La Vuelta Ciclista a Segovia cambia para poder sobrevivir

Nacho Sáez
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La prueba regresa al calendario aunque con un formato de una sola etapa y el día 30 de junio.

La Vuelta Ciclista a Segovia cambia para poder sobrevivir

Las Ferias y Fiestas de San Juan y San Pedro son tiempo de conciertos y verbenas pero también de deporte. Mucho deporte. El programa de actividades deportivas vuelve a ser casi tan amplio como el resto en una demostración de músculo del asociacionismo deportivo segoviano. O evidenciando que las propuestas de la Concejalía de Cultura se quedan cortas, según se mire. En todo caso el protagonismo lo acapara lo popular.

No hay citas de relumbrón aunque algunas sí muy queridas por los segovianos. Como la Vuelta Ciclista a Segovia, que alcanzará su 62 edición, superviviente de mil y una crisis y tiempos adversos. Pero esta vez no será una ronda como tal. La organización ha reducido la carrera a una sola etapa que, además, no se celebrará durante la festividad de San Pedro sino al día siguiente. «Una vuelta tiene que tener al menos dos etapas, pero ahora mismo eso es inviable para nosotros económicamente porque nos supone 15.000 o 20.000 euros más. Aun así lo hemos llamado Vuelta Ciclista a Segovia para que no se pierda el nombre», explica el delegado provincial de Ciclismo, Antonio Barrio, 'alma mater' de una prueba que regresa al calendario tras su ausencia del año pasado.

Ante la falta de recursos, el ciclismo segoviano trata de reinventarse. La Vuelta a Ciclista a Segovia tendrá como aperitivo la víspera la Vuelta a los Pinares-Memorial Félix Merino, una cita también tradicional en el calendario que ahora han reubicado el 29 de junio para dar lustre a ese fin de semana. «En las dos carreras van a participar prácticamente los mismos equipos y el mismo número de corredores -unos 150- pero a nosotros nos permite no tener que pagar la estancia de los equipos y otros gastos que elevaban bastante el coste de organizar la Vuelta Ciclista a Segovia como antiguamente», argumenta Barrio.

Ambas pruebas están enfocadas a ciclistas élite y sub-23 y tendrán su salida y llegada en el paseo de Ezequiel González (junto al restaurante Atenas), pero sus recorridos serán diferentes. Mientras que la Vuelta a los Pinares exigirá completar 136,9 kilómetros y transcurrirá por Añe, Armuña, Bernardos, Migueláñez, Ortigosa de Pestaño o Santa María la Real de Nieva, la Vuelta Ciclista a Segovia constará de 140,9 kilómetros  y recorrerá la Campiña para volver a la ciudad por Vegas de Matute, Ortigosa del Monte, Otero de Herreros y Madrona.

«La fecha es buena porque después vienen la Vuelta a Ávila y la Vuelta a Zamora y todos los equipos quieren tener un buen nivel y una buena preparación. Ya nadie  se puede permitir el lujo de tener 14 corredores y dejar a seis descansando», apunta Barrio, quien es consciente no obstante de que los buenos tiempos pasaron: «En Segovia, aunque por ejemplo el 53x13 está haciendo muy buen trabajo, no tenemos los 80 o 90 corredores que teníamos en las categorías inferiores en los años 80 y 90. Ya tener a veintitantos chavales cuesta mucho tiempo, trabajo y dedicación, Hay que ser realistas. Yo me veo incapaz de llegar a lo que había esos años».

Vicente López Carril, José Antonio González Linares u Óscar Freire son algunos de los nombres que adornan la historia de la Vuelta Ciclista a Segovia. Una ronda que está repleta de anécdotas. «Qué calor no haría en una etapa que venía de Sepúlveda que un pelotón de 80 corredores, al pasar por el pilón de Turégano, se pararon como si se lo hubiéramos mandado, se refrescaron, se pusieron de acuerdo para ir despacio y llegaron una hora tarde», recordaba en un reportaje publicado por El Día de Segovia en 2016 Felipe de Frutos, uno de los que más ha estado implicado en la organización. Solo el empeño romántico de unos cuantos amantes del ciclismo ha permitido la supervivencia de la Vuelta a Segovia.