Piden cárcel por romper un vaso en la cara a un camarero

Nacho Sáez
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Los hechos se produjeron en agosto de 2020 en un bar de Sanchonuño.

Piden cárcel por romper un vaso en la cara a un camarero

La Fiscalía solicita cuatro años y seis meses de prisión para un hombre acusado de haber roto un vaso de cristal en la cara a un camarero de un bar de Sanchonuño. Los hechos se produjeron el 4 de agosto de 2020 y este martes se ha celebrado el juicio en la Audiencia Provincial de Segovia, que también decidirá si E. -inicial del nombre del acusado- tiene que abonar 10.756 euros a la víctima como indemnización por las lesiones y las secuelas.

Según el escrito de conclusiones provisionales de la Fiscalía, E. golpeó con el vaso a la víctima después de que este le informara de que había llegado la hora de cierre y que le iba a entregar un vaso de plástico para que finalizara la consumición. Era la una menos cuarto de la madrugada del 4 de agosto de 2020, plena pandemia. El ministerio público remarca que el acusado golpeó al camarero "inopinada y violentamente" en la cara al camarero. Este sufrió múltiples heridas en la parte izquierda de la cara y en la oreja izquierda, y presenta desde entonces una cicatriz.

El juicio ha confrontado las versiones del acusado y de la víctima. Primero ha declarado E., quien ha reconocido que fue el autor de la agresión pero como respuesta a una agresión previa del camarero. Con aparantes dificultades para expresarse en castellano y entender las preguntas de la fiscal, su abogado y del presidente de la Audiencia Provincial, Ignacio Pando, ha explicado que acudió al bar en compañía de otras dos personas y que, después de consumir cinco copas, inició una discusión con el camarero porque este le recriminó que fumara en el interior del bar a pesar de que otras personas lo estaban haciendo. E. ha asegurado que pidió un vaso de plástico para marcharse y que el camarero, del que ha dicho que estaba ebrio, le trató de golpear con un taburete a lo que él respondió con la agresión que se enjuicia.

La víctima ha apuntado que no recuerda que hubiera una discusión previa. "Llegó la hora de cerrar y querían otra ronda. Les repartí vasos de plástico y me atizó con el vaso de cristal sin verle venir", ha relatado. Al comprobar que tenía la cara ensangrentada esgrimió un taburete como arma frente a uno de los acompañantes del agresor, pero no llegó a utilizarlo, según el testimonio que ha prestado en el juicio, en el que también ha negado que hubiera bebido. Tras el incidente, E. y sus acompañantes abandonaron el bar y la víctima tuvo que acudir al servicio de urgencias del centro de salud de Cuéllar.