras me da el sol en la cara.
11. Ojalá no aprenda nada nuevo este año. Ojalá no crezca como persona. Ojalá no disfrute del momento.
12. Y, para terminar, ojalá no vuelva a sentarme nunca delante de mi portátil para enfrentarme a una página en blanco. Qué miedo me daría dejar volar mi imaginación y que alguno de mis escritos acabase convertido en un artículo de periódico, o peor, en mi novena novela…
#TalentosEmergentes