Ávila declara el estado de emergencia por inundaciones

spc
-

Castilla y León registra 72 incidencias por inundaciones y 57 por vientos desde que «se lanzó la alerta» por la sucesión de borrascas, con la provincia abulense especialmente castigada por los desbordamientos

La crecida del Adaja inunda el sur de Ávila - Foto: ICAL

El carrusel de borrascas que atraviesan la península Ibérica rompieron este viernes en una jornada de inundaciones, especialmente graves en la provincia de Ávila, carreteras cortadas y alerta ante lo que puede ocurrir el fin de semana. El aumento de las temperaturas, junto con las precipitaciones y el incremento de las rachas de viento, están provocando deshielos de consideración en el Sistema Central, que se han transformado en un episodio de venidas que este viernes provocaron el desbordamiento de los ríos Adaja y Chico a su paso por la ciudad de Ávila y convirtieron la zona sur de la capital en un enorme lago que cortó calles e inundó garajes, bajos y algunos negocios. «Se trata de una de las peores inundaciones de Ávila en los últimos 100 años», lamentó el alcalde de la ciudad, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, que decretó el «estado de emergencia» en la capital por esta situación. Esta circunstancia conllevará la adopción de determinadas medidas, como emprender cuantas actuaciones y trámites resulten necesarios para afrontar situaciones sobrevenidas, que lleven aparejadas gastos imprevistos.

Pero la provincia abulense no es la única afectada, y la Confederación Hidrográfica del Duero mantiene, al cierre de esta edición, doce avisos hidrológicos activos en las provincias de Ávila, Valladolid, Soria y Segovia y que afectan a los ríos Adaja, Duero, Eresma, Moros, Riaza y Voltoya. Actualmente está en nivel rojo el Adaja en Ávila y el Voltoya en Mediana de Voltoya (Ávila); en nivel naranja se encuentra el Duero en Gormaz (Soria), el Eresma en Segovia y el Moros en El Espinar (Segovia), y en nivel amarillo el Adaja en Arévalo (Ávila) y Valdestillas (Valladolid); el Duero en Navapalos (Ávila); el Eresma en Valsaín y la salida del embalse de El Portón en Segovia; el Moros en Los Ángeles de San Rafael (Segovia) y el Riaza en Languilla (Segovia).

Todos los sistemas en guardia

La crecida del Adaja inunda el sur de ÁvilaLa crecida del Adaja inunda el sur de Ávila - Foto: ICAL

Es por ello que la Junta de Castilla y León ha intensificado la vigilancia ante el aumento de caudales y mantiene activo el Inuncyl en estas cuatro provincias. El consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, que ayer visitó la zona afectada de Ávila, garantizó que todos los servicios de emergencias de Castilla y León están «en guardia» ante posibles inundaciones e instó a la ciudadanía que estén atentos a los avisos por la posibilidad de cortes de carreteras. Además, señaló que Castilla y León ha registrado hasta el momento 72 incidencias por inundaciones y 57 por vientos desde que «se lanzó la alerta» por la sucesión de borrascas el 7 de marzo. El consejero señaló que Ávila y Segovia son las que concentran los «problemas» de la Comunidad, y habló de «importantes caudales en el río Eresma», de una «importante crecida en el río Moros», y del río Voltoya, que «afecta a ambas provincias y también tiene aviso rojo».

De cara al fin de semana, la CHD confía en que el día de mayor precipitación haya sido este viernes, y para hoy y mañana domingo, se esperan precipitaciones mucho más moderadas en todas estas zonas.

Precisamente en la capital segoviana, el Ayuntamiento cerró por riesgo de inundación los paseos situados en la Alameda del Parral, entre la fábrica de Borra y la Fuencisla, y la Casa de la Moneda y el restaurante 'Ingenio Chico'. También, el Ayuntamiento de Aranda de Duero (Burgos) decidió cerrar el acceso a pasarelas peatonales sobre los ríos y las diferentes entradas a las riberas por el caudal del Duero.

La crecida del Adaja inunda el sur de Ávila
La crecida del Adaja inunda el sur de Ávila - Foto: ICAL

Una jornada en la que un grupo de 41 niños sevillanos y sus tres monitores adultos tuvieron que ser desalojados y rescatados por los bomberos de la Casa de Espiritualidad de Santa Teresa, en la ciudad de Ávila, tras los desbordamientos.