Desafiando estereotipos para lograr la inclusión

SPC
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El empleo, el envejecimiento, el derecho a una vida independiente y a tomar sus propias decisiones son algunos de retos que afrontan las personas con síndrome de Down

Desafiando estereotipos para lograr la inclusión

A lo largo de la vida, las personas afrontamos diferentes desafíos, pero hay quienes además se enfrentan a diario con barreras que dificultan aún más la superación de los retos. Por eso, es necesario avanzar hacia una sociedad que trate a todos sus ciudadanos por igual. La inclusión sigue siendo la principal reivindicación del Día Mundial del Síndrome de Down, que se celebra el 21 de marzo. Esta jornada busca concienciar a la población de quela vida es más amplia, compleja e interesante que lo que los estereotipos sobre la discapacidad, la enfermedad o las dificultades parecen indicar de partida. De esto va la campaña #TanComoTú,  que ha lanzado este año la Fundación Down para visibilizar la vida real de las personas con este síndrome, y mostrar que sienten, piensan y actúan «tan como tú, tan como todos nosotros».
Ligado al leit motiv de esta campaña, presentamos tres historias cotidianas cuyos protagonistas desafían los estereotipos para reclamar su lugar en el mundo.

Marc Rueda / Dos años como empleado en hostelería

"Aporto experiencia y puedo demostrar que con esfuerzo y disciplina se llega muy lejos"

Desde hace dos años, Marc Rueda trabaja en el restaurante Gallito, ubicado en la costa barcelonesa. Cada día, emplea una hora para llegar puntual a su puesto, al que accedió a través del programa de integración sociolaboralIncorporade la Fundación LaCaixa, y que se ha ganado a pulso con  su esfuerzo, su constancia y su simpatía. Marc es una de las casi 35.000 personas con síndrome de Down en España, una de las 23.000 de ellas en edad de trabajar y una de las apenas 1.150 que lo hacen. Esta reducida cifra se debe, en buena parte, a la falta de conocimiento sobre este colectivo por parte de las empresas, una barrera que este joven de 27 años ha logrado romper. Al comenzar en el restaurante, especialmente en las horas de mayor flujo de clientes, Marc tuvo que apretar los dientes y lidiar con los nervios, pero siempre levantó la mano cuando debía para pedir ayuda y ahora se desenvuelve con soltura incluso en esos momentos de presión. Le encanta interactuar con la gente, atender al público, charlar, escuchar.  «Ordeno la sala, llevo las bandejas con la comida, cobro en las mesas, atiendo en la barra... Soy cada vez más rápido y eficiente», asegura. De ese rendimiento da fe el director del negocio, Willy BellaBiod, que afirma que tanto los clientes como los trabajadores están encantados, y que esta ha sido una «oportunidad de aprendizaje» también para él.
El joven valora la independencia que le aporta su empleo y  desde la humildad cree que su caso puede servir de ejemplo. «Aporto experiencia. Y demuestro que con disciplina y esfuerzo se llega lejos», afirma antes de recomendar paciencia a quienes todavía aguardan su oportunidad.

 

Isabel García / Trabajadora en la Asociación Down Almería 

"Cuando me jubile voy a seguir haciendo cosas: ayudar, pintar cuadros, coser y bailar zumba"
Isabel García trabaja en la asociación ASALSIDO - Down Almería. Nada fuera de lo común salvo por una peculiaridad, este mes celebra su 53 cumpleaños, por lo que forma parte de la primera generación de personas con síndrome de Down que alcanza masivamente la edad adulta avanzada y se dirige hacia la jubilación y la vejez. La esperanza de vida de este colectivo sigue en constante aumento, una buena noticia que también implica nuevos retos respecto a la integración y la autonomía. Isabel lleva a cabo diversas actividades en la asociación, y uno de sus principales cometidos es atender a los niños de la escuela infantil, un centro educativo en el que conviven pequeños con y sin síndrome de Down. Tras su jornada laboral matutina en la guardería, acude a múltiples talleres. «Los jueves tengo clase de ordenador  y  trabajamos el lenguaje, la memoria, también matemáticas. ¡De todo!», cuenta ilusionada. Además, sigue una rutina deportiva semanal, ya que este es un pilar fundamentaldelrecorridohaciaun envejecimiento activo. «Yo necesito salir para despejarme, para que me dé el aire, para no estar encerrada en casa», asegura Isabel. «El grupo decide ir al karaoke, a la tetería, a yoga, o a zumba», explica antes de aseverar que la música es una de sus grandes pasiones. «Me encanta cantar», confiesa antes de enumerar a sus artistas favoritos: Malú, Manolo Escobar, Raphael o Rosario Flores.
De momento, sueña con su futuro y aunque afirma que no quiere jubilarse, cuando llegue el momento tiene claro que seguirá «haciendo cosas: ayudando, pintando, cosiendo..., y bailando zumba». 

 

Montserrat Vilarrasa / Una década de emancipación 

"Tomé la decisión de independizarme para poder ser autónoma cuando falte mi madre"
Montserrat Vilarrasa es una activista de los derechos de personas con discapacidad intelectual y un ejemplo de que la autonomía no es solo una cuestión de independencia, sino también de empoderamiento.  Hace 12 años, tomó la decisión de emanciparse con apoyo del programa «Me voy a casa», de laFundación Catalana Síndrome de Down. Creyó que el proceso sería largo, pero recuerda que más rápido de lo que esperaba. Ella cuenta que dio el paso «para poder ser autónoma cuando mi madre falte», y recuerda que al principio compartió piso con una compañera, después vivió sola y, desde hace seis años compartepisoconuncompañero. Antes de emanciparse, Montserrat ayudaba en casa con las tareas del hogar y aunque admite que en un primer momento su madre tuvo «miedo y angustia», asegura que «ahora está muy tranquila». Según explica, en los pisos disponen de un servicio de teleasistencia «por si alguna vez  necesitamos ayuda inmediata» y, además reciben ayuda a la hora de hacer la compra y sacar dinero. Esta joven es vocal en el Instituto Municipal de Personas con Discapacidad y miembro de laAsamblea de Derechos Humanos Montserrat Trueta, donde trabaja por una Barcelona más accesible, además escribe para la revista de la Fundación Catalana Síndrome de Down. Aunque a veces tiene que «frenar un poco» porque hace muchas cosas, pero no se agobia porque es «muy organizada».  En su tiempo libre, le gusta ir a bailar a la discoteca con los amigos, ir al teatro, al cine o a la bolera. Ella anima a «dar el paso de la emancipación porque merece la pena» y pide a las familias «que no tengan miedo».