Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


El caso Ábalos

23/02/2024

Responsabilidad "In vigilando", porque a veces los más cercanos colaboradores, LA gente de confianza "sale rana". La todopoderosa, en su tiempo, presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, sabe muy bien de lo que se habla y de las consecuencias de que tus amigos te la jueguen y traten de enriquecerse prevaliéndose del ejercicio del poder o de su proximidad a él. Y por ese motivo es preciso aplicar la misma vara de medir ahora que el exministro José Luis Ábalos se ha visto traicionado por su mano derecha, Koldo García Izaguirre, en un asunto de cobro de comisiones por la compra de mascarillas cuando todo el país estaba angustiado por la falta de suministros médicos para hacer frente a la pandemia del COVID-19.

Que el actual diputado José Luis Ábalos haya sido el primer sorprendido por la actuación de su subordinado y amigo no le resta un ápice de responsabilidad a posteriori y más aún cuando la red de corrupción extendió sus tentáculos por distintas Administraciones que, urgidas por la necesidad, aflojaron los controles a pesar de que se trataba de ingentes cantidades de dinero.

La segunda reacción del PSOE ante este flagrante caso de corrupción, en el que aparecen todos los condimentos judiciales de los delitos que la configuran, tráfico de influencias, cohecho..., tras la inicial de Pedro Sánchez asegurando que el cese de Ábalos, en su primera gran crisis de gobierno, no tuvo nada que ver con estos hechos, -"por supuesto",- ha sido la del actual secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, que ha afirmado que ante los casos de corrupción "el PSOE corta por lo sano". Es lo que ha permitido que el "caso Tito Berni", quede circunscrito a las referencias dialécticas pero que haya tenido escasas consecuencias políticas.

Con cortar por lo sano, Cerdán, que fue subordinado de Ábalos en el organigrama del PSOE y al que luego sustituyó en el cargo, le está mostrando la puerta de salida del Congreso de los Diputados, porque con su retirada se crea un cortafuegos que puede evitar que este caso de corrupción, el primero de gran envergadura de la "era Sánchez", pueda tener consecuencias políticas que trasciendan las judiciales.

El presidente del Gobierno no tuvo su mejor intervención al tratar de relacionar el caso de Koldo García Izaguirre con el de Tomás Ayuso, el hermano de la presidenta de Madrid que también cobró comisiones por traer mascarillas, -se puede argumentar sobre lo ético y lo estético- pero que se dedicaba a ese negocio y que fue exculpado judicialmente.

Se llevaban varios años sin casos relevantes de corrupción política y al PSOE le corresponde cortar por lo sano mientras que los jueces hacen sus investigaciones y ponerse a su disposición.