El bipartidismo vuelve a Castilla y León con el Partido Popular como claro ganador de las elecciones generales de este domingo. Los populares repiten la victoria del 2019 pero mejoran notablemente sus números al fagocitar los diputados de Vox, su socio de Gobierno en la Junta, al que arrebata cinco representantes y se impone con 18 de los 31 asientos en liza. El Partido Socialista resiste en la Comunidad y revalida los doce representantes que tenía en el Congreso de los Diputados la pasada Legislatura. Vox, por su parte, se convierte en el gran derrotado al perder cinco de los seis diputados que tenía y solo conserva el de Valladolid, que impide que los de Santiago Abascal se queden en blanco en la región. Sumar se queda en cero, y no consigue enviar a Madrid a ninguno de sus candidatos, tal y como ya ocurrió en 2019. Todo ello en una jornada electoral en el que la participación en la Comunidad rozó el 75 por ciento tras subir casi ocho puntos con respecto a 2019.
La victoria del Partido Popular ha sido incontestable en Castilla y León, imponiéndose en las nueve provincias y creciendo en casi diez puntos su cifra de votos de hace cuatro años. Más de 560.000 personas eligieron la papeleta de los populares este domingo, ligeramente por encima del 40 por ciento de votos, que han servido a los de Alfonso Fernández Mañueco para lograr dos diputados en todas las provincias excepto Salamanca, donde pasa el rodillo y obtiene tres de los cuatro en juego, y en Soria, haciéndose con uno de los dos elegidos.
Por detrás aparece el Partido Socialista, que roza los 450.000 votos y el 33 por ciento del total, algo más de un punto por encima del 2019. Es decir, el PSOE se hace fuerte en sus números y mantiene los 12 diputados que logró en 2019, mejorando incluso sus números después de los batacazos de las autonómicas del 2022 y las municipales de mayo, donde perdieron dos de las grandes capitales de la Comunidad.
La ley D'Hont ha pasado factura a Vox, que pese a perder solo el tres por ciento de los apoyos –se queda en 185.000–, el crecimiento de PP y PSOE sirve para que se dejen cinco de los seis diputados que mantenían en el Congreso de los Diputados y se caigan los representes de Ávila, León, Salamanca, Segovia y Zamora, quedándose solo con el de Valladolid. Sumar concitó los apoyos de casi 100.000 votantes, 30.000 menos de los que logró Podemos en 2019, y no le sirvieron para traducirse en ningún escaño.
Por último, los partidos localistas con representación en las Cortes de castilla y León que se presentaban a los comicios –Por Ávila, UPL y Soria Ya– han sucumbido al resurgir del bipartidos y se han quedado muy lejos de lograr el ansiado representante.