A nadie le gusta que le toquen el bolsillo, hablando de dinero. Es decir, que le suban el precio de los productos. A la dura cuesta de septiembre con el consiguiente coste la vuelta al colegio y los institutos en Cuéllar, en la localidad y la comarca al menos unas 300 familias tendrán que apretarse un poco más el cinturón y afinar y nunca mejor empleado, su economía. Tras la aprobación en el pleno del 19 de agosto, previo a las fiestas, se han subido las tasas de distintos servicios municipales, entre ellos las clases de la Escuela Municipal Cecilio de Benito.
Los precios han subido 4 euros al mes en la matrícula hasta los 24,70 euros; 10 euros al mes en las asignaturas de lenguaje musical y conjunto de Pulso y Púa hasta los 33 euros en ambos casos y 30 en las clases colectivas de instrumentos; y 12 euros más en las clases de instrumentos musicales, conjuntos de tambores y cornetas hasta los 58 euros. Los afectados han manifestado su malestar, especialmente, porque a principios de verano cuando se abrió el primer plazo de matrícula no se dieron a conocer los precios y, aunque en el Consejo Escolar se avisó de que se iba a realizar un estudio económico de viabilidad y se subirían las tasas, tampoco se indicó en que cuantía.
Según los datos explicados por el alcalde Carlos Fraile y varios concejales, la Escuela de Música ha asumido en el último año un diferencial de ingresos y gastos de más de 200.000 euros. Fraile recuerda que las tasas llevan congeladas desde hace once años y agradece el esfuerzo realizado por su equipo en los últimos cinco años como en los anteriores por otras corporaciones. Así, afirma que en los cinco años que lleva al frente del Ayuntamiento el déficit soportado es de más de 1 millón de euros «que sale de todos los ciudadanos de Cuéllar. La escuela tiene unos 300 alumnos y el rato de inversión o coste por usuario es de los mayores en los servicios que presta el Ayuntamiento por encima de deporte y cultura», explica. «Hay servicios que se prestan en Cuéllar como la piscina, el mantenimiento de los colegios, la sala Alfonsa o Tenerías… para un mayor número de usuarios, la Escuela son 300 y la ratio por usuario es el mayor que tiene el Ayuntamiento», insiste.
Fraile recuerda que él y sus hermanas han sido alumnos de la Escuela de Música. «Creo en la Escuela de Música, tiene un increíble valor lo que aporta, pero si entre todos queremos que siga, en el medio plazo hay que repensar la forma de prestar el servicio porque si no va a ser inasumible para el Ayuntamiento y las familias», añade a la vez que deja la puerta abierta a que el próximo curso pueda haber cambios y nuevas subidas.
Mientras tanto y a pesar de la negativa en la reunión, los afectados están presentando alegaciones exponiendo los argumentos señalados para que se reconsidere volver al precio inicial de las tasas. Aunque el tramite burocrático siga adelante, el administrativo indica y así lo señaló el alcalde en la reunión, PSOE e IU tienen mayoría en el Ayuntamiento como para tumbar esa propuesta de modificación de tasas. Hasta ahora el Consistorio asumía en torno al 60% de los costes y el alumnado el 40 restante y ahora se pretende que el reparto sea a la inversa. Además, los miembros del Consejo Escolar apuntan que aunque la calidad y profesionalidad de las clases es alta, no ocurre lo mismo con las instalaciones y recursos materiales que han pedido en más de una ocasión que se mejores.
Las familias y los responsables municipales han mantenido una reunión esta misma semana para dar a conocer los datos del estudio económico y lo expuesto ha resultado decepcionante para ellos. «Tenemos sensación de decepción porque no conseguimos que no subieran las tasas o que al menos lo hiciera de forma progresiva», explica Miriam Sancho, madre y representante del Consejo Escolar cuya familia de cinco miembros acude a la Escuela. «Nuestra respuesta siempre ha sido clara: La Escuela de Música es un servicio público, es cultura y por tanto pensamos que una buena parte del gasto debe ser asumido por el Consistorio, no por los alumnos, al margen de cualquier balance económico» relatan en un escrito dirigido desde el Consejo a sus miembros.
Además de la subida de las tasas que estiman entre el 25 y el 50% en algunos casos, las familias se muestran molestas porque consideran que, aunque sean 300 alumnos y el servicio sea más costoso por cada uno de ellos, «en la escuela están implicadas más personas y las familias se implican en las actuaciones y audiciones. Todo lo que se organiza desde la escuela implica a los vecinos que disfrutan de la música gracias a la educación recibida». «Es demagógico decir que es un servicio de los que más cuesta porque también hay otros que cuestan unas cantidades enormes. Todos los habitantes no disfrutan de todos los servicios que es prestan en Cuéllar», argumenta Sancho poniendo por ejemplo que no todo el mundo va a la piscina, a los festejos taurinos o a otras actividades culturales.
La brecha económica a la que tendrán que hacer frente las familias si quieren que sus hijos continúen asistiendo a la escuela, junto con algunos padres, será importante, ya que en más de una ocasión son familias enteras las que están matriculadas. Al coste de la matrícula y la clase correspondiente hay que sumar en buena parte de los casos la asignatura de lenguaje musical, por lo que el primer desembolso puede superar los 100 euros por persona que cada más sería una cantidad similar en función de las asignaturas. La escuela de Cuéllar imparte clases de una hora de duración y tiene el mismo precio para alumnos empadronados y de fuera de la localidad. No ocurre lo mismo en otras localidades de la zona donde a los no empadronados se les aplica un porcentaje de aumento, aunque según Sancho es ilegal porque no cumple el principio de igualdad.